Por Brian Monroe.
Las fortunas ocultas en Suiza se presentan cada vez más como un atractivo manjar para los entes fiscales de muchos países del mundo. Estados Unidos ha sido una de las naciones más agresivas al respecto, debido a que las autoridades estiman que hay miles de millones de dólares de sus ciudadanos ocultos en las arcas suizas. Ahora las acciones no son solo contra los evasores, sino también contra quienes los ayudan a mantener los fondos “fuera del radar”.
Esto quedó confirmado el pasado mes de diciembre cuando tres ex asesores financieros de un banco suizo fueron acusados judicialmente por los fiscales del Distrito Sur de Nueva York por ayudar a sus clientes estadounidenses a ocultar del fisco unos US$ 420 millones en cuentas en el extranjero.
Stephan Fellmann, Otto Chupi y Christof Reist trabajaban para un banco suizo –cuyo nombre no fue mantenido en reserva en los documentos de la corte- aconsejando a sus clientes al momento de abrir las cuentas. Algunas de las recomendaciones más comunes para mantener las cuentas ocultas del Servicio de Rentas Internas de EE.UU. (IRS por sus iniciales en inglés) eran:
-Utilizar empresas fantasmas como titulares
-Usar palabras codificadas
-Evitar colocar sus direcciones reales para que no recibieran correspondencia bancaria
-Utilizar códigos numéricos en vez de firmas para que los clientes no fuesen relacionados con cuentas no declaradas.
La “oscura” asesoría
Mientras ofrecía los servicios del banco suizo a un cliente de Colorado que buscaba esconder del IRS las ganancias obtenidas mediante su negocio de bienes raíces, Fellmann aseguró al cliente que la institución financiera suiza no era tan vulnerable a la presión de EE.UU. como el Banco UBS, ya que no tenía operaciones en territorio estadounidense. El cliente había cerrado recientemente su cuenta de UBS después de enterarse de la investigación adelantada por funcionarios de EE.UU. contra el banco, que en última instancia condujo a un acuerdo de US$ 780 millones.
Un segundo cliente que viajó con su esposa a Zurich también estaba nervioso por la investigación contra el UBS, por lo cual cerró su cuenta con el gigante bancario suizo y “caminó desde el UBS hacia el primer banco que vieron en la calle” para abrir una cuenta. Aunque la acusación no especifica el nombre del banco, los únicos bancos suizos situados en las inmediaciones de la sede de UBS en Zurich son Bank Julius Bar y Credit Suisse.
Huppi, el único ciudadano americano de los tres acusados, asesoró a clientes para que utilizaran varias palabras en código para referirse a sus cuentas en Suiza, entre ellas “Raincity” y “Philadelphus”.
“El gobierno de EE.UU. ha estado tomando medidas enérgicas contra la evasión fiscal en el extranjero de sus ciudadanos y se ha visto cómo [las autoridades] son agresivas en la persecución de los bancos suizos”, declaró Clark Gascoigne, portavoz de Global Financial Integrity, un programa del Centro para la Política Internacional.
“Esta es una gran prioridad para el Departamento de Justicia de EE.UU.”, aseguró Clark, quien considera que probablemente los tres individuos fueron denunciados por clientes temerosos de las investigaciones adelantadas contra los evasores.
Los tres hombres se enfrentan a penas de hasta cinco años de cárcel y multas de US$ 250.000 o el doble de su ganancia monetaria.
Un aspecto importante de este caso es que los tres asesores financieros residen en Suiza –no en Estados Unidos- y los fiscales acusadores no identificaron directamente al banco empleador, contra el cual aún no se han anunciado acciones.




