A pesar de la retórica pública sobre la confiscación y la recuperación de los bienes de los dictadores corruptos, sólo el 3% de los fondos robados por los “cleptócratas” son retornados a los países víctimas, según indica Steffen Binder, experto en banca privada y cofundador del portal “My Private Banking.
La fracción de los fondos congelados por los bancos se estima que es solo el 5%, afirmó especialista en un reporte de una investigación sobre “cleptocracia” durante los últimos 20 años. El problema se debe, en parte, a la falta de voluntad política de los líderes nacionales y la incapacidad de algunas instituciones financieras para monitorear adecuadamente los fondos, dijo.
En una reciente entrevista realizada por Larissa Bernardes, Binder habló sobre los recientes levantamientos políticos en el Oriente Medio, así como lo que las instituciones financieras pueden hacer mejor para identificar el dinero sucio.
¿Por qué cree usted que tan pocos países están dispuestos a congelar y devueltos los bienes robados? ¿Por qué hay una falta de voluntad política?
Hay muy pocos países que están dispuestos a congelar [bienes]. El seguimiento y la localización son mucho más que un problema. Sin embargo, creo que tienes razón: la voluntad política es uno de los principales factores que contribuyen a lo que podríamos llamar un historial muy malo para encontrar y devolver los bienes a sus respectivos países. Hay gobiernos [que fallan en congelar los activos robados debido a que] se han involucrado con otros gobiernos corruptos por razones de seguridad nacional, debido a las políticas de defensa o por otras razones. Por ejemplo, el gobierno francés y el gobierno de Túnez tenían relaciones muy amistosas durante décadas, debido a las ventajas mutuas. El Ministro de Relaciones Exteriores de Francia fue incluso invitado por el líder Ben Alí, al menos una vez, a una fiesta nacional en Túnez. Esto ha sido muy embarazoso para el gobierno francés.
Usted dice que el 95% de los activos robados nunca se devuelven. ¿A dónde va ese dinero robado a parar?
Creemos que la mayoría de los activos se encuentran en los países desarrollados y esto incluye a los países del hemisferio oriental, como Singapur y las naciones desarrolladas en el Medio Oriente. Pero hay algunos centros financieros del Caribe donde dichos activos también pueden residir.
¿Cuáles son algunos de los casos más flagrantes de dinero robado que no han sido devueltos?
Creemos que [uno] de los casos más importantes -y es uno de los grandes debido a la cantidad de bienes que aún debe ser recuperada- es Hosni Mubarak. Hay estimaciones que él, su familia y colegas profesionales y políticos han malversado hasta US$ 70.000 millones y, hasta el momento, sólo US$ 500 millones han sido congelados. Nada ha sido restituido.
También está el caso del Sr. Suharto en Indonesia, donde se estima que hasta US$ 25.000 millones fueron canalizados a cuentas en el extranjero y sólo US$ 400 millones han sido realmente congelados. Hasta este momento, no ha habido ninguna restitución.
[En nuestro informe] tenemos 25 casos que consideramos como los más grandes. Por lo general, más de 100 cuentas bancarias están involucrados, [así como] redes complejas que involucran bienes raíces, fideicomisos, hombres de paja y empresas fantasmas. Así que es muy difícil determinar la cantidad exacta de los activos y es aún más difícil rastrearlos.
¿Podría hablar sobre el papel que juegan las instituciones financieras en este proceso de identificación y confiscación de bienes robados?
El marco legal ha cambiado mucho en los últimos diez años en la regulación antilavado de dinero y la corrupción. En general, los reglamentos han mejorado considerablemente en países como Suiza, por ejemplo, y en varios otros países. Ahora bien, ¿estas leyes realmente se aplican? El gobierno tiene esto en papel, pero [también lo tienen] las instituciones privadas como bancos, agencias de bienes raíces y los administradores de riqueza. Pensamos que hay muy pocas instituciones financieras que no son realmente competentes en la aplicación de las leyes antilavado.
Por ejemplo, si usted sospecha que una determinada persona que solicita abrir una cuenta en el banco tiene conexiones con una persona expuesta políticamente (PEP) o si es parte de una red de PEP, no es suficiente hacer funcionar una base de datos de nombres. Es necesario invertir tiempo y recursos para “cavar más profundo”. Los PEPs que desean desviar los activos son bastante inteligentes. No es suficiente tener un oficial de cumplimiento marcando las casillas de un cuestionario. Los oficiales de cumplimiento necesitan, en algunos casos, ir al país de origen del cliente para comprobar los vínculos comerciales y otra información adicional [de sus clientes]. Los bancos que hacen esto tienen que crear una infraestructura y [algunas instituciones], sobre todo bancos de tamaño mediano o administradores de fondos, no están en condiciones de hacerlo bien.
¿Cuál es el punto y el momento cuando un país o sus instituciones financieras pueden decir “hemos hecho lo suficiente para buscar los fondos?
Es difícil precisarlo. El banco tiene la obligación, incluso si la cuenta es ligeramente sospechosa, de hacer verificaciones de antecedentes e informar al gobierno si hay actos de corrupción. Sabemos que varios bancos realmente pueden filtrar las cuentas y actividades sospechosas diariamente usando un algoritmo. Este software realmente te ayuda, incluso si usted tiene decenas de miles de cuentas. Este es el tipo de nivel profesional de control que debe ocurrir en todos los bancos.
En general, es necesario que las políticas internas sean claras sobre el tratamiento de los clientes sospechosos y sus activos, y estas políticas han de estar respaldadas por la alta gerencia. En segundo lugar, es necesario que haya suficientes recursos dedicados para realizar las actividades que sean necesarias, como la verificación de antecedentes y el rastreo de los fondos. En tercer lugar, tiene que ser mucho más claros los procesos y herramientas para realizar las verificaciones de antecedentes. Naturalmente, todo esto debe cumplir con las leyes de privacidad y las restricciones legales de cualquier jurisdicción específica.
Entonces, ¿qué hay que hacer?
Yo no soy un político, pero creo que hay una serie de organizaciones no gubernamentales, como Transparencia Internacional, que juegan un papel muy importante en la lucha contra el lavado de dinero y la corrupción política. Las organizaciones no gubernamentales y activistas políticos tienen que ejercer presión sobre quienes toman las decisiones.
¿Le preocupa que las iniciativas contra la corrupción lanzada por algunas jurisdicciones sean solo un “escaparate”?
Si estamos hablando de política, parte de ellas siempre van a ser un “escaparate”. Sólo podemos esperar que una parte de lo que se dice realmente se traduzca en acciones efectivas. En estos momentos estamos viendo algunos habladores, pero también hay personas, empresas y ONG que están seriamente interesados en mejorar la situación.




