La Policía Federal del Brasil realizó la semana pasada la mayor operación de combate al lavado de dinero. En 48 horas detuvo la policía brasileña a más de 200 personas. El esquema que tratan de desarticular los agentes federales brasileño tiene su epicentro en la frontera entre Ciudad del Este (Paraguay) y Foz de Yguazú (Brasil).
Unos 750 agentes especiales allanaron casas de cambio en 8 estados. Arrestaron a cientos de personas, entre ellas al capo de los “cambistas”.
La Policía Federal brasileña allanó con 750 agentes especializados en lavado de dinero las casas de cambio en ocho estados brasileños. En una operación, bautizada “Faro”, con epicentro en San Pablo y Río de Janeiro, detuvo a los principales cambistas del país.
Esa gigantesca fuga de divisas, a través de los cambistas, roza a los poderosos de Brasil. Al decir de algunos parlamentarios brasileños: “Aquí no se salva nadie”. Están en la lista de los que mandaron su plata afuera, por esa vía ilegal, funcionarios y políticos, tanto de este gobierno como del anterior, como también miembros de empresas de todos los niveles y ciudadanos comunes.
Los corredores de dinero –o doleiros como se los conoce en Brasil—son muy comunes en Brasil, donde muchos prefieren mantener sus ahorros en otra moneda más sólida que el real brasileño. Si bien el legal comprar dólares con reales, algunos corredores luego envían el dinero afuera sin declararlo o sin pagar los impuestos.
Entre los detenidos figura el número uno de los “doleiros” (así se los llama vulgarmente) a nivel nacional: Toninho da Barcelona. El verdadero nombre del personaje es Antonio Oliveira Claramunt. A todos los capturados se los acusa de enviar ilegalmente al exterior cifras próximas a los US$30.000 millones.
Ese canal de los “doleiros” fue utilizado también por el narcotráfico, el contrabando y otras actividades ilegales, para remitir su dinero al exterior. Así lo afirma la Comisión de Investigación Parlamentaria que desmenuza la masiva salida de dólares en Brasil.
“Los doleiros operaron de manera irregular o ilegal con compañías que se hacen llamar turísticas o casas de cambio, pero que actuaron como bancos offshore”, dijo Wagner Castilho, jefe de la policía federal en Sao Paulo.
La operación brasileña se denomina “Farol” y de la misma están participando 800 agentes federales, quienes apoyan a varios integrantes del Ministerio Público Federal. Es la mayor ofensiva con el propósito de desarticular el esquema de lavado de dinero que funciona en el Brasil y que tiene ramificaciones en el Paraguay y Uruguay, además de EE.UU.
Atendiendo a los datos, los agentes federales y los integrantes del Ministerio Público buscaban detener a todos los vinculados con el Beacon Hill Service Corporation, entidad creada por el esquema de lavado para “legalizar” millones de dólares provenientes de actividades ilícitas.
El Beacon Hill operaba con varios bancos y casa de cambios de Ciudad del Este. Entre las firmas de casa de cambios están Tupi Cambios, Real Cambios, que actualmente se denomina Fortaleza Cambios, y varias otras casas de cambios clandestinas.
En el esquema también estaba la casa de cambios clandestina del libanés Kassan Hijazi.
Atendiendo a los datos, a través del Beacon Hill, utilizando las casas de cambios y bancos entre Ciudad del Este y Foz de Yguazú se habrían lavado unos US$30.000 millones de dólares en cuatro años.
En Brasil, los dos principales bancos utilizados son Araucaria y Banestado. Ambas entidades fueron liquidadas por el Banco Central del Brasil.
Una investigación del congreso sobre las transacciones del banco del estado de Paraná Banestado, determinó que el banco permitió que se remitieran al extranjero unos US$24.000 millones en las llamadas cuentas CC5.
Las cuentas CC5 eran por lo general controladas por compañías extranjeras, que les permitía enviar las ganancias a sus sedes centrales en el extranjero. Pero la investigación encontró que Banestado abrió las cuentas para gente que no tenía permitido enviar dinero al extranjero.




