La Policía Nacional de Colombia desarticuló una poderosa red de falsificadores de monedas, al descubrir una imprenta clandestina ubicada en Bogotá donde fabricaban distintas denominaciones de euros, dólares y pesos colombianos.
La operación llamada “chévere” permitió el decomiso de 11.257.400 euros falsos en billetes de €500 y €200, así como sofisticados equipos informáticos y de impresión. Las autoridades detuvieron a Luis Alfonso V., líder de la banda y reconocido como uno de los más importantes falsificadores de euros.
Los allanamientos se produjeron en dos galpones ubicados en la capital colombiana, donde operaban la imprenta y un depósito de billetes falsificados. Además, la Policía Nacional de Colombia encontró los equipos y los químicos necesarios para la falsificación de billetes de US$100 y pesos colombianos.
El director de Europol, Max-Peter Ratzel, se mostró complacido por el resultado del operativo y afirmó que la operación es un ejemplo excelente de la confiable cooperación que mantienen con las autoridades colombianas desde que firmaron el acuerdo de cooperación en 2004.
Ratzel agregó que “el uso de Europol como una plataforma de intercambio de información ha mostrado resultado exitosos”. La policía de la comunidad europea ofrece apoyo en capacitación, financiamiento y suporte técnico a organismos de seguridad europeos y de otros lugares del mundo.
Falsificadores de primera
La red utilizaba herramientas de impresión de avanzada tecnología, combinadas con equipos informáticos, guillotinas especiales y equipos láser para crear los billetes con una gran semejanza a los originales.
Fuentes de los organismos de seguridad indicaron que posiblemente mucho del dinero fuese utilizado para negociaciones sostenidas entre los carteles de drogas, debido a que los billetes de elevada denominación suelen usarse en este tipo de transacciones y son más difíciles de insertarlos en la economía formal, especialmente el billete de 500 euros.
Ambas edificaciones allanadas habían sido acondicionadas para la falsificación, especialmente la imprenta clandestina, la cual habían logrado insonorizar para no despertar sospechas.




