Compañías fantasmas, empleados de casas de cambio y anticipos de importación falsos eran algunos de los elementos utilizados por una corporación colombiana para lavar casi un millón de dólares.
La fiscalía de Colombia acusó a Jorge Alfredo Santaella Ayala, gerente de Consorcio Bloque Samoré de haber lavado a través de cuentas de la corporación e ingresando dinero a Colombia bajo la apariencia de anticipo de importación.
La investigación adelantada por un fiscal de la Unidad Nacional para la Extinción del Derecho de dominio y contra el Lavado de Activos descubrió que entre diciembre de 2001 y febrero de 2002 ingresaron a las cuentas de la corporación US$900.000—en pesos colombianos—consignados sin ninguna razón desde Bogotá y Medellín. Según la fiscalía de Colombia, el dinero ingresó en su mayoría al país como divisas extranjeras, bajo la apariencia de anticipos por exportaciones que tampoco se efectuaron.
Santaella Ayala giró este dinero a través de cheques a diferentes personas, que luego los convertían en efectivo. Los cheques fueron cobrados por empleados de la Casa de Cambios Fronterisa Nissi de la ciudad de Cúcuta. Según la fiscalía esta compañía justificó la circulación de la millonaria suma con aparentes operaciones de arbitraje internacional de divisas a favor de otra persona que no había participado en la operación.
La investigación señala que los fondos que ingresaron a las cuentas del Consorcio Bloque Samoré fueron depositados por compañías fachadas, Comercializadora Los Libertadores y Comercializadora El Colorado.
Para la fiscalía el dinero canalizado por Santaella Ayala carece de justificación lícita. Tanto el origen del dinero como su destino se trataron de explicar por medio de operaciones financieras, cambiarias y de comercio exterior irregulares.




