Uno de los mayores problemas que enfrenta el desafiante mundo de los criptoactivos es el desconocimiento que existe sobre sus características, su potencial, sus ventajas y, obviamente, sus riesgos.

Si bien el precio de las monedas virtuales ha caído más del 60% del valor alcanzado en su momento de mayor auge a principios de 2018, la tecnología “blockchain” y los criptoactivos llegaron para transformar el mundo financiero y no podemos cerrarnos ante la evolución. Obviamente, debemos mitigar los riesgos asociados, que son muchos. Pero tenemos que ser cuidadosos, pues no podemos dejar que el “desconocimiento” bloquee las oportunidades que presentan las nuevas tecnologías financieras.

El pasado 26 de abril un legislador de Estados Unidos expresó durante una interpelación que los procesos de recolección de fondos para proyectos de criptactivos -conocidos como Ofertas Iniciales de Monedas (ICO por sus iniciales en inglés)- deberían ser totalmente prohibidas, porque los “charlatanes y estafadores siempre han favorecido las nuevas empresas descentralizadas”. La opinión del diputado Brad Sherman es un reflejo de las posiciones ultraconservadoras que ven en los criptoactivos una amenaza para el sistema financiero tradicional.

Afortunadamente no todos los legisladores estadounidenses piensan igual, pues el legislador Tom Emmer señaló: “La gente tiende a temer lo que no conoce. La actitud típica que recibo de algunos funcionarios electos que no tienen idea de qué están hablando es que todos los que están involucrados [en esa área que no entienden] son malos o deshonestos. Hay mucha ignorancia sobre eso [las ICOs y la tecnología de blockchain]”.

Por su parte, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC por sus iniciales en inglés) indicó que está tomando una aproximación balanceada para asegurar la formación de capital, mientras se mantiene un fuerte enfoque en la protección de los inversionistas.

En toda esta ecuación, hay un actor determinante que aún no tiene muy claro que posición tomar: el oficial de cumplimiento. No pocos profesionales del sector me han expresado su preocupación por el desarrollo que tienen los criptoactivos, especialmente las monedas virtuales, debido a los riesgos que éstas representan en materia de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.

Considero que el principal problema que existe es la falta de comprensión en torno al complejo mundo de los criptoactivos, pero el personal de cumplimiento y las áreas de riesgos no puede permitirse el lujo de querer gestionar efectivamente las amenazas que enfrentan sin entender de forma clara el funcionamiento de este nuevo ecosistema financiero. Ningún plan de mitigación de riesgos es efectivo si realmente no se conoce la fuente generadora del riesgo.