El Bank of New York (BONY) puede haber esquivado una bala cuando llegó a un acuerdo de no enjuiciamiento en noviembre con el gobierno de EE.UU. en el caso que se centraba en la movilización de grandes cantidades de dinero sospechoso para individuos rusos, pero le dio un duro golpe a la reputación del tradicional banco.

Aún así, si bien el BONY no será sometido a juicio – siempre que cumpla con el acuerdo – tendrá que pagar US$38 millones como restitución y confiscación y continuar mejorando sus procedimientos antilavado de dinero para culminar una investigación de cinco años como resultado de la conspiración de empleados del banco para movilizar miles de millones de dólares fuera de Rusia.


El banco también debe implementar una nueva lista de políticas y procedimientos antilavado, muchos de los cuales implican el reconocimiento de actividades sospechosas y la presentación de reportes sobre las mismas.


El acuerdo de tres años, anunciado por el banco y las Oficinas del Fiscal Federal para los Distritos Este y Sur de Nueva York el 4 de noviembre, en realidad culmina dos casos que no están relacionados salvo por el hecho de que ambos implican la aplicación de procedimientos antilavado de dinero deficientes.


El primer caso involucra a empleados de la Sucursal Island Park del banco a los que se acusa de haber firmado acuerdos de garantía falsos e inextacos y por haber omitido la presentación de Informes de Actividad Sospechosa cuando esos acuerdos salieron a la luz.


Compañías pantalla llevan a Rusia


El otro caso, mucho más famoso, involucra a una empleada jerárquica del banco que ayudó a establecer compañías pantalla para ayudar a algunos ciudadanos rusos a transferir miles de millones de dólares en fondos irregulares fuera del país.


El caso data desde 1996, cuando Peter Berlin, inmigrante ruso, abrió una cuenta a nombre de Benex International Co. Inc., y BECS International LLC, con la ayuda de su esposa, Lucy Edwards, entonces vicepresidenta del BONY.


Según el acuerdo, durante los siguientes tres años y medio, miles de millones de dólares originados en Rusia se movilizaron a través de las cuentas de Benex y BECS en el BONY.


El gobierno participó de la investigación a fines de los ‘90s, y el banco acordó mantener abiertas y activas estas cuentas a pedido de la Oficina del Fiscal Federal.


Mientras tanto, los fondos sospechosos eran transferidos fuera de las cuentas de Benex y BECS, que operaban como compañías pantalla para Depositarno Kliringovy Bank, (DKB), un banco ruso, y los enviaba a cuentas offshore, según lo indicado en el acuerdo.


En 2000, Edgards y Berlin se declararon culpables de lavado de dinero en la corte federal de Manhattan, pero el banco no fue acusado.  Edwards y Berlin, quienes están cooperando con los investigadores, han evitado la cárcel hasta ahora.  Bridget Kelly, vocero de la Oficina del Fiscal del Distrito Sur, sólo dijo que todavía no han sido condenados.


Problemas con los procedimientos


Según el acuerdo, la supervisión del banco fue inadecuada de muchas maneras que incluyeron la omisión para desarrollar políticas antilavado de dinero, la omisión en la realización de una diligencia debida adecuada, y la omisión de la vigilancia de las actividades de las cuentas.


Si el banco hubiera vigilado la actividad en las cuentas, hubiera tenido información sobre muchas circunstancias altamente sospechosas, según los documentos del acuerdo.


Un vocero del banco, quien habló bajo condición de anonimato, dijo que el banco ya ha implementado muchos de los controles reforzados que requiere el acuerdo.  No indicó cuánto ya gastó el banco en la implementación de un mayor cumplimiento y seguridad, pero señaló que el banco tenía fondos reservados para aplicarlos al acuerdo.


Aún así, algunos expertos dicen que el resultado podría haber sido peor para el banco.   Michael McDonald, es agente especial retirado de la División de Investigaciones Criminales del Servicio de Rentas Internas y ahora dirige una consultora en temas antilavado de dinero con sede en Miami.  Él dijo que un acuerdo de no enjuiciamiento podría implicar que el gobierno no pudo presentar evidencia suficiente para acusar al banco.


“Creo que es un problema fundamental del (caso) Bank of New York desde el punto de vista del juicio, fue obtener pruebas que fueren admisibles en los tribunales de EE.UU. como la fuente de los fondos movilizados a través del banco”, dijo a Lavadodinero.com en una entrevista telefónica.  “Desde el comienzo siempre creía que tendrían dificultades en obtener las pruebas de las fuentes rusa y del Europa del Este para demostrar que la fuente de los fondos provino de actividades ilegales específicas”.


Banco acepta multa, cambios antilavado de dinero


Bajo el acuerdo, el banco acordó la confiscación de US$26 millones a favor de Estados Unidos dentro de los 30 días y reconoció que ha tomado, o tomará las medidas necesarias para solucionar los temas elevados a consideración por los fiscales.


Los otros US$12 millones van a un fondo establecido bajo el acuerdo para ser restituidos a cualquier institución bancaria que haya sufrido pérdidas a causa de los acuerdos de garantía del BONY.


También acordó mejorar la detección y reporte de actividades sospechosas.