Por Rachael Lee Coleman
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La Asociación Nacional de Corredores de Valores (por sus siglas en inglés, NASD) sancionó a la división de inversión del Bank of America Corp. con una multa de US$3 millones el lunes pasado, la más grande en la historia de la industria. Esta es la primera acción regulatoria estadounidense contra el banco desde que la investigación del Congreso documentara su falta de consideración de las regulaciones antilavado estadounidenses y de sus propias políticas en su manejo de las cuentas pertenecientes a dos acaudalados hermanos de Texas.
La NASD citó al Bank of America Investment Services por omitir documentar a los beneficiarios finales de 34 cuentas domésticas de corretaje de “alto riesgo” mantenidas por compañías privadas en la Isla de Man, a pesar de los “repetidos y constantes pedidos de información realizados por la compañía de compensación” y las advertencias del abogado senior del banco y el comité de riesgo, según una carta de aceptación, renuncia y consentimiento del banco ante la NASD.
El banco aceptó en la carta, sin admitir ni negar las acusaciones de la NASD, que algunos empleados “expresaron preocupación” con respecto a que los empresarios multimillonarios San y Charles Wyly se “cambiarían a otro banco” si la firma insistía en documentar su titularidad de las corporaciones offshore y los fideicomisos que fondeaban sus cuentas.
Sin embargo, de acuerdo con la NASD, la omisión del banco en la obtención de la información sobre la propiedad beneficiaria desde agosto de 2003 hasta noviembre de 2004 le impidió determinar “razonablemente” los riesgos de las cuentas, que tenían de US$79 millones a US$93 millones en activos, y si debían reportar transferencias cablegráficas multimillonarias sospechosas.
“La naturaleza notoria de la conducta errónea del banco obligó a la NASD a aplicar la que ahora es la sanción más grande jamás aplicada por un regulador de valores estadounidenses por infracciones antilavado de dinero”, dijo el vocero de la NASD Herb Perone.
El Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado de EE.UU. publicó un informe de 370 páginas en agosto de 2006 detallando cómo el Bank of America había ayudado a los Wylys – donantes del partido republicano de larga data y partidarios de Presidente Bush, que obtuvieron sus fortunas vendiendo software para computadoras y productos artísticos – ocultaron su propiedad de US$720 millones escondiéndola en corporaciones pantalla offshore y fideicomisos.
Perone dijo que la investigación de la NASD, que fue consecuencia de las deficiencias que la organización autorregulada del sector privado descubriera en una revisión anterior, “estaba casi completada durante las audiencias”.
No obstante, la multa “envía un severo mensaje a las firmas de valores de EE.UU.”, enfatizando sus “obligaciones legales de saber quién está detrás de esas cuentas”, dijo el Senador Carl Levin, presidente del subcomité que inició la investigación. “Es bueno ver que la NASD toma esta medida para aplicar nuestras leyes antilavado de dinero para asegurar que todas las compañías de valores estadounidenses cumplan su obligación de proteger al sistema financiero de EE.UU. del lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo y otras actividades sospechosas”.
Ocultando a los beneficiarios finales
El informe del Senado, “Abusos de Paraísos Fiscales: Quiénes los Permiten, las Herramientas y el Secreto”, detallaba cómo un “ejército” de abogados, banqueros, corredores de valores y otros ayudaron a los Wyly a “evitar” las leyes y regulaciones impositivas, de valores y antilavado de dinero de EE.UU.
Los investigadores encontraron “montones de evidencias” que muestran que el corredor de valores de Dallas Louis Schaufele abrió 210 cuentas de valores para los Wyly en tres importantes instituciones de EE.UU. – Credit Suisse First Boston, Lehman Brothers y Bank of America – entre 1992 y 2002 y movilizaron los fondos entre ellas cuando los oficiales de cumplimiento presionaban para obtener información sobre los beneficiarios finales de los negocios offshore ocultos que fondeaban sus cuentas domésticas o cuestionaban sus transacciones “simuladas”.
El Bank of America “se rehusó” a documentar a los beneficiarios finales de 65 cuentas de valores “independientes” pertenecientes a esas entidades offshore que eran propiedad de y estaban dirigidas por los Wyly, y les permitió realizar continuamente transacciones cablegráficas multimillonarias en dólares, según el informe.
La Ley USA Patriot, que modificó la Ley de Secreto Bancario, obligó a las firmas de valores en el 2001 a crear programas antilavado de dinero, reportar actividades sospechosas y verificar las identidades de sus clientes, especialmente los dueños nominales y beneficiarios de las cuentas de banca privada.
Aún así, el banco nunca documentó sus identidades, aún cuando su departamento de cumplimiento claramente entendió la naturaleza de las cuentas vinculadas. En un momento, de acuerdo con el informe, Schaufele le dijo al personal de cumplimiento que la familia estaba “extremadamente preocupada respecto a ser vinculada con estas cuentas”.
La asociada de cumplimiento Laura Smith entonces describió al acuerdo en un mensaje de correo electrónico de marzo de 2002 mencionado en el informe del Senado y dirigido a su colega Gerard Timmon. “¡Por favor no reenvíes este mensaje!”, escribió. “Por favor, envía tu aprobación….estas compañías holding offshore son vehículos de inversión que en última instancia son propiedad de un fideicomiso creado por una familia local de Texas, cuya fuente de riqueza proviene de una compañía de software y una cadena de consumo minorista….Sabemos completamente que la confidencialidad de la familia es crítica para esta relación y que esos activos están técnicamente separados de la familia, ya que las acciones corporativas son propiedad del fideicomiso”.
“Conducto monetario”
Para ayudar a los Wylys a evitar ser detectados, Schaufele cambió sus cuentas en agosto de 2003 de la división de valores del Bank of America a su división de inversiones, compensando las transacciones a través de una compañía externa, de acuerdo con el informe. Para ese entonces, según la NASD, los procedimientos escritos del Bank of America obligaban a su sucursal de valores a “obtener los nombres de los beneficiarios finales” de sus cuentas.
Esa firma compensadora, National Financial Services (NFS), una subsidiaria de Fidelity Investments, revisó un grupo de transferencias cablegráficas sospechosas, y descubrió que ninguna identificaba a los beneficiarios finales y presionó a los oficiales del banco a solicitar legalmente la información que los fiduciarios offshore “habían rehusado” entregar, de acuerdo con los registros de los mensajes de correo electrónico, memos y entrevistas con los investigadores.
Por ejemplo, los documentos de la NASD mencionan un mensaje de correo electrónico de enero de 2004 que la firma compensadora le envío al banco describiendo “actividad cablegráfica consistente” en ingresos y egresos de las cuentas de la Isla de Man que operaban predominantemente en efectivo y que “involucraban a terceros”. El mensaje de correo electrónico le preguntaba al banco acerca del “propósito” de la cuenta, por qué estaba “actuando como conducto monetario”, la identidad de sus beneficiarios finales y sus relaciones con los terceros.
En una acción realizada un mes más tarde, la firma destacó que el banco puede no estar “reportando las acciones adecuadamente” y quiso “asegurarse” que los accionistas cumplían con las regulaciones de la Comisión de Valores e Intercambio de EE.UU. (por sus siglas en inglés, SEC).
Un abogado senior del banco escribió en un mensaje de correo electrónico fechado en marzo que “si los fiduciarios o beneficiarios no desean entregar la información, creo que nos deja a nosotros [y a la firma compensadora] con pocas opciones”, de acuerdo con los documentos de la NASD. Aún así, Schaufele trató de convencer a NFS de aceptar una carta escrita por un abogado declarando que los dueños no eran terroristas, en lugar de informar sus nombres.
“Somos el mayor cliente de NFS”, le dijo al abogado del banco Philip Wertz en un mensaje de correo electrónico de abril de 2004. “Esta es una relación muy importante [para la división de inversión] y para el banco. Realmente, no quiero que más de US$100 millones en activos se vayan”.
Un mes más tarde, según demuestra la investigación del Senado, él le dijo al ejecutivo del banco Phil White que las cuentas pertenecían a la familia Wyly, enfatizando con letras destacadas que ellos le pagan al Bank of America US$1,2 millones en honorarios anuales por los servicios de banca privada solamente. Los documentos de la NASD muestran que White le dijo al comité de riesgo del banco en mayo, “definitivamente perderíamos el negocio offshore frente a alguien más, lo que abriría la puerta para que otra institución aceptara el préstamo y los depósitos también”.
El banco convenció a NSF para que pospusiera el cierre de las cuentas offshore durante unos meses más, según demuestran los mensajes de correo electrónico. Sin embargo, el banco las cerró en noviembre de 2004, después de que el Fiscal de Distrito de Manhattan citara al banco por los registros relacionados con los Wyly.
Los oficiales del banco no devolvieron los llamados el lunes. Sin embargo, en una declaración tomada textual de los comentarios hechos por oficiales del banco en el pasado verano, ellos dijeron que el banco cooperó con la NASD y “toma muy en serio sus obligaciones regulatorias para conocer a sus clientes y ayudar a los reguladores en la lucha contra el lavado de dinero, el fraude y otras actividades ilegales”.
Logrando su atención
Los senadores Levy y Norm Coleman, que iniciaron la investigación, enviaron sus conclusiones al Departamento de Justicia de EE.UU. el año pasado. Los funcionarios de la Red de Control de Crímenes Financieros de EE.UU. (por sus siglas en inglés, FinCEN) y la SEC no pueden confirmar o negar la existencia de investigaciones en curso.
Sin embargo, un documento legal civil presentado ante la Corte de Distrito de EE.UU. en Arizona el 12 de enero por un asunto no relacionado y que involucraba al abogado de los Wyly Michael Chatzky indica que los hermanos están “cooperando actualmente con las investigaciones realizadas por el Fiscal de Distrito de Nueva York, la SEC, el IRS el Departamento de Justicia y el Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado”.
La Oficina del Fiscal de Distrito de Manhattan no hizo comentarios el lunes pasado acerca de si está investigando a los Wyly o al banco por las infracciones citadas por la NASD y los investigadores del Senado. El banco ya pagó al Fiscal de Distrito Robert Morgenthau US$7,5 millones en septiembre para conciliar cargos no relacionados por relacionarse con un negocio de servicios monetarios no habilitado de Uruguay acusado de entregar miles de millones de dólares a terroristas.
La NASD sancionó al Banc of America Investments, un corredor de valores registrado ante la Comisión de Valores e Intercambio de EE.UU. y miembro de la NASD desde 1985, con US$200.000 en noviembre de 2004, US$90.000 en junio de 2005 y US$17.500 en agosto de 2006 por presentaciones tardías de informes de transacciones, entre otras cosas.
La NASD aplicó más de 100 acciones de control antilavado de dinero contra sus miembros desde octubre de 2004, ninguna de las cuales fue tan grande como la aplicada el lunes.
Una multa de esa magnitud “ciertamente consigue la atención del resto de la industria”, dijo Travis Larson, vocero de la Asociación de Mercados Financieros de la Industria de Valores. Las multas por montos elevados de cualquier tipo muestran que los reguladores quieren estar seguros que las firmas financieras toman “sus obligaciones ALD muy seriamente”.




