Con el objetivo de fortalecer las sanciones impuestas a Irán, el Congreso de Estados Unidos aprobó nuevas medidas que obligan a los bancos norteamericanos a realizar auditorías a las relaciones comerciales de los bancos con los cuales tienen relación de corresponsalía.

La medida busca que mediante las auditorías se sepa si las instituciones financieras extranjeras facilitan o apoyan el programa de armas nucleares de Irán, país sancionado por sus supuestos vínculos con grupos terroristas. El resultado de estas revisiones deberá ser informado al Departamento del Tesoro, especialmente si hay alguna actividad sospechosa o violación de las sanciones.

El proyecto de ley fue aprobado con mayoría abrumadora en la Cámara de Representantes y en Senado y se espera que esta semana ya sea definitivamente sancionado.

Esta nueva medida colocará a los bancos en una “difícil posición” al forzarlos a ser un brazo policíaco de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés), de acuerdo a Cliff Burns, un abogado de Washingtong D.C.

Esto cambiará completamente la forma en que los bancos estadounidenses hacen negocios con instituciones extranjeras y con empresas relacionadas al comercio internacional”, dijo Burns.

Por su parte, un oficial de cumplimiento de una institución con sede en New Jersey, quien pidió no ser identificado, considera que el nuevo requerimiento impactará “las relaciones comerciales o alianzas de los grandes bancos estadounidenses con las empresas energéticas”. Los grandes bancos enfrentarán el dilema de perder cuentas valiosas o de enfrentar sanciones regulatorias, agregó.

Exigirles a los bancos auditar las relaciones de negocio de sus corresponsales puede generar consecuencias inesperadas sobre instituciones europeas que no violan las sanciones, advirtió Muhamad Sahimi, un profesor de ingeniería química y petrolera de University of Southern California.

Esto es porque la Guardia revolucionaria Iraní, el ala militar élite de la república islámica, controla una gran parte de la economía oficial y de la “subterránea” de irán, explicó Sahimi. Con el objetivo de burlas las sanciones internacionales, el grupo usualmente utiliza compañías pantalla, “que hacen más difícil determinar si un banco tiene relación con ellos”.

Robert Rowe, vice presidente y consejero de la Asociación de Bancos Americanos (ABA), dijo que las instituciones financieras pueden encontrar muy difícil determinar cuáles de sus clientes o de sus corresponsales tienen relación con sancionados iraníes. La ABA aún no ha hecho una revisión de esta nueva medida.

Sanciones adicionales sobre individuos

Además de imponer nuevas medidas de diligencia debida, la ley también requiere que el gobierno de Estados Unidos imponga sanciones a individuos que inviertan US$20 millones o más al año en el sector petrolero iraní. Además, las empresas o personas que le vendan a la industria petrolera servicios  valorados en US$ 1 millón o US$5 millones al año, pudieran ser sujetos de sanciones por parte de las autoridades estadounidenses.

Los bancos tendrás que monitorear y cancelar las cuentas que violen estas prohibiciones, dijo Burns. Los violadores de estas reglas no solo enfrentarán multas monetarias, sino que también pudieran ser excluidos del sistema financiero estadounidense.

Los congresistas le hicieron un llamado al Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que considerara el imponer sanciones al banco Central de Irán y a otras instituciones del país musulmán involucradas en la proliferación de armas.

La legislación “le dice a Irán y a sus socios comerciales que Estados Unidos está comprometido a frenar las actividades nucleares ilícitas”, afirmó Howard Bernan, Jefe del Comité de Asuntos Externos.

Esta decisión se produjo luego de que el pasado 9 de junio, los 15 miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas incluyeran en su lista negra a 22 entidades iraníes, incluyendo al First East Export Bank con sede en Malasia, por su relación con el programa de armas nucleares.