Ignorar o menospreciar el chequeo de listas negras es un error que refleja una gran deficiencia en el proceso de debida diligencia asociado a clientes, aliados, proveedores y empleados, ya que evidencia un desconocimiento de los riesgos que pueden representar criminales, terroristas, narcotraficantes y otros criminales.
Cuando la persona responsable del cumplimiento desconoce la importancia del chequeo de listas negras, suele hacer una identificación del cliente incompleta y justifica la deficiencia con las siguientes aseveraciones:
- “El chequeo de listas sólo aplica para grandes corporaciones”.
- “Mis clientes no son extranjeros”.
- “Yo no trabajo con clientes estadounidenses”.
- “Para qué lo voy a hacer yo, si el banco que uso ya chequea las listas”.
- “En mi país no hay terroristas, eso es en otros lados”.
- “Yo armé mi propia lista, no necesito otra”.
- “Sólo con la lista OFAC ya cumplo”.
- “Con la lista de PEPs domésticos ya es suficiente”.
El aspecto económico muchas veces es la excusa para no chequear listas negras, ya que los servicos de alto nivel suelen ser muy costosos. Sin embargo, la plataforma regtech RIskyID ofrece una de las bases de datos más completas del mundo -gestionada por Dow Jones y usada por cientos de bancos a nivel global- a precios realmente accesibles para todo tipo de negocios, con planes que empiezan en sólo USD 15 al mes.
El chequeo de listas permite, además, identificar individuos de alto riesgo, como criminales financieros y las Personas Expuestas Políticamente (PEPs), que son funcionarios públicos, miembros de partidos políticos, militares de alto rango y miembros del poder, líderes sindicales, etc. Por eso es una práctica que todas las empresas, sin importar su tamaño, deben cumplir para salvaguardar su negocio; con más razón deben hacerlo los profesionales independientes, ya que es mayor el impacto reputacional y el riesgo legal que representa relacionarse con individuos de alto riesgo.