La liberación de Manuel Noriega podría parecer una buena noticia para el ex dictador de Panamá de 1981 a 1989. Pero a pesar de encontrarse cumpliendo una condena en EE.UU, por delitos relacionados con el narcotráfico y el lavado de dinero, al volver a Panamá podría afrontar varias causas que fueron impuestas en su ausencia, entre ellas, una por enriquecimiento injustificado.

Noriega saldrá de la prisión del Condado de Miami Dade donde cumplía una condena por conspirar para distribuir cocaína y lavado de dinero desde 1990 el próximo 9 de septiembre.

Según su abogado Frank Rubino: ”no hay vuelta de hoja, la orden es obligatoria y nadie puede modificarla”, lo que confirma la página oficial del Buró de Prisiones de EE.UU (BOP, www.bop.gov ) donde aparecen los nombres y el estado de condena de los reos.

Noriega fue sentenciado a una pena inicial de 40 años que Rubino logró reducir a 20. El buen comportamiento del ex dictador y el hecho que durante la celebración del juicio ya estuviera en la cárcel, fueron factores decisivos para acabar redimiendo su condena a casi 18 años.

El juicio comenzó en septiembre de 1991, duró siete meses, e incluyó la presentación de más de 60 testigos. Finalmente, el juez William Hoeveler lo sentenció a 40 años de prisión, aunque Rubino protestó que esta sentencia significaba que “Noriega moriría en la cárcel y no lo creía procedente por causas humanitarias”.

Lavando dinero desde la cúpula del gobierno

Noriega comparte el título de uno de los dos mandatarios del mundo que tiene cuentas pendientes con EE.UU por lavar dinero: lo acompaña el ex primer ministro de Ucrania Pavel Lazarenko, quien fue arrestado en 1999 con cargos por haber creado una compleja estructura de lavado de dinero. En la actualidad, Lazarenko se encuentra bajo arresto domiciliario en San Francisco a la espera de una resolución judicial sobre su caso.

Noriega fue acusado de utilizar su condición de oficial junto con otros individuos para transportar grandes cantidades de cocaína a EE.UU y de lavar el dinero obtenido de la venta de la droga.

Noriega también está acusado de permitir el transporte de grandes cargamentos de dólares desde el Sur de Florida hasta Panamá. El ex dictador aseguró el depósito de millones de dólares procedentes del narcotráfico a las cuentas de bancos panameños y participó en la organización del cargamento sin que las aduanas panameñas ni las autoridades militares interfirieran en el barco.

Además, el sumario de la causa relaciona al ex dictador con el Cartel de Medellín, aduciendo que los colombianos llevaban a cabo diferentes negocios relacionados con el narcotráfico en Panamá bajo la protección de Noriega, depositando después los fondos obtenidos a través de operaciones ilegales en bancos del país.

Los traficantes del Cartel de Cali transportaban el dinero generado de la droga en aviones privados desde EE.UU hasta Panamá y a través de cargamentos ocultos en barcos desde Colombia hacia Panamá.

La corte determinó que Noriega trabajó con Floyd Carlton-Cacerez, un miembro del Cartel de Cali para mover el dinero de la droga.

Las investigaciones sobre el patrimonio de Noriega demostraron que el dictador utilizó el Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI) como medio para lavar dinero y potenciar su fortuna personal. BCCI permitió que se lavaran hasta US$ 23 millones de dinero ilícito que llegaba a las cuentas de Noriega procedentes del narcotráfico.

Finalmente, tras casi 10 años de corrupción y dictadura, en 1990Noriega se entregó a EE.UU. y fue trasladado de Panamá a Miami, después de que en 1989 unos 26,000 soldados estadounidenses invadieran el país.

En 1988, cuando todavía era dictador de Panamá, Noriega fue procesado penalmente en EE.UU. por 10 cargos de narcotráfico.