Por Brian Monroe.
Menos del 10% de los bancos estadounidenses han fusionado sus recursos para combatir el lavado de dinero y el fraude, a pesar de la recomendación hecha por la Red de Crímenes Financieros (FinCEN) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Según señala un reporte de la firma Aite Group, que estará disponible a finales de este mes de junio, otro 10% de las instituciones financieras han intentado fusionar ambas áreas, pero han abandonado el proyecto debido a las dificultades que se han presentado.
“Para la mayoría de los bancos que participaron en la encuesta, la integración del ALD con el antifraude no ha ocurrido o aun no han iniciado ese proceso”, afirmó Julie Conroy McNelley, representante de la empresa investigadora.
El reporte define integración como cualquier esquema entre una “fusión completa” de ambas divisiones hasta la preservación de dos departamentos separados que regularmente intercambian información en sus investigaciones y reportes regulares.
Algunos resultados
La investigación arrojó que en los 36 bancos consultados el mayor obstáculo para una mejor integración no era presupuestario ni tecnológico, sino las políticas de interacción entre los empleados y los problemas de dominio territorial y de personal entre los trabajadores de ambos departamentos, explicó McNelly.
Debido a que hay ciertas áreas comunes en sus funciones e investigaciones, “la fusión se ve lógica, pero esto no toma en cuenta el factor humano”, precisó la experta.
Algunas instituciones financieras han encontrado que “fusionar las divisiones es más complicado de lo que parece, debido al problema con los costos, al ego de los empleados y a las diferencias en los objetivos de cada departamento”, explicó el oficial de cumplimiento de un banco en Texas, quien pidió no revelar su nombre. ”Nuestro banco tiene dos años trabajando en esta fusión y todavía queda un camino por recorrer”, afirmó.
Otro aspecto que ha dificultado el proceso es el incremento de las exigencias de los reguladores para los gerentes de ambos departamentos, lo que ha impedido que se concentren en la integración, precisó.
“Culturalmente, no hay un cuarto para dos comisarios”, agregó Chris Swecker, un consultor independiente de Charlotte y ex investigador de fraudes de Bank of America. “Mientras más grande es el banco, mas segmentadas las divisiones” y más fuerte el sentimiento de territorialidad entre las operaciones. Algo más, una exitosa fusión de dos divisiones requiere al menos un cambio no muy bienvenido: despidos. “Ninguna persona racional va a contribuir con su propia reducción, incluso si esto es por el bien de la organización”, afirmó.
En un caso que se cita en el reporte, un banco integró completamente a ambos grupos, los movió a un mismo cuarto para tener que separarlos de nuevo a los pocos meses, debido a que los conflictos diarios estaban afectando las investigaciones.
McNelley asegura que el corazón del problema es que ambos departamentos tienen objetivos, estrategias y plazos de trabajo muy diferentes. Típicamente los departamentos antilavado buscan mantener a los reguladores felices mediante investigaciones adecuadas y ROS de calidad; por su parte, el personal antifraude frecuentemente trabaja con los organismos de seguridad y se enfoca más en impedir que el dinero fraudulento salga del banco.
La recomendación de FinCEN
Desde septiembre de 2008, el director de FinCEN, James Freis, ha exhortado a los bancos a mirar ambos departamentos como “interconectados”. En julio de 2009, él destaco que mediante la integración podía lograrse una “eficiencia significativa”. Fuentes ligadas a FinCEN indicaron que el director esperaba que sus mensajes fuesen entendidos como “un llamado a la integración de alto nivel”.
La exhortación ha sido acompañada de varias reunión privadas con banqueros y reguladores federales, en las cuales los técnicos de la unidad antilavado estadounidense han remarcado la necesidad de establecer una mejor comunicación, en los casos en que no se fusionen ambas áreas en un solo departamento.
Pero la “evangelización” adelantada por FinCEN en esta material no ha sido respaldada por los reguladores federales responsables de inspeccionar a los bancos, afirmó un individuo relacionado al organismo, quien pidió el anonimato. Los reguladores no están en sintonía “con lo que FinCEN está exigiendo y los inspectores no están exigiéndoles a los bancos que hagan más por coordinar los esfuerzos de ambos departamentos”.
Los inspectores no están todavía revisando cómo los bancos han avanzado en la fusión, pero sí preguntan si están trabajando “como se supone que deben hacerlo”, explicó un examinador bancario quien pidió no revelar su nombre. El funcionario señaló que los departamentos de algunos bancos están compartiendo plataformas organizacionales y tecnológicas, pero trabajan con personal distinto en cada área.
El oficial de cumplimiento de Texas afirmó haber escuchado mensajes confusos de los reguladores, quienes en una reciente inspección criticaron al banco por haber enviado todos sus reportes de operaciones sospechosas (ROS) relacionadas a fraudes a su oficial de cumplimiento antilavado, ya que no cuentan con un jefe de antifraude que maneje estas situaciones.
“Yo hice todo el proceso y la documentación” y el banco impidió exitosamente algunos intentos de transferencias fraudulentas, pero los examinadores estaban “muy duros” conmigo, porque el banco no tiene a alguien exclusivamente para los casos de antifraude.
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