Por Sergio Antequera. 

Desde hace un tiempo diversos bancos centrales del mundo evalúan la creación de criptomonedas propias para la implementación de un nuevo sistema financiero, como respuesta al indetenible crecimiento y popularidad de las monedas virtuales, las cuales para octubre de 2017 tienen una capitalización mundial que superaba los US$ 163.549 millones. 

Actualmente hay más de mil monedas virtuales, pero la más importante es el Bitcoin, que no para de aumentar su valor desde hace varios meses rondando actualmente los US$ 4.660 (09/10/17).

Si bien es poco probable que el Bitcoin o las criptomonedas alternativas desplacen el sistema financiero actual de monedas soberanas, las mismas muestran un nuevo espectro de transacciones viables con las cuales se pueden beneficiar los bancos centrales y sus modos de operación, por lo que se cree conveniente la creación e implementación de Monedas Virtuales de los Bancos Centrales (CBCC, por sus iniciales en inglés).

Como funcionan las Criptomonedas

Antes de entender cómo serían las CBCC, es necesario observar cómo funcionan las principales monedas virtuales de la actualidad como Bitcoin y su Tecnología de Registro Distribuido (DLT, por sus iniciales en inglés), o Tecnologías de Libro Mayor Distribuido, nombre por el cual también se conoce este sistema de base de datos distribuida.

Tres características fundamentales definen que es una criptomoneda privada. De primera mano, debe ser electrónica; no debe ser la responsabilidad ni la obligación de nadie o ninguna entidad; y por último, debe ser un intercambio persona a persona (par-a-par).

De igual manera, el DLT supone una tecnología que permite a computadoras en diferentes lugares tener una estructura de registro de transacciones sincronizada a través de una red específica. Diferentes entidades, empresas u organizaciones aplican este sistema desde hace mucho tiempo, compartiendo y actualizando la información que obtienen sus sucursales a lo largo de un país.

En definitiva, el sistema DLT descentralizado de Bitcoin hace referencia a un sistema de distribución donde se realizan transacciones electrónicas de dinero persona a persona (par-a-par), sin la intromisión de un intermediario que evalúe o regule el envío. Todo esto ocurre debido a una red sincronizada, la cual propone, valida y actualiza los registros de dichas transacciones, mediante medios digitales como lo son las computadoras, sin importar donde estén localizadas. 

Asimismo, el esquema descentralizado DLT está basado en “cadenas de bloques” (blockchain) de datos, los cuales son creados a través de la validación de las transacciones, es decir, son el resultado de los movimientos realizados en el sistema de procedimientos consensuados después de haber sido validados, similar a un “libro de cuentas”. En el mismo sentido, el método DLT con cadenas de bloques es sumamente transparente, puesto que el registro no permite su alteración, con lo que no se puede reescribir ninguna transacción previamente realizada, además gracias al uso de claves o firmas criptográficas se convierte en una vía segura de hacer transacciones. 

La firma de estudios de mercado Markets and Markets estima que el mercado de tecnología de blockchain crecerá de $ 210 millones en 2016 a $ 2.300 millones en 2021.

Por otra parte, si la red es pública (como la de Bitcoin), todas las transacciones son visibles, añadiéndole otro grado de transparencia al sistema. No obstante, si bien todas las transacciones y las direcciones Bitcoin son públicas, no es necesario que el emisor y el receptor del pago bitcoin deban mostrar sus verdaderas identidades, por lo que aún puede permanecer en el anonimato.

Sin embargo, el sistema de bloques DLT utilizado por Bitcoin posee ciertos aspectos negativos que dificultan su aplicación:

1. Alto costo de operación

Al no existir una autoridad reguladora oficial como en los sistemas centralizados, el costo de operaciones aumenta exponencialmente pues es necesario mayor número de validadores (mineros) en la red para verificar las transacciones, teniendo en cuenta el gasto eléctrico generado por las computadoras. 

2. El acuerdo de “finalización” se basa en probabilidades.

Una de las propiedades simples que un sistema centralizado por lo menos debe tener es una noción de “finalización” o liquidación: una vez que una operación se ha completado, esa operación se ha completado para siempre, y no hay forma de que el sistema pueda “retroceder” y revertir esa operación.

3. Todas las transacciones son publicas

Como es mencionado anteriormente, ciertos sectores financieros no ven favorable este aspecto pues necesitan cierto grado de confidencialidad a la hora de realizar transacciones.

Las monedas virtuales de los bancos centrales y su funcionamiento

En contraste a los esquemas descentralizados, los sistemas centralizados funcionan con un mecanismo donde las transacciones son validadas y registradas por una autoridad, la cual actualiza la base de datos de manera continua, teniendo un control general sobre todas las características de intercambio.

El aspecto que diferencia las criptomonedas independientes de las CBCC se ubica en quién recae la responsabilidad del sistema, es decir, los esquemas de las criptomonedas como el Bitcoin no responden a ninguna entidad reguladora que gestione el control de las transacciones que se dan en las mismas; por otra parte, las monedas virtuales emitidas por los bancos centrales podrán ser gerenciadas por las mismas entidades dependiendo del caso, fungiendo de rector. Por otro lado, si el banco central no regula directamente las transacciones, aún tendrá la labor de suministrar la moneda virtual al público general.

Sin embargo, se puede hacer una disyuntiva en los potenciales tipos de CBCC, donde el factor de accesibilidad juega un rol determinante:

• CBCC al por menor: criptomonedas “universalmente accesibles”, pues toda persona tendría la capacidad de adquirirlas. No existe ninguna en el mundo hasta el momento.

• CBCC al por mayor: solo estarían disponibles para ciertas instituciones financieras. Algunos bancos centrales vienen experimentando con estos productos, pero ninguno ha anunciado oficialmente su lanzamiento.

De igual modo, las CBCC y las criptomonedas privadas comparten las siguientes propiedades que las componen:

1) Son persona a persona (par-a-par).

2) Son electrónicas.

3) Universalmente accesibles (solo las CBCC al por menor).

Es importante señalar que los bancos centrales suelen evadir la creación de cuentas por parte de personas naturales, llamadas DCA por sus iniciales en inglés, priorizando solo a entidades financieras (principalmente los bancos comerciales) por lo que la creación de la CBCC al por menor supondría un cambio en las políticas institucionales, o bien, establecería un esquema libre de intercambio persona a persona, como si fueran una transacción con dinero en efectivo. 

La diferencia principal entre la creación de cuentas de depósito directo por parte de personas naturales (DCA, por sus iniciales en inglés) en los bancos centrales y las CBCC al por menor, recae en la propiedad de las transacciones persona-a-persona que posee las CBCC y el anonimato que conlleva. En definitiva, actualmente el único dinero del banco central que manejan las personas naturales es el efectivo, además, la vía exclusiva de digitalización del mismo es el deposito en una cuenta de banco comercial, por lo tanto, el potencial establecimiento de una estructura de CBCC al por menor permitiría otra manera de tener patrimonio del banco central digitalizado. 

Ejemplos de monedas virtuales

Existen diversas monedas virtuales que ven vida en la actualidad y conforman un buen ejemplo de funcionamiento:

Dinero electrónico: mediante su documento nacional de identidad los ecuatorianos pueden registrarse en un servicio de pago móvil a través de una aplicación telefónica, sustentada por el Banco Central de Ecuador. En el mismo sentido, los ciudadanos ecuatorianos pueden depositar dinero en los centros designados. Esta moneda representaría el tipo de CBCC al por menor.

CADcoin: al haber sido ya probada por diferentes bancos canadienses, CADcoin supone un ejemplo de CBCC al por mayor, pues representa el nombre de los activos digitales del Banco Central de Canadá, dispuesta para pagos al por mayor. Aunque ha sido probada, aún no está puesta en práctica. 

PokéCoin: Moneda virtual privada usada en el juego Pokémon Go, destinada a compras dentro de la aplicación.

FedCoin: Moneda Virtual propuesta para la banca central de Estados Unido y la Reserva Federal, la cual se pretende tendrá el mismo valor que el dólar estadounidense. El suministro de esta criptomoneda vendrá directamente de los bancos de la Reserva Federal, siendo el tercer componente de la base monetaria de Estados Unidos, junto al dólar y las reservas federales. Esta moneda representaría una CBCC al por menor, es decir, acceso universal. Por otra parte, un punto clave del FedCoin radica en que sería descentralizado en las transacciones, pero centralizado en el suministro.

En las próximas dos entregas de esta serie, analizaremos dos proyectos de monedas virtuales de bancos centrales: Fedcoin (Estados Unidos) y Ekrona (Suecia). 

 

Fuentes consultadas: 

– BIS –  Central Bank Cryptocurrencies – Morten Linnemann Bech and Rodney Garratt (Disponible solamente en inglés)

– www.ethereum.org – On Settlement Finality 

– Markets and Markets – Investigación sobre las criptomonedas (Disponible solamente en inglés)