Un oficial de cumplimiento que trabaja en una empresa de valores me comentaba que estaba buscando cambiarse para una empresa que le ofreciera más oportunidades de desarrollo, más desafíos gerenciales y mejor salario. Inmediatamente me vino a la mente que el HSBC Bank USA está buscando un nuevo oficial de cumplimiento jefe, ya que el ejecutivo Gary Peterson renunció a su cargo luego de dos años de estar al frente de las estructuras ALD del banco.

La verdad es que tuve dudas… por momentos no supe si sería una buena oportunidad laboral o si estaría mandando a un profesional serio a la “boca del lobo”. ¿Por qué las dudas, si el HSBC es una empresa sólida, trasnacional y que seguramente ofrece un salario muy bueno para ese cargo? Muy simple: el daño reputacional. Aunque soy de los que piensa que se le ha perdido un poco el miedo al daño reputacional, en esta oportunidad yo mismo experimenté cierto tipo de “reservas” hacia el banco estadounidense  por todos los problemas de incumplimiento ALD que ha tenido durante los últimos años, por los cuales en diciembre de 2012 pagó US$ 1.200 millones a las autoridades estadounidenses, sin hablar de los problemas presentados en México y otras jurisdicciones.

Además de pagar la astronómica multa, el HSBC inició un plan de mejora de todos sus sistemas de control, implementó fuertes programas de capacitación del personal, aumentó el personal de cumplimiento normativo y, en general, tomó una serie de medidas de mejora supervisadas por las autoridades estadounidenses. Sin embargo, el daño en su imagen ya está hecho y estoy seguro que muchos profesionales considerarán “riesgoso” relacionarse en estos momentos con la empresa. Obviamente, otros lo verán como una oportunidad profesional inigualable por el desafío que representa el tomar el control de cumplimiento de este gigante financiero en un momento crítico.

No hay dudas de que el nuevo jefe del cumplimiento de la entidad contará con una estructura antilavado repotenciada, con muchos recursos técnicos y humano, y seguramente con un buen salario que lo motivará a asumir el reto profesional que significa ser el responsable de tan delicada posición que por un buen tiempo seguirá bajo la inclemente lupa de los reguladores estadounidenses.