Por Juan Alejandro Baptista.
Caminaba por la peatonal Florida de la bella ciudad de Buenos Aires, cuando recibí una llamada: “Tengo un comprador para mi auto, pero hay varias cosas que me parecen sospechosas”, dijo mi sobrino, quien tiene 22 años y vive en Florida. Sus sospechas estaban bien fundamentadas, debido a ciertos hechos:
a) El auto estaba siendo vendido en USD 8.000, pero un misterioso comprador ofreció pagar USD 12.000.
b) El comprador pidió que con los USD 4.000 excedentes, mi sobrino le comprara 8 tarjetas prepagadas de USD 500 c/u y le diera los datos de las tarjetas por teléfono.
c) Los USD 12.000 los envió en dos cheques de US$ 6.000 pertenecientes a una empresa de Colorado.
d) El comprador no hablaba bien inglés y estaba fuera de Estados Unidos, incluso tenía que usar el “Google Translator” para armar sus ideas.
Mi sobrino siguió mi recomendación de ir al banco emisor de los cheques y consultar si eran legítimos, pero el personal de la agencia bancaria no detectó algo atípico e incluso ofrecieron pagarle los cheques. No obstante, él decidió llamar a la empresa emisora, la cual confirmó sus sospechas: ellos no habían emitido esos cheques, por lo tanto eran falsos.
Este caso de la vida real demuestra dos cosas: 1) el banco no cuenta con procedimientos antifraude expeditos y al alcance de todos los empleados; 2) mi sobrino asumió el papel de un “analista” del departamento de cumplimiento, no solo detectando una operación sospechosa, sino haciendo la diligencia debida para verificar la legitimidad de los cheques.
Pero lo más importante aún es que su acción evitó que el fraude llegara hasta el banco, la prevención se produjo afuera de la institución, evitando que diversos departamentos se activaran luego de la acción fraudulenta y que el banco perdiera el dinero.
Ahora… ¿por qué él reaccionó así? ¿Acaso él ha asistido a entrenamientos ALD o antifraude? ¿Ha pagado para participar en conferencias o seminarios virtuales? ¿Su banco lo ha entrenado o le ha proporcionado información sobre fraudes y crímenes financieros? No… sólo ha recibido pequeñas piezas de información y consejos de su tío. Esto demuestra que si “sacamos” al cumplimiento ALD de la burbuja corporativa, si educamos y proveemos información a los clientes y a la comunidad, tendremos al departamento de cumplimiento más efectivo en las calles, haciendo debida diligencia y ayudando a los sujetos obligados a prevenir los crímenes financieros.