Por el Departamento Editorial. ![]()
Descubrir la participación de empleados en esquemas de fraude, corrupción y lavado de dinero es uno de los mayores desafíos que enfrentan las entidades reguladas, sin embargo, este reto es aún mayor cuando el criminal ocupa una de las posiciones clave para enfrentar estos delitos. Esto le sucedió al banco español Bankia, cuyo gerente de riesgos resultó ser el responsable de un esquema criminal que generó millones de euros en pérdidas para la entidad.
La entidad española presentó una demanda contra su exdirector de riesgos, Jorge Puga, quien trabajó 17 años en la entidad. Bankia acusa a su exempleado de los delitos de estafa y falsedad documental, según fuentes citadas por el diario español El Confidencial. Puga, quien está en libertad con medidas cautelares, ya enfrenta otro proceso legal junto a otros 13 individuos, por su presunta participación en otro fraude relacionado a un fondo de riesgos, que es investigado por la Audiencia Nacional.
Los hechos
Aprovechando que la agencia madrileña de Bankia tiene un elevado flujo de préstamos anuales (€ 2.500 millones) el funcionario bancario ideó un esquema que consistió en la manipulación documental para lograr que se otorgarán préstamos irregulares por US$ 100 millones a empresas de su entorno.
Puga aprovechó su acceso y conocimiento de los mecanismos de control establecidos por el área antifraude y de prevención del lavado de dinero para lograr que fueran otorgados préstamos de entre € 4 millones y € 10 millones a un mismo grupo de empresas, que por sus características no calificaban para ser fondeadas por el banco.
El exdirector accedió a los sistemas para modificar un código asignado al grupo empresarial, con la finalidad de reducir su nivel de riesgo, evitando así que se generaran alertas y logrando que fueran aprobados los préstamos.
Luego de recibir el dinero del banco, la red delictiva se quedaba con una comisión aproximada del 20% y el resto lo usaban para adquirir distintos tipos de propiedades y otros negocios, como clínicas y hoteles. Algunas de estas operaciones fueron realizadas con un notable sobreprecio y el dinero de las operaciones fue luego transferido a suiza y a diversos paraísos fiscales, por lo que las autoridades españolas investigan la participación de otros individuos en el delito de evasión fiscal.
El Caso Weston Hill
Un ejemplo perfecto para mostrar el impacto que puede tener la complicidad interna en una entidad financiera es el del fraude de Weston Hill Asset Management. Puga permitió que se otorgaran de forma irregular unos € 35 millones al fondo de inversión de riesgo, que era administrado por Jaime Carlos Bagur.
Puga, en complicidad con Bagur, justificaba la solvencia del fondo presentando documentos falsos, en los que se indicaba que Weston Hill tenía un capital de € 10 millones en Suiza.
Con el dinero de Bankia, el fondo adquirió diversas empresas con la promesa de optimizarlas, pero sus líderes procedieron a extraer y hacer desaparecer sus capitales, mediante el uso de testaferros y empresas fantasmas, generando una pérdida que supera los € 60 millones y que ha afectado a miles de empleados, clientes y proveedores.
Bankia descubrió las irregularidades al realizar una investigación interna sobre ciertas operaciones sospechosas, una vez que Puga se había retirado del Banco. El equipo legal de la entidad no solo notificó a las autoridades españolas, sino que inició las acciones legales contra el exdirector de riesgos. Voceros de la entidad indicaron que Bankia ya realizó ajustes en sus controles internos para evitar situaciones similares. El caso está siendo actualmente investigado en el Juzgado 53 de Madrid.




