Por: Departamento Editorial
La debida diligencia en un reto del personal de cumplimiento, las regulaciones en todo el mundo se dirigen cada vez más a la necesidad de lograr mecanismos de identificación al cliente más eficientes, expeditos y con alta precisión.
La industria de valores tiene sus propias peculiaridades, la volatilidad de las transacciones impone afinar criterios de análisis de los clientes. Como parte de nuestras herramientas de capacitación le ofrecemos algunos aspectos fundamentales que se debe tomar en cuenta para perfilar a clientes que podrían ser de riesgo para la institución:
• Falta de preocupación del cliente en relación a los riesgos, comisiones, o costos de las transacciones.
• Clientes que se rehúsan a firmar la declaración de fe de origen de los fondos al momento de abrir la cuenta o de realizar transacciones.
• Clientes que quieren invertir y se encuentran más preocupados por el pronto pago que por la liquidación a largo plazo o por los términos económicos de la operación.
• Clientes que realizan numerosos pagos en efectivo o en cheques personales, o con cheques que se cargarán en una cuenta de un tercero sin justificación aparente.
• Inversionistas que solicitan realizar un pago por un monto global por medio de una transferencia electrónica o con moneda electrónica.
• Pagos realizados en efectivo por los inversionistas a sus intermediarios –corredores públicos— por montos muy altos o por montos pequeños en los casos en que tales prácticas resulten frecuentes y no guarden relación con el perfil del cliente.
• Nuevos accionistas de una sociedad que opera en el mercado se niegan a tramitar ante el órgano regulador nacional la ratificación de la autorización o se demoran injustificadamente en la transacción.
• Se evita presentar ante el órgano regulador nacional la documentación relacionada con los accionistas/dueños/beneficiarios finales de la empresa de valores que tienen domicilio en el exterior.




