Detectar el financiamiento del terrorismo es una de las tareas más complicadas que enfrentan los oficiales de cumplimiento. Este desafío es aún mayor cuando el hecho es ejecutado por una célula terrorista independiente y pequeña, que responde a la tendencia del Yihadismo, como es el caso de los dos hermanos que asesinaron a 12 personas el miércoles 07 de enero en el semanario francés Charlie Hebdo.
A pesar de los antecedentes subversivos de Said y Cherif Kouachi, los servicios de inteligencia franceses no pudieron anticipar el letal acto. En base a esto me surgen las siguientes preguntas: ¿Es realmente posible para un oficial de cumplimiento detectar transacciones relacionadas a este tipo de actos terroristas? ¿Todos los actos terroristas tienen realmente un “financiamiento” previo ligado a los atacantes?
Daniel Cerdan, exmiembro del cuerpo de elite Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional de Francia (GIGN), declaró a la prensa francesa que “es evidente que [los hermanos Kouachi] carecen de apoyo logístico. No tienen dónde refugiarse ni siquiera dinero para comprar comida”. Si no hubo apoyo logístico y si los atacantes no tienen dinero, quiere decir que difícilmente haya un rastro financiero o transaccional ligado a este ataque.
Otro caso similar fue el de los hermanos Tsarnaev, quienes en abril de 2013 detonaron una bomba cuando se corría el maratón de Boston, matando a 3 personas e hiriendo a otras 260. En ambos casos, los atacantes actuaron de forma individual, utilizando al Islam como chivo expiatorio para justificar lo injustificable.
La tendencia “yihadista” ha ido en aumento como una forma más efectiva e indetectable de acto terrorista. Los grandes ataques que exigían una planificación rigurosa y “financiamiento” parecen estar pasados de moda en el mundo terrorista. La gloria del yihadismo descansa sobre el sacrificio individual. Por eso, ahora quizás debemos hablar de “autofinanciamiento del terrorismo”… y aquí la pieza clave debe ser el perfil del riesgo de los clientes y no sus transacciones financieras.