Por Brian Orsak y Carla Valero

Un nuevo banco regional de desarrollo pensado para mantener la independencia de Latinoamérica respecto al Banco Mundial, podría ser sancionado por autoridades estadounidenses por mantener relaciones con Cuba, según afirmaron ex oficiales norteamericanos.

El Banco ALBA, lanzado el pasado 26 de enero por el presidente venezolano Hugo Chávez, incluye entre sus miembros a Bolivia, Nicaragua y Cuba, un país que tradicionalmente ha sido el blanco de las sanciones de Estados Unidos.

El objetivo de esta institución es ofrecer una alternativa diferente al financiamiento ofrecido a los países latinoamericanos por el Banco Mundial y por los tratados comerciales con Estados Unidos. Debido a que el grado de relación de Cuba en la organización aún no está clara, “las instituciones financieras de los Estados Unidos deberían seguir la historia y ejercer precaución extrema… hasta que el gobierno de Estados Unidos se haya pronunciado al respecto”, dijo Betsy Sue Scout, la jefa de la división de penas civiles del Departamento de Control de Bienes Extranjeros (OFAC). La agencia es la encargada de hacer cumplir las sanciones emitidas por Estados Unidos.

Valorando si se debería sancionar al banco formalmente, Estados Unidos mirará los intereses del propio banco y el nivel de control que Cuba, un país que obtuvo sanciones económicas de Estados Unidos en 1963, tiene en la organización, dijo Scott.

Una institución con visión política

La gerencia del Banco ALBA será rotativa entre los países miembros, según informó Rafael Isea, Ministro de Economía de Venezuela, quien aclaró que la institución será manejada con principios políticos y no financieros.

“Hemos establecido un mecanismo democrático para tomar decisiones, donde cada país miembro tiene el mismo voto a pesar de la cantidad con la que hayan contribuido a la institución”, dijo Isea, añadiendo que “el objetivo de la organización no es acumular riqueza, sino promover el desarrollo de los países latinoamericanos”

Mientras el Banco ALBA empieza sus operaciones con US$1 billón, según Isea, no está claro lo que aportará cada miembro.

Si Cuba participa de la operación con un 5%, OFAC podría no actuar, pero si el país tiene el 20% de la participación o más, “OFAC probablemente lo bloquearía”, dijo Steven Pinter, un ex consejero de sanciones de OFAC. Pero como seguramente “OFAC equilibrará los porcentajes y las proporciones” mirando otros factores, no es seguro todavía qué acciones tomará la agencia.

El banco, el cual está ubicado en Caracas, Venezuela, no ha informado sobre su estructura interna.

El banco también podría tener lazos de unión con Irán, un país sujeto a numerosas sanciones, según varios reportes de noticias. El embajador de Irán en Venezuela indicó que su país apoyaba la formación del ALBA, según el servicio de noticias Agencia Bolivariana de Noticias.

Recopilación de información

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos y el Departamento de Estado tomarán esa determinación en base a detalles que el Banco ALBA haga públicos y según lo que encuentren las agencias de investigación, precisó Scott, quien advirtió que en cuanto el Banco ALBA haga publica su estructura, OFAC y el Departamento de Estado podrían moverse rápidamente.

Por su parte, Pinter considera que las agencias mirarán al departamento de cumplimiento de las instituciones financieras de Estados Unidos para obtener alguna información sobre la nueva institución.

Determinar si la organización debería ser sancionada podría tomar seis meses o más, ya que las agencias norteamericanas valoran datos de investigadores y departamentos de cumplimiento de grandes instituciones financieras, explicó Pinter.

“Los mercados piden una respuesta rápida”, afirmó Scott. “Las instituciones financieras van a querer ser guiadas en cómo proceder y se acercarán al Departamento del Tesoro como bancos o como una industria”.

Dos bancos para una región

La formación del Banco ALBA sigue la formación del Banco del Sur, un banco regional suramericano creado el pasado mes de mayo que también quiere ser una alternativa del Banco Mundial. Sus miembros son: Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Argentina, Paraguay y Uruguay.

El Banco del Sur, también promovido por Chávez e influenciado por una agenda política del ala izquierda, destapó preocupaciones sobre si podría ser una herramienta de ayuda para mover el dinero de organizaciones sancionadas.

En el caso del Banco ALBA, las preocupaciones de cumplimiento son mayores por la relación con Cuba, aseguró Scott.

Aunque el gobierno de Estados Unidos decida no agregar al banco a sus listas negras, las instituciones financieras podrían considerar a la institución como de alto riesgo para lavar dinero, dijo Larry C. Jonson, un ex agente de la CIA y vice-director del programa terrorista del Departamento de Estado.

Hace cinco años, la zona de Maicao –poblado colombiano limítrofe con Venezuela- era un “gran centro de islamistas”, narcotraficantes y lavadores, pero “con la entrada de Hugo Chávez ha habido una reubicación masiva de comerciantes islámicos, quienes estaban envueltos en el mercado negro. Se movieron de la frontera a Venezuela para estar seguros y a salvo”, dijo Jonson.

A juicio del experto antiterrorismo, el gobierno venezolano, buscando dinero de estos grupos criminales, ha dado luz verde a lavadores y traficantes para realizar operaciones bancarias en las instituciones del país. “No hay restricciones (en Venezuela)”, dijo Johnson. “No tienen un gobierno cooperador dispuesto a ir detrás de esta gente”.

Riesgos de cumplimiento

Estos y otros problemas parecidos crean riesgos de cumplimiento para las instituciones no financieras venezolanas, un problema que se ha ido incrementando y del que se ha ido teniendo conocimiento internacional.

En julio, el Grupo Egmont -una organización internacional de unidades de Inteligencia que coordina los esfuerzos antilavado y contra el financiamiento del terrorismo- suspendió a Bolivia, el segundo país que ha sido suspendido desde la creación del organismo en 1995.

“Estas instituciones en Suramérica, y otras nuevas instituciones, no tienen todavía un programa de cumplimiento suficientemente eficaz para protegerse del lavado de dinero”, dijo Pinter. Las instituciones en la región que no tienen mejores controles de cumplimiento tienen “una amenaza significativa de ser tomadas por “compañías shell”, intermediarios o delincuentes”

Hugo Chávez hizo recientemente unos comentarios acerca del narcotráfico en la región que no sentaron nada bien a las instituciones financieras de Estados Unidos, precisó Scott. Hablando en una conferencia el pasado 26 de enero, Chávez mascaba hoja de coca, la material prima de la cocaína, antes de empezar una audiencia ante líderes latinoamericanos. “Masco coca cada día por la mañana”, afirmó Chávez, agregando que el presidente de Bolivia, Evo Morales, “me envía pasta de coca… yo lo recomiendo”.

Tales comentarios no “suelen estar bien combinados con los esfuerzos antilavado”, dijo Scott, añadiendo que los comentarios podrían hacer que OFAC revise más de cerca si el banco tiene lazos con dinero del narcotráfico.

Un informe divulgado la semana pasada por el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos informó que, desde el 2005 Venezuela ha sido “un gran punto de partida” para la cocaína colombiana que va en ruta hacia Estados Unidos.