Por Juan Alejandro  Baptista

     El 31 de diciembre no solo finalizó el año 2013, también venció el plazo que tenían los bancos suizos para firmar un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos que les permita divulgar información sobre los clientes estadounidenses que han evadido sus responsabilidades fiscales.

     Unas 300 entidades bancarias suizas trabajaron arduamente para moldear convenios que les evitaran investigaciones criminales de parte de las autoridades estadounidenses, quienes el pasado año prometieron una amnistía a los bancos que colaboren a cambio del pago de una multa y de revelar la información de los clientes estadounidenses.

     Según reportó a finales de diciembre Bloomberg Businessweek, los bancos de Suiza –que es el mayor centro financiero del mundo con US$ 2,2 billones en activos- han creado “un ejército de auditores, abogados y trabajadores para examinar minuciosamente las cuentas de sus clientes” antes de finiquitar el acuerdo que vendría siendo el más duro golpe sufrido por el legendario secreto bancario suizo.

     El acuerdo consiste en que los bancos suizos deben explicar al Departamento de Justicia de EE.UU. cómo ayudaron a los clientes estadounidenses a ocultar sus activos y proporcionar los datos sobre las cuentas no declaradas. Al mismo tiempo, tendrán que pagar una multa, la cual será menor que las sanciones monetarias y penales anunciadas por las autoridades estadounidenses para los bancos que no firmen voluntariamente el acuerdo. 

     Duro golpe al “Secreto Bancario”

     La presión de Estados Unidos sobre las autoridades suizas ha sido tan fuerte durante los últimos años, que este programa fue respaldado por el Gobierno de Suiza. El 29 de agosto de 2013, voceros oficiales recomendaron a sus entidades bancarias firmar el acuerdo con Estados Unidos, en lo que se considera un gran paso contra la evasión fiscal y un duro golpe contra las jurisdicciones de secretismo, de las cuales Suiza ha sido siempre una de las más rígidas.

     Estos acuerdos fueron rechazados por la Asociación de Banqueros Suizo (ABS), por considerar que eran muy costosos y que implican acciones complicadas para su ejecución, como determinar quién es un “cliente estadounidense” y saber cuáles bienes no fueron declarados a las autoridades fiscales.

     “Es necesario que los bancos hagan un análisis profundo de sus clientes y la historia de esas relaciones” comerciales, dijo la portavoz de la ABS, Sindy Schmiegel. “Eso es muy caro y es por eso que el programa está en el límite de tolerancia para los bancos. Es realmente un programa doloroso”.

     “El trabajo duro es llegar a los datos correctos y cortar a través de sistemas complejos para poner todos los hechos sobre la mesa. Eso es muy costoso e implica abogados, contadores forenses y empleados del banco. Puede requerir 20, 30 o 40 personas durante más de cuatro o cinco meses para los bancos más grandes”, declaró a Bloomberg el experto David Fidan, socio de Deloitte LLP en Suiza. 

     Los bancos deberán revelar los nombres de los empleados, abogados y asesores externos involucrados con sus clientes extranjeros.

     Peor que FATCA

     Si muchas personas consideran elevada la retención impositiva del 30% contemplada para las instituciones financieras extranjeras que no se unan al programa estadounidense de la Ley de Cumplimiento Fiscal de Cuentas Extranjeras (FATCA por sus iniciales en inglés), las alícuotas contempladas para los bancos suizos son aún mayores.

     Para poder lograr un acuerdo de “no enjuiciamiento”, además de proporcionar la información los bancos suizos deben pagar 20% del valor de los activos que no fueron declarados al Servicio de Rentas Internas de EE.UU. (IRS por sus iniciales en inglés) antes del primero de agosto de 2008; 30% de las cuentas abiertas entre esa fecha y febrero de 2009; y 50% de los activos de las cuentas abiertas a partir de esa fecha hasta la actualidad. 

     Los bancos que no accedieron a estas condiciones antes de que finalizara el 2013, pueden enfrentar investigaciones criminales como las realizadas contra otras 14 entidades suizas, entre las que se encuentran el Credit Suisse Group AG (CSGN) y el HSBC Holdings Plc (HSBA). 

     El alcance de estos procesos quedó reflejado con el caso del banco suizo UBS AG, el mayor banco suizo que evitó un proceso criminal en su contra mediante la firma de un acuerdo con las autoridades de EE.UU. que contempló el pago de US$ 780 millones y la entrega de los datos relacionados a 4.700 cuentas de estadounidenses, de los cuales al cierre de 2013, unos 100 individuos –entre ellos banqueros, abogados y asesores financieros- habían sido juzgados por evasión fiscal en cortes estadounidenses. 

     Las 4 categorías

     Las 14 instituciones financieras suizas que ya han enfrentado investigaciones criminales por parte de Estados Unidos conforman la Categoría 1 de la clasificación de la banca suiza hecha por el Departamento de Justicia.

     La Categoría 2 es para aquellos bancos que se registraron al programa entre el 01 de julio y el 31 de diciembre de 2013 con la intención de lograr un acuerdo que los salve de una investigación criminal. Estos bancos deben reportar el número de cuentas estadounidenses abiertas desde 2008, el monto máximo de dinero de cada cuenta e identificar al empleado del banco que manejó cada cuenta. Toda esta información debe ser certificada por un auditor independiente. Bancos como el Valiant Bank y el Berner Kantonalbank anunciaron en diciembre su registro en esta categoría.

     La Categoría 3 es para los bancos que han certificado –mediante un auditor externo- que no han violado ninguna ley, por lo cual no serán víctima de una investigación criminal. Mientras que los bancos que cuentan casi exclusivamente con clientes suizos fueron incluidos en la Categoría 4, por lo tanto tampoco serán sometidos a un escrutinio por parte de las autoridades. 

     Las instituciones bancarias suizas que no se hayan incluido en la Categoría 2, tendrán hasta el 31 de octubre de 2014 para voluntariamente cambiarse a esta categoría si lo consideran conveniente en base a las investigaciones internas que hayan hecho de su cartera de clientes.