Por Brian Monroe.

Al menos una docena de bancos estadounidenses e instituciones financieras extranjeras están considerando limitar sus operaciones en Venezuela o dejar el país completamente ante la amenaza de nacionalización de la banca y el continuo aumento de las relaciones con Irán, según han expresado expertos antilavado.


Desde el 20 de noviembre del año pasado, las autoridades venezolanas han intervenido más de 10 instituciones financieras por problemas de capitalización y por incumplimiento de las regulaciones, arrestando además a 27 directivos y trabajadores de esas empresas. El pasado 29 de noviembre, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo en la televisión estatal que él no tiene problemas nacionalizando más bancos.


Para algunos analistas, las razones por las cuales el gobierno venezolano intervino y nacionalizó varias instituciones financieras no están muy claras. Uno de ellos es Douglas Farah, miembro de la organización International Assessment and Strategy Center.


A juicio de Farah, aunque las medidas están basadas en principios macroeconómicos usados para estabilizar la lenta economía venezolana, la medida se ve más como una “jugada de política interior” y un castigo para los banqueros que les han permitido a los clientes mover capitales fuera de Venezuela.


El experto también destacó que los bancos deben estar preocupados porque Irán ha abierto bancos en Venezuela y Ecuador, con la intención de rodear las sanciones de Estados Unidos. Desde 2008 al menos dos bancos, incluyendo el Banco Internacional de Desarrollo, han comenzado operaciones en ambos países.


Las medidas bancarias han despertado temores en torno al sistema financiero venezolano y sobre la mano dura del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, según indicó Elaine Carey, vicepresidenta y directora nacional de investigaciones de la firma inglesa Control Risk.


Estos bancos de grandes nombres están preocupados acerca de sus operaciones en Venezuela”, porque Hugo Chávez puede fortalecer más el brazo del Ministerio de Finanzas para prevenir que los capitales abandonen el país y extender su ayuda a Irán. Como resultado, algunas instituciones financieras están reconsiderando sus “holding” en Venezuela, advirtió Carey.


La experta también indicó que muchos bancos están rápidamente revisando los planes de gerencia de crisis asociados a la nación suramericana, ajustando el criterio de qué pudiera impulsar su salida completa del país. Uno de esos criterios es si el gobierno sigue nacionalizando bancos o si sigue ayudando a Irán.


Carey agregó que además las instituciones financieras han tomado nota de las afirmaciones hechas el 8 de septiembre de 2009 por el Fiscal del Distrito de Manhattan, Robert Morgenthau, de que Irán ha utilizado el sistema bancario venezolano para brincar las sanciones internacionales y adquirir materiales necesarios para mantener su programa de armas nucleares. Los bancos están preocupados de que sus instituciones corresponsales extranjeras puedan manejar fundos procedentes de Irán, un país sancionados por E.E.U.U. desde 1979. No detectar las operaciones iraníes, puede significar multas y cargos criminales, advirtió la experta.


Por su parte, Nelson Everhardt, presidente de la firma Everhardt & Asociados y ex oficial de cumplimiento de Bank of America, afirmó que los bancos no están ignorando que “se está poniendo bien feo allá [en Venezuela]” en términos de riesgo de cumplimiento y potencial pérdida de activos. “Es una situación bien temible cuando el gobierno puede aventarse y tomar todo lo que quiera”.


Un oficial de cumplimiento de un banco nacional estadounidense con operaciones en Venezuela (pidió no ser identificado) informó que “la empresa está debatiendo cuál dirección tomar” en relación a su sede en el país suramericano y agregó que actualmente es “muy complicado entender” la naturaleza de ciertas transacciones.


Otro oficial de cumplimiento de un banco europeo con oficinas en Estados Unidos y Venezuela (pidió no ser identificado) dijo que Venezuela “está en nuestro radar” y cómo proceder en términos de cumplimiento y operación de negocios está convirtiéndose en un punto muy sensible. Además, si una institución financiera se mantiene y decide ignorar las preocupaciones, pudiera verse nacionalizada y sus activos tomados por el gobierno, afirmó.


Sin embargo, agregó el oficial de cumplimiento que si un banco decide vender sus unidades en Venezuela, los compradores pudieran ser escasos, “porque ellos no querrán tomar tus problemas”… y los bancos que decidan vender sus operaciones pudieran también enfrentar la intervención del gobierno, un escenario que pudiera multiplicar las pérdidas.


Los reguladores financieros de los E.E.U.U. también se mantienen atentos. Según un examinador bancario (pidió no ser identificado), los reguladores son “conscientes del creciente riesgo” asociado a las operaciones venezolanas, a las cuentas de corresponsales y a las transacciones. “Estamos mirando tales bancos [los que mantienen corresponsalía con instituciones venezolanas] con más profundidad,” en parte debido a los recientes desarrollos en el país.


A juicio de David Caruso, ejecutivo jefe de la consultora antilavado Dominion Advisory Group, en Venezuela la dinámica corresponsal implica más riesgo porque hay un masivo flujo de “capitales voladores” de residentes y negocios que buscan proteger sus bienes. Caruso agregó que los bancos norteamericanos están teniendo dificultades al adivinar si las transacciones son legales o si son mezcladas con fondos ilícitos.


Considerando los problemas potenciales, los oficiales de cumplimiento y los de riesgos deben revisar los programas de cumplimiento antilavado de sus bancos corresponsales extranjeros, precisó Caruso, quien explicó además que para evitar problemas, algunos bancos están considerando solicitarles a sus instituciones corresponsales una comunicación por escrito en la que aseguran que no están haciendo negocios con Irán.


No obstante, los activos bancarios en el país proyectan un crecimiento de una tasa anual del 15% hasta el 2013, según cifras del Business Monitor International (BMI). El organismo afirma que entre agosto de 2008 y agosto de 2009, el sector bancario vio un incremento de sus activos del 35%, al pasar de US$117.000 millones a US$158.600 millones.


Esto explica el por qué ciertos bancos están dispuestos a enfrentar la tormenta para ver si pueden obtener ganancias de sus inversiones, indicó Carey. Asimismo, los bancos corresponsales pagarán montos elevados para continuar con sus relaciones que se hacen cada vez más riesgosas, señaló la experta.


Artículos relacionados


La crisis del sistema bancario venezolano y su relación con la normativa antilavado de dinero


Oficiales de cumplimiento venezolanos Vs. Testaferros gubernamentales: una guerra que pierden los corruptos


“Los reguladores extranjeros deben entender que la permuta es un instrumento legal válido. Queremos que se le quite la visión de mercado negro de divisas”