En medio de problemas de relación e intercambio de información entre agencias gubernamentales, la agencia de recaudadora de impuestos de Argentina (Administración General de Ingresos Públicos, AFIP) decidió crear dentro de su organización una unidad especial para detectar operaciones de lavado de dinero.
Con el establecimiento de la oficina que se llamará Lavado Dinero, la AFIP estaría buscando un mayor protagonismo en el combate contra este flagelo y también apaciguar las críticas de los organismos internacionales que cuestionan el marco institucional de Argentina en la lucha antilavado.
En las últimas comunicaciones del año pasado, el Grupo de Acción Financiera Internacional –GAFI—criticó los estándares antilavado de Argentina y también cuestionó el estado de la legislación para combatir el lavado, y le exigió a Argentina que elevara los estándares para combatir el flagelo.
La disposición 37/2006, que fue publicada el 19 de enero, modifica la estructura de la organización y estipula la creación de la unidad, que tendrá categoría de división y dependerá de la Dirección de Programas y Normas de Fiscalización de la Subdirección General de Fiscalización.
Relaciones tensas
Los tres organismos argentinos encargados de fiscalizar y combatir el lavado de dinero en Argentina son la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), la AFIP y el Banco Central. Pero la relación entre la UIF y la AFIP no ha sido amistosa.
A finales del año pasado, la entonces directora de la UIF Alicia López, criticó duramente la falta de colaboración entre los organismos encargados de luchar contra el lavado de dinero en Argentina.
López dijo que la UIF se encontraba atada de manos para combatir el lavado, en parte debido a que la AFIP se negaba a responder a solicitudes de información. Tanto es así que el proyecto de ley del año pasado para modificar la ley antilavado de Argentina –que todavía se encuentra en tratamiento en el Congreso— obliga a las instituciones financieras a levantar el secreto bursátil y bancario sin una orden judicial cuando lo requiera la UIF; pero en el caso de la AFIP, mantiene el secreto fiscal. Así, la UIF necesita una orden judicial para obtener información del organismo recaudador de impuestos.
Nuevas tareas
La nueva división antilavado de la AFIP estará a cargo de los programas de detección y control de transacciones sospechosas. Entre sus tareas se encontrarán las de agrupar y supervisar los informes de operaciones sospechosas antes de enviarlas a la UIF; proponer normas y pautas de trabajo; intervenir en el intercambio de información referida al lavado de dinero a escala nacional e internacional; analizar y evaluar riesgos de lavado; coordinar el desarrollo de hipótesis investigativas para auditar a los contribuyentes, entre otras tareas.
Mientras la presión por la UIF que busca acceso constante a la información de la AFIP continúa, ahora resta ver cómo concluye el tratamiento del proyecto de ley en el Congreso. Pero el futuro no parece promisorio para la UIF, ya que es muy posible que se imponga la postura de la AFIP de cerrar toda posibilidad de acceso al secreto fiscal por parte de la unidad.




