Por el Departamento Editorial.

     Luego de 7 meses de que el gobierno de Estados Unidos flexibilizara el embargo económico impuesto sobre Cuba, el Stonegate Bank de Florida abrió una cuenta de corresponsalía en el Banco Internacional de Comercio S.A. de La Habana, convirtiéndose así en la primera entidad estadounidense con acceso directo al sistema bancario de la isla caribeña.

     Se estima que la cuenta corresponsal entre en operaciones en tres semanas, fecha a partir de la cual podrán facilitar transacciones de pagos y transferencias entre ambos países, siempre que sean autorizadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus iniciales en inglés).

     Según la información registrada por la Corporación Federal Aseguradora de Depósito de Estados Unidos  (FDIC, por sus siglas en inglés), el Stonegate Bank tiene sede en la ciudad de Pompano Beach (Florida), cuenta con 21 agencias, posee un capital de US$ 2.300 millones y maneja principalmente una cartera de créditos en el sector de bienes raíces.

     En mayo de este año, la entidad mostró sus ambiciones de entrar al mercado de servicios bancarios internacionales al abrir una cuenta para la “Sección de Interés” de Cuba en los Estados Unidos. “Esperamos que este sea el paso inicial para normalizar los vínculos bancarios entre los dos países, lo que beneficiará a las empresas estadounidenses que esperan hacer negocios en Cuba, así como al pueblo cubano”, declaró en ese momento el presidente de la entidad.

     Por su parte, el Banco Internacional de Comercio S.A. (BICSA) fue fundado en 1993 en La Habana. Forma parte del Grupo Nueva Banca, S.A. y su actividad fundamental es la “banca de empresas en el sector de las finanzas en divisas”, para lo que se sirve de sus servicios centrales y de sucursales radicadas en la capital del país, según indica el portal del Banco Central de Cuba. A nivel internacional tiene más de 600 cuentas corresponsales y es auditado cada año por la firma Ernst & Young.

     Actualmente, el BICSA recibe depósitos a plazo, otorga préstamos; compra y venta divisas, metales preciosos y valores; ofrece cartas de garantía y los documentos relacionados con el comercio internacional y nacional; presta servicios de contabilidad y documentales. Sirve a clientes institucionales, nacionales y extranjeros.

¿Un negocio de riesgos?

     El banco estadounidense aseguró que hizo una revisión de los aspectos asociados al cumplimiento durante tres meses. “Hicimos una aproximación basada en los riesgos. Nosotros evaluamos el riesgo al nivel del directorio, a nivel del área de cumplimiento, al nivel de (la Ley de) Secreto Bancario… y nos sentimos muy cómodos por hacer algo que es de muy bajo riesgo”, declaró Seleski al diario The Wall Street Journal.

     A juicio de la experta Ana María de Alba, presidenta de la consultora CSMB International, Inc. (EE.UU., Panamá y Venezuela), el mayor riesgo es no tener un buen entendimiento de las operaciones que se estén realizando por medio de tarjetas de crédito. “En el supuesto caso de que una persona utilice su tarjeta de crédito norteamericana para realizar algún pago prohibido en      Cuba, y el banco norteamericano procese la operación sin tomar en cuenta que la operación de compra no es permitida, se podría ver implicado en una infracción de la ley estadounidense. Por eso resalto tanto el tema de la calidad del sistema de control interno para asegurar que no exista ningún riesgo de infracción de las disposiciones del Embargo”, precisó.

     En una información publicada el 30 de mayo por Lavadodinero.com, la experta Ira Morales Mickunas, directora de la consultora Milersen, LLC. (EE.UU) advirtió que al mantener relaciones de negocio con Cuba se debe reforzar la debida diligencia, pues ella no tiene dudas que desde la isla se realicen “actividades cuestionables de apoyo a grupos irregulares, como las Farc y organizaciones islámicas”.

     La experta, quien opera desde Miami, indicó que “se debe tener mucho cuidado de la triangulación de la isla con transacciones con países como Venezuela, Irán y Siria, por citar solo algunos ejemplos”.

Un nuevo mercado

     La apertura de nuevos mercados siempre es atractivo para todos los negocios… el bancario no es la excepción. A pesar de ser una economía controlada, muchos bancos de Estados Unidos analizan el potencial bancario en la isla caribeña, donde existen un total de 37 entidades registradas ante el Banco Central de Cuba (ver documento al final):

– 9 bancos comerciales

– 15 instituciones financieras no bancarias

– 9 bancos extranjeros

– 4 financieras extranjeras

     La decisión del Stonegate Bank pudiera ser vista como “experimental” para muchas entidades estadounidenses que aún están evaluando las oportunidades y los riesgos de las relaciones con Cuba. “Hay opiniones divididas dentro de la empresa”, declaró un oficial de cumplimiento de una entidad ubicada en Nueva York, quien pidió mantener su nombre en reserva.

     “El riesgo va más allá de las transacciones relacionadas a Cuba. Hay que tener en cuenta que trabajar con bancos y clientes cubanos significa que tendrás a los reguladores vigilándote continuamente”, explicó el empleado bancario.

     Ana María de Alba coincide con el oficial bancario, pero destaca que aunque “las operaciones permutadas bajo las nuevas reglas de servicios permitidos están limitadas a operaciones de tarjetas de crédito y nada más”, las autoridades si van a estar “muy atentos a que las operaciones que se estén realizando estén únicamente dentro de las permitidas” por el Departamento del Tesoro.

     Solo un día antes de que se firmara el acuerdo interbancario, el gobierno de Cuba abrió nuevamente su Embajada en Washington, significando esto el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones. En mayo, el Departamento de Estado removió a Cuba oficialmente de la lista de países patrocinadores del terrorismo, en la que estaba desde 1982.

     Este proceso se inició el pasado mes de diciembre de 2014, cuando el gobierno de Estados Unidos anunció el restablecimiento de las relaciones bilaterales con Cuba y algunos cambios en las restricciones económicas impuestas a la isla como parte del embargo vigente desde el año 1961. A nivel financiero, la orden contempla la autorización para que las tarjetas de crédito emitidas por bancos estadounidenses puedan ser utilizadas en la isla, mientras que las remesas internacionales desde Estados Unidos hacia Cuba serán aumentadas desde US$500 hasta US$ 2.000 cada trimestre. Los individuos que envían efectivo a la isla, ya no deberán obtener una “licencia”.

 

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Documentos Relacionados

Registro General de Bancos e Instituciones Financieras no Bancarias del Banco Central de Cuba – 15/03/2015