Parece inminente la acción de las autoridades de Estados Unidos contra altos funcionarios de Venezuela por los delitos de narcotráfico y lavado de dinero. Según el diario The Wall Street Journal, Diosdado Cabello es el principal objetivo.
Indistintamente del impacto político que pueda generar una investigación y la posible inclusión en la lista OFAC de estos PEPs venezolanos, los bancos deben ir preparando su plan de respuesta para ajustar su cumplimiento y no maltratar las ya difíciles relaciones con sus corresponsales estadounidenses.
Si consideramos que Diosdado Cabello es uno de los principales empresarios del país petrolero, su potencial inclusión en la lista de sancionados generaría un enorme desafío de cumplimiento para el sistema financiero venezolano y, a su vez, para las instituciones de la región, incluidas las de Estados Unidos.
Al flamante presidente del Congreso venezolano se le adjudica informalmente el control de más de 30 emisoras de radio, empresas de atún, navieras, aduaneras, desarrollos habitacionales, entre muchos otros grandes negocios nacionales. Además, se le ha relacionado con 5 bancos venezolanos y cientos de empresas fantasmas usadas para obtener divisas preferenciales.
La red de asociados, familiares y beneficiarios de Diosdado y de los otros altos funcionarios pudiera traspasar las fronteras venezolanas. De concretarse una acción de las autoridades estadounidenses, la banca venezolana, panameña, dominicana, costarricense, española y de otras naciones deberá hacer un amplio ejercicio de detección e identificación en sus listas de clientes. Obviamente la banca de Miami no se escapará a esta difícil tarea.
En fin, es mejor prepararse, porque las autoridades de Estados Unidos han demostrado que cuando el río suena… es porque “Diosdado” trae.