Es fácil evocar imágenes de la corrupción pública: ciudadanos sobornando oficiales públicos para obtener permisos, conductores pagando a policías para evitar multas, políticos robando de las arcas del estado o arreglando negociados sucios a puertas cerradas. Sin embargo, es mucho más difícil medirlo.

 

Muchas organizaciones, como por ejemplo Transparencia Internacional y el Fondo Monetario Internacional, han tratado en los últimos años de medir lo que de otra manera sería evidencia sólo anecdótica de la corrupción en todo el mundo—una tarea nada fácil dado que los oficiales públicos deshonestos rara vez admiten sus delitos. Mientras tales estudios, utilizados por muchas instituciones financieras para evaluar el riesgo, calculan cuánta corrupción existe en varios países, ninguno ha vinculado definitivamente el nivel de corrupción de un país con la calidad de su gobierno, hasta ahora.

 

El Banco Mundial dio a conocer la semana pasada importante información que ilustra la relación entre “seis dimensiones clave” de gobierno—responsabilidad y libertad de prensa, efectividad, estabilidad política, calidad fiscalizadora, estado de derecho y corrupción.

 

Los investigadores no sólo vincularon tales factores entre ellos, sino que también los utilizaron para medir la calidad de los 213 gobiernos y territorios entre 1996 y 2005. Por lo general, la información muestra que países con gobiernos débiles y poca responsabilidad cuentan con más corrupción que las sociedades democráticas con prensa libre. También refuta la idea de que los países industrializados cuentan necesariamente con mejores gobiernos que los países en vía de desarrollo.

 

El informe es parte de una agresiva y controvertida campaña impulsada hace más de un año por el presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz—el ex subsecretario de Defensa que ayudó activamente a organizar la guerra de Irak y ex asistente del secretario de Defensa del gobierno de Ronald Reagan. Wolfowitz dio a conocer los resultados en una reunión del Fondo Monetario Internacional en Singapur la semana pasada.

 

“Esto indica que uno no puede arreglar un elemento sin arreglar los otros”, dijo Ross Delston, director de la firma de consultoría Kalorama Partners. “No se puede frenar la corrupción si no se cuenta con presa libre y un sólido estado de derecho. Y no se puede eliminar los crímenes como lavado de dinero y financiación del terrorismo sin atacar la corrupción, existe una correlación entre ellos”.

 

También pareciera que existe una alta correlación entre el Banco Mundial y el índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional, un informe anual que clasifica los países por la corrupción “que se percibe” de los políticos y funcionarios públicos.

 

Los países escandinavos, por ejemplo, se encuentran entre los países mejor gobernados del mundo según los indicadores del Banco Mundial y cuentan con el menor grado de corrupción percibida en el índice de 2005 de Transparencia Internacional un grupo anticorrupción global con sede en Berlín. De igual manera, los gobiernos en la región al sur del Sahara en África y las repúblicas de la ex Unión Soviética por lo general se ubican altos en la clasificación de peores gobiernos, con los índices de corrupción percibida más altos.

 

‘Importante iniciativa’

 

La investigación es más que una muestra de falta de honradez o fraude. Es el primer paso para atacar un problema global que atrajo mucha atención luego de que las Naciones Unidas adoptara la convención contra la corrupción en 2003 pidiendo a la comunidad internacional que penalizara y combatiera la corrupción.

 

“Esta es una iniciativa importante”, dijo Eugene Ludwig, fundador y director ejecutivo de Promontory Financial Group, una firma de consultoría, y ex funcionario de la Oficina del Contralor de la Moneda entre 1993 y 1998. “La corrupción arruina la capacidad de construir una sociedad. Es el elemento más importante en el debate del desarrollo de una comunidad”.

 

Eso es probablemente porque la corrupción está muy extendida. De hecho, Transparencia Internacional, encontró “severos problemas de corrupción” en casi la mitad de los 160 países que evaluó en 2005.

 

‘Corrupción percibida’

 

La medición de ideas abstractas como corrupción y un positivo gobierno no es fácil. El Banco Mundial creó su base de datos—que puede ser utilizada para monitorear tendencias a largo plazo o cambios en cualquier aspecto del gobierno de un país—utilizando encuestas realizadas por 25 agencias y organizaciones de todo el mundo.

 

“Los resultados otorgan poder a la clase gobernante para que reformen áreas en problemas”, dijo Daniel Kaufman quien creó los indicadores del Banco Mundial. “Cubre todo el mundo—ningún otro grupo de datos e información hace esto”.

 

Transparencia Internacional también solicita la opinión de expertos de instituciones respetables, gente de negocios y analistas de todo el mundo.

 

Ese grupo señala que la información cruda en un país comparando procesos judiciales o casos en corte “no refleja los actuales niveles de corrupción” debido a que tales cifras están determinadas, en parte, por la “calidad de los fiscales” y la exposición de los medios de comunicación. Por lo tanto, los funcionarios señalan que “información de comparación” sólo debe ser sacada “de las experiencias y percepción de aquellos que están más directamente vinculados con las realidades de la corrupción” en los países que se evalúan.

 

Latinoamérica no mejora

 

Aunque Sudamérica no haya sido señalada como la peor región en cuanto a la gobernabilidad, tampoco ha mostrado ninguna señal de mejoramiento.

 

Desde 1996 cuando se realizó el primer estudio, ninguno de los países sudamericanos mejoró notablemente en sus índices de control de la corrupción.

 

Chile se encontró siempre entre los mejores, con un 75 a 90 por ciento en el índice de control de corrupción la mayor parte de los años, al mismo nivel que países del primer mundo como Estados Unidos y otros europeos. En tanto, Paraguay casi no se movió del peor índice  (0 al 10 por ciento).

 

Países como Uruguay, Venezuela y Bolivia, aunque en otros momentos estuvieron mejor, no hicieron sino declinar en el ranking en los últimos años. Ver cuadro de evolución del índice de control de corrupción.

 

‘Pesimismo africano’

 

A pesar de que los indicadores del Banco Mundial no detectaron ninguna tendencia específica en el gobierno global, la investigación de Kaufman ilustra que regímenes problemáticos pueden mejorar en períodos cortos de tiempo. De hecho, un tercio de los 213 países mejoraron o empeoraron significativamente en por lo menos un aspecto de gobierno durante la última década, mientras que el 10 por ciento cambió considerablemente en los últimos tres años, según el informe.

 

Estos resultados, según Kaufman, también sirven para contrarrestar posiciones cínicas sobre los gobiernos africanos o, como él las describe, “pesimismo africano”.

 

“Por otro lado, el informe es muy franco al sugerir que África, en general, enfrenta enormes desafíos en la gobernabilidad”, dijo Kaufman. “Muchos países africanos no están bien, pero hay algunos que han estado mejorando constantemente durante la última década”.

 

Muchos países africanos conocidos por su arraigada corrupción mejoraron en algo. Los gobiernos de Nigeria, Ghana y Liberia reforzaron su área de responsabilidad. Tanzania incrementó su efectividad, Mozambique reforzó su estabilidad política. Botswana comenzó a controlar la corrupción, República Democrática del Congo incrementó su estabilidad política y responsabilidad de gobierno, y Madagascar mejoró sus leyes y comenzó a atacar la corrupción.

 

Pero por ejemplo, todos los aspectos de Zimbabwe y Costa de Marfil “cayeron dramáticamente”, señala el informe. Incluso algunos países más ricos—incluyendo a Italia y Grecia—vieron sus índices deteriorarse.

 

‘Información importante y útil’

 

Estas son las cosas que quieren saber las instituciones financieras. De hecho, muchas instituciones utilizan este tipo de investigación para juzgar el riesgo de realizar negocios en varios países.

 

Hasta ahora, Delston y sus clientes han utilizado exclusivamente el índice de percepción, que describió como “el estándar de oro” para obtener información sobre corrupción.La información ayuda a grandes instituciones a clasificar a los países como de alto, mediano o bajo riesgo, dijo.

 

Ludwing también utiliza este y otro tipo de información para ayudar a los clientes a determinar dónde quiere llevar a cabo negocios y cómo salvaguardar sus compañías en situaciones de riesgo.

 

“Esta es información muy útil e importante”, dijo Ludwing. “Realmente completa la información que actualmente se encuentra disponible”.

 

Ver reporte completo (inglés)