Por Juan Alejandro Baptista.

   Como parte del proceso evolutivo que ha experimentado la lucha contra los delitos financieros en la última década, el concepto de aproximación basada en los riesgos ha surgido como uno de los elementos más impactante en la dinámica de las empresas reguladas y de las naciones del mundo moderno.

   Conocido en inglés como Risks Based Approach (RBA), el enfoque basado en los riesgos permite la adopción de medidas flexibles para orientar los recursos de manera más efectiva hacia las áreas operativas donde se requiere más atención, debido a que representan una mayor exposición a los riesgos identificados.

   Tal como lo confirmó el Grupo de Acción Financiera (GAFI) en sus 40 Recomendaciones publicadas en febrero de 2012, “Los países deben exigir a las instituciones financieras y actividades y profesiones no financieras designadas (APNFD) que identifiquen, evalúen y tomen una acción eficaz para mitigar sus riesgos de lavado de activos y financiamiento del terrorismo”.

   En general, “se deben aplicar medidas preventivas acordes con la naturaleza de los riesgos para focalizar los recursos de manera que permita reducir la exposición y/o mitigar los efectos sobre la empresa”, explicó el experto en riesgos Miguel Tenorio, socio director de la firma consultora BST Global Consulting*.

   Si bien la implementación de los procesos de gestión de riesgos dentro de la industria financiera es algo estandarizado, un área que suele mantenerse ajena a esta práctica es la capacitación.

Modelo tradicional de capacitación

   El entrenamiento en materia de prevención y combate de delitos financieros ha sido uno de los grandes desafíos para los sectores regulados, no solo porque es un área técnica muy especializada, sino por los escuetos presupuestos que suelen destinar las empresas para el área de capacitación.

   En materia de formación antilavado (ALD), contra el financiamiento del terrorismo (CFT) y los delitos financieros, los procesos mayormente descansan sobre esquemas tradicionales que contemplan un plan de capacitación prediseñado, pocas veces modificable, con dos componentes primarios: jornadas in situ anuales y participación en congresos / seminarios.

   Las capacitaciones suelen abordar las regulaciones locales, los estándares internacionales, las buenas prácticas de la industria, el análisis de casos y de metodologías, etc. El epicentro del entrenamiento frecuentemente es el oficial de cumplimiento de la empresa con el apoyo de uno o dos gerentes, quienes algunas veces asisten a alguna conferencia internacional para actualizarse (cuando las empresas les aprueban los presupuestos).

   Este esquema ofrece ciertos niveles de efectividad y debe mantenerse en la industria regulada, pero es necesario que evolucione hacia un modelo más dinámico, más flexible, que realmente forme parte de la estructura de prevención de riesgos de la empresa, mediante un enfoque preciso en las amenazas identificadas por el equipo de administración de riesgos.

Modelo avanzado de capacitación RBA

   Hablar de capacitación RBA no significa eliminar toda la estructura de entrenamiento preparada por las empresas; por el contrario, la idea es utilizarla de otra forma. La capacitación RBA no pretende acabar con los componentes esenciales del entrenamiento que viene utilizando la industria financiera (jornadas in situ, seminarios, congresos, etc.), sino plantea la necesidad de manejarlos bajo una nueva perspectiva evolutiva.

   En tal sentido, los departamentos de cumplimiento, conjuntamente con las áreas de recursos humanos y aquellos departamentos involucrados en la capacitación interna/externa, deben mutar hacia un plan de capacitación dinámico, que se ajuste en base a los riesgos que la empresa enfrenta. Para tal fin, el plan de capacitación debe tener las siguientes características:

– Ser elaborado después del proceso de evaluación e identificación de riesgos.

– Contar con mecanismos responsivos (atención inmediata de los riesgos).

– Ofrecer entrenamientos focalizados por tipo de riesgo identificado, no solo en base al tipo de empleado.

– Incluir nuevas herramientas de capacitación.

Más efectividad a mejor precio

   El desafío no es solo identificar los riesgos, sino que su proceso de gestión debe estar acompañado con la información y el entrenamiento idóneo para el personal involucrado en el proceso de mitigación. Además, muchas veces los riesgos deben ser gestionados de forma inmediata. Es aquí cuando los recursos de capacitación son un aspecto fundamental.

   Una capacitación RBA efectiva debe contemplar herramientas de entrenamiento que sean flexibles, de fácil implementación y que permitan maximizar el uso del presupuesto. Cuando se cuenta con recursos adaptables, la empresa puede ofrecer entrenamientos focalizados al personal clave que debe gestionar cada riesgo identificado, fortaleciendo así su estructura de prevención.

   Para beneficio de las empresas, muchos de estos recursos se presentan como herramientas de precio moderado, que permiten rendir más el presupuesto destinado a entrenamientos. Algunos de estos medios son:

– Cursos e-learning.

– Sesiones de chat en vivo.

– Seminarios virtuales (webinars).

– Aplicaciones para móviles (apps).

– Videoconferencias.

– Foros de discusión.

   El desarrollo de la tecnología permite contar con herramientas poco usadas en la capacitación corporativa en materia de lucha contra los delitos financieros. Por eso estos recursos deben ser el complemento de las jornadas in situ, los congresos, seminarios y conferencias internacionales.

Una visión ampliada

   El GAFI señala en sus estándares que “los países deben aplicar un enfoque basado en riesgo (EBR) a fin de asegurar que las medidas para prevenir o mitigar el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo sean proporcionales a los riesgos identificados”.

   El ente multilateral agrega que “Este enfoque debe constituir un fundamento esencial para la asignación eficaz de recursos en todo el régimen antilavado de activos y contra el financiamiento del terrorismo (ALA/CFT) y la implementación de medidas basadas en riesgo en todas las Recomendaciones del GAFI. Cuando los países identifiquen riesgos mayores, éstos deben asegurar que sus respectivos regímenes ALA/CFT aborden adecuadamente tales riesgos”.

   Al respecto, podemos entonces decir que la capacitación RBA también es viable para que los gobiernos y autoridades mitiguen los riesgos identificados y sean más efectivos en la lucha contra el crimen organizado.

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*BST Global Consulting es una firma especializada en gestión de riesgos que prepara planes de capacitación en base a la gestión de riesgos operativos en la industria financiera.