Por Juan Alejandro Baptista.

Hace varias semanas en una conferencia en Montevideo, un experto narraba y explicaba el resultado de sus osadas investigaciones encubiertas en la Triple Frontera. Es sorprendente saber que al mejor estilo de un agente de la DEA, este oficial de cumplimiento arriesga su vida por su profesión. Él reveló que sus hijos y allegados no saben a lo que él se dedica en el banco, debido al riesgo que puede correr su vida y la de su familia. Al día siguiente de la instructiva presentación, un periódico uruguayo titulaba “Se lava dinero en la frontera con Brasil” y el periodista destacaba que el experto (con nombre, apellido y cargo) le ocultaba a su familia su profesión por el riesgo que podían correr sus seres queridos y él mismo. ¿Es que el periodista y su editor no pensaron en los riesgos que representaba para ese profesional ALD el develar sus datos?

En otro caso, tenemos que diversos medios nacionales e internacionales (entre ellos CNN) publicaron el 16 de junio de 2013 que ese día entraba en vigencia la nueva Ley Antilavado de México. Así lo indicaba una nota de prensa de un “congresista”, quien en la búsqueda de “exposición” envió la nota a decenas de medios de comunicación social. El único detalle que no percibieron -ni el “honorable legislador” mexicano, ni decenas de medios de la región- fue que la ley realmente entraba en vigencia un mes después.

La delicada relación de los medios y el antilavado se debe a un solo problema: la falta de capacitación. Es necesario que los periodistas reciban entrenamiento para que puedan dominar el tema, al igual que sucede con los comunicadores que cubren las áreas de economía, judicial, tecnología, etc.

La responsabilidad es de todos, empezando por los mismos profesionales de la comunicación social. Los editores y gerentes de periódicos, revistas, portales web y televisoras deben entender que el antilavado es un área de conocimientos muy compleja, que exige mucha capacitación. De lo contrario la labor informativa se ejecutará de una forma contraria a los principios universales del periodismo… por ignorancia y/o por omisión.

Los sujetos obligados también tienen responsabilidad, ya que deben educar a los miembros de los departamentos de relaciones públicas, publicidad, comunicaciones institucionales y/o prensa. De igual forma, los gobiernos tienen la responsabilidad de capacitar a sus empleados de las áreas de comunicación, pero también deben hacer esfuerzos de entrenamiento para el personal de los medios de comunicación social, ya que de esa forma se garantiza que los esfuerzos gubernamentales en materia antilavado no se enfrenten a las imprecisiones y al desconocimiento mediático, que puede afectar notablemente la gestión pública en esta materia y dañar la imagen de los países.