Recientemente leí un artículo compartido por Kieran Beer –editor jefe de Moneylaundering.com- sobre un médico de Detroit que se declaró culpable de 16 cargos de fraude, lavado de dinero y otros delitos por suministrar tratamientos de quimioterapia a clientes que no tenían cáncer.
El doctor Farid Fata diagnosticaba cáncer solo para facturar costosos tratamientos al seguro estatal estadounidense Medicare y a varias aseguradoras privadas. En total, el médico emitió facturas por US$ 225 millones por tratamientos de cáncer, muchos de los cuales no eran necesitados por sus pacientes, según reconoció en la corte.
Este sorprendente caso demuestra la necesidad que tienen los profesionales de cumplimiento de estar actualizados y mantenerse al tanto de las nuevas metodologías criminales, especialmente por la creatividad que demuestran los delincuentes.
Además, la estafa médica evidencia que los departamentos de cumplimiento ALD y de prevención del fraude no deben descuidar el monitoreo de ciertos profesionales y negocios que suelen ser considerados de “bajo riesgo”.