Las instituciones financieras que busquen aprender de los errores y fracasos de otras instituciones, y evitar castigos penales y financieros deberían tener presente los pecados capitales antilavado de los casos más recientes y sonados internacionalmente.

Los Siete Pecados Capitales Antilavado se analizaron la semana pasada durante la 6ta Conferencia Latinoamericana sobre Lavado de Dinero que realizó Lavadodinero.com en la ciudad de México.


Desde una mala auditoría hasta atender a una persona políticamente expuesta (PEPs) sin realizar suficiente diligencia debida, se pueden encontrar en diversas instituciones financieras todos los pecados antilavado que cualquier oficial de cumplimiento debe evitar:


1. Insuficientes auditorías internas de controles antilavado e ignorar alertas de las auditorías


Según Luis Bogantes Rodríguez, director de riesgos de cumplimiento de Banco Nacional de Costa Rica, las auditorías internas deben extenderse hasta realizar las pruebas suficientes para saber si un programa de cumplimiento está funcionando. No sólo debe verificar que el departamento de cumplimiento está trabajando, sino que está trabajando bien y eficientemente. Los programas de cumplimiento auditados deben verificar que las políticas y procedimientos aprobados por la junta directiva se estén aplicando y que los resultados sean efectivos. Es importante que la auditoría realice pruebas y si se encuentran resultados que deberían haber sido detectados por los controles de cumplimiento, hay que solicitar al departamento que les provea los documentos obtenidos, que deberían estar archivados.


Por su lado, Manuel Acevedo Guadiana, director general adjunto de normatividad y relaciones nacionales e internacionales de la unidad de inteligencia financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México, señaló que es importante que las instituciones financieras tengan muy separadas las áreas de cumplimiento y de auditoría. El objetivo es lograr un equilibrio que permita determinar las debilidades de cada institución. La auditoría debe reportar a la junta directiva para que no existan conflictos de interés.


Pero por otro lado, Acevedo Guadiana señaló que en el caso de la evaluación del funcionamiento del programa antilavado, se debe llevarse a cabo por una auditoría externa que no tenga compromisos con la junta directiva.


2. No cooperar con las autoridades y no responder a los requerimientos oficiales de información


Las instituciones financieras deben tener una constante actitud positiva de cooperación con las autoridades en todo lo concerniente a sus investigaciones, provisión de documentación, etc.


La actitud de cooperación o no de la institución puede sellar su destino, ya que los investigadores y las autoridades que solicitan la información colocan inmediatamente en el casillero de sospechosos a aquellas instituciones reacias a la cooperación, más allá de si este organismo o compañía es inocente.


Es importante que las instituciones tengan un archivo de los pedidos que reciben, cuándo se deben cumplir, qué análisis interno se va a realizar. Las consecuencias por no cooperar pueden ser muy severas. Según la panelista Patricia Llerena, jueza de un tribunal oral de Argentina, hay diferencias entre los pedidos de información de un organismo o agencia gubernamental como por ejemplo la UIF y un juez o fiscal donde no se puede negar ni retrasar la información, ya que casi todos los países tienen establecidos el delito de desobediencia que es un delito penal.
 
3. Ignorar alertas en la banca corresponsal y conflictos de interés con la junta directiva


Según los expertos, en las cuentas corresponsales es fundamental aprovechar al máximo todas las señales de alertas que puedan aparecer, hasta las más mínimas. Contar con cuentas con bancos extranjeros implica un constante control y monitoreo sobre las señales de alerta del país donde el banco se establece y otra información que las autoridades de estas jurisdicciones provean.


Los bancos deben analizar casos por caso los riesgos y beneficios de continuar relaciones con cuentas corresponsales que activen señales de alerta. Bogantes Rodríguez puntualizó que en el caso específico del caso ABM Amro, éste no prestó atención a varias advertencias sobre instituciones y bancos con los que realizaba negocios y que estaban siendo cuestionados. El propio Banco Central de Chipre le advirtió sobre las cuentas corresponsales que mantenía y el alto riesgo que representaba. Esto le significó al banco una multa de US$17 millones por no prestar atención detenidamente a las señales de alerta.


Con respecto al conflicto de interés dentro de una institución, la junta directiva de un banco, por ejemplo, debería ser el principal órgano de la institución en tener el claro el riesgo que traen aparejados ciertos clientes, como los PEPs. Para evitar conflictos de interés se debería:



  • Entregar un código de ética para todos los empleados, incluyendo los miembros de la junta directiva.
  • Cada empleado debería presentar cada cierto tiempo un informe sobre posibles conflictos de interés relacionados con ellos.
  • Los distintos países deberían decretar leyes que protejan a los empleados que divulguen información o actos indebidos.

4. Darle una cordial bienvenida a los PEPs sin realizar diligencia debida e ignorando información negativa


Quedó en claro que una vez que se es un PEP, se es siempre un PEP. Lo dijo Hernán Peñafiel, y se debe a que uno de los motivos para la primera multa de US$16 millones que tuvo que pagar el Banco Riggs en 2001 se debió a no informar que Pinochet era un PEP cliente suyo. El argumento del banco fue que Pinochet ya no formaba parte de la esfera política de Chile.


La sucursal de Nueva York del Banco Chile no consideró a Pinochet como PEP ni le pidió acreditar el origen de sus fondos ni reportó operaciones sospechosas. En relación con los PEPs, los bancos deben:



  • Realizar un constante monitoreo de las cuentas.
  • Compartir todas las bases de datos con sus filiales y sucursales.
  • Chequear constantemente los medios locales, nacionales e internacionales para incorporar todos los elementos relacionados con los PEPs.
  • Mantener una buena relación con los entes normativos para saber cómo proceder.
  • Fortalecer siempre la diligencia debida cuando se tenga algún tipo de relación con un PEP.

5. Ignorar señales de problemas y perder oportunidades para minimizar las repercusiones negativas de no cumplir


La primera respuesta a este conflicto que dieron los panelistas es: actuar rápido. Ante todas las situaciones de riesgo y peligro las instituciones deben reaccionar velozmente. Una institución debe aprovechar todas las señales de alerta como una oportunidad para poner atención en un caso específico.


Luego, si ya no se cumplieron con las obligaciones, el banco debe tratar de minimizar las consecuencias negativas por este incumplimiento. Además de los monitoreos de riesgo de las instituciones, Bogantes Rodríguez señala que un buen momento para prestar atención a cuentas y clientes es cuando la unidad de inteligencia financiera o autoridades competentes piden información sobre un cliente específico. Es factible que las autoridades estén realizando algún tipo de investigación –de esta persona u otra—y por ende es un momento propicio para que el banco maximice sus investigaciones.


Las instituciones no sólo deben contestar solicitudes de información, sino que deben investigar e indagar sobre todas las señales de alerta u otra información que está sustentando estas solicitudes.


6. Hacer la vista gorda en cuanto a operaciones sospechosas y no entrenar adecuadamente al personal para reportarlas


Muchas de las instituciones financieras que han sido multadas y castigadas penalmente en los últimos tiempos, podrían haber evitado gran parte de sus males si hubieran prestado atención a las señales claras respecto a las anormalidades o aparente ilegalidad de las transacciones realizadas.


“Las instituciones cuentan con una responsabilidad corporativa si se detecta una falta de cumplimiento en la suficiente capacitación de los empleados”, señaló Patricia Llerena.


Hasta la revisión del año 2002, los informes de Pinochet del banco Riggs para justificar el origen de los fondos del ex dictador chileno señalaban únicamente generalidades como “inversiones personales” o “ganancias y dividendos de negocios de su familia”, dijo  Peñafiel. Agregó que desde principios de la década de 1980, Riggs International Bank Corporation, filial de Riggs en Miami, mantuvo a sabiendas cuentas de Pinochet con nombre falso y tuvo cuentas de militares chilenos que fueron aparentemente utilizados como testaferros, también a sabiendas, y nunca reportó estas actividades sospechosas.


Al igual que Riggs, Citibank utilizó frecuentemente cuentas de concentración para transferir dinero de Pinochet—a través de una subsidiaria en Bahamas le creó sociedades offshore para que sean titulares de cuentas—y nunca efectuó reportes de actividad sospechosa.


7. Mantener relaciones demasiado cercanas entre los reguladores y las instituciones, tolerando conductas inapropiadas


En 2002, el examinador de la Oficina del Contralor de la Moneda de EE.UU. a cargo de banco Riggs, dejó la agencia después de 34 años de servicio y comenzó a trabajar para el banco—y llegó al cargo de vicepresidente ejecutivo.


Esto fue después de concluida la revisión de Riggs y sin mayores reparos por parte del banco. Incluso, según el informe del Senado de EE.UU., aconsejó en el 2001 a personal de más rango que no se tomaran medidas más severas contra Riggs.


Los conflictos de interés no son necesariamente malos, el tema es saber cómo se resuelven, señaló Acevedo Guadiana en relación a este pecado. Cada institución debe establecer criterios para no aceptar regalos que creen conflictos de interés y comprometan el accionar y el proceso de la toma de decisiones. Sin embargo agregó que es importante mantener una relación cercana con la institución regulada porque esta interacción lleva a mejorar la calidad del trabajo.


Sin embargo, hay que tener en cuenta que lo que en algún momento se consideró como una gran fortaleza para Riggs—mantener estrechas relaciones con el regulador—se volvió una debilidad.