En los últimos años los fiscales federales estadounidenses han concentrado buena parte de su atención en las organizaciones caritativas que canalizan dinero hacia organizaciones terroristas. Un caso reciente de fraude impositivo en el que está involucrado el líder de una secta judía ortodoxa sirve como recordatorio de que las instituciones financieras también deben monitorear muy cuidadosamente las cuentas de las organizaciones caritativas para detectar evidencias de delitos de lavado de dinero más tradicionales.

Naftali Tzi Weisz, el gran rabino de Spinka, una secta ubicada en Nueva York, fue acusado el 18 de diciembre pasado de lavado de dinero y fraude postal por su papel en un multimillonario fraude impositivo, informaron los fiscales federales en Los Ángeles.

El caso es un “recordatorio a la comunidad financiera de que debe mantener programas antilavado de dinero que vigilen atentamente las operaciones aún cuando se trate de organizaciones aparentemente caritativas”, dijo un ex funcionario de la división de investigaciones criminales del Servicio de Rentas Internas (IRS, por sus siglas en inglés). “Como sucede con otros clientes, las instituciones financieras deben tomar medidas para asegurar que la actividad de la cuenta esté de acuerdo con el cliente”.

Junto con Weisz, Gabbai Moshe E. Zigelman y otros seis individuos fueron acusado en un tribunal federal en Los Ángeles por sus supuestos roles en el fraude. Según la acusación que contiene 378 cargos, Weisz y Zigelman, su asistente ejecutivo, recibieron millones de dólares en contribuciones para varias organizaciones caritativas y prometieron secretamente devolver hasta el 95% de las contribuciones. El fraude permitió a los contribuyentes deducir impositivamente en forma fraudulenta sus donaciones.

Weisz y Zigelman, que llevaron a cabo el fraude desde 1996 hasta fines de 2007, devolvían el dinero a los donantes a través de una red de transferencia de dinero no autorizada y oculta en la que participaban varias entidades, incluidos negocios en el distrito joyero de Los Ángeles, de acuerdo con el expediente judicial.

Las devoluciones eran realizada a través de transferencias desde las organizaciones caritativas hasta las cuentas secretas mantenidas en un banco no identificado en Tel Aviv, Israel. Las cuentas habían sido abiertas por dos de los acusados en el caso, uno un abogado en Tel Aviv, quien había constituido entidades nominadas extranjeras para ocultar el control que tenían las organizaciones caritativas sobre los bienes; y el otro, un gerente internacional de cuenta en el banco que abrió las cuentas, de acuerdo con los documentos presentados ante el tribunal.

El caso es “uno de los fraudes más sofisticados y más flagrantes antilavado de dinero que he visto vinculado con las actividades de una organización caritativa,  especialmente por sus dimensiones en el exterior, dijo el ex funcionario del IRS. Thomas Mrozek, vocero de la oficina del fiscal en Los Ángeles, se rehusó a hacer comentarios acerca de cómo los investigadores descubrieron el fraude.

El análisis de las transacciones de la organización caritativa realizadas a través de una institución financiera dio a las autoridades pautas sobre otros casos similares de lavado de dinero. Por ejemplo, una serie de depósitos y extracciones estructurados para cuentas a nombre de una sinagoga llevó a los investigadores a descubrir un ardid para lavar US$1,75 millones en fondos ilícitos procedentes del tráfico de drogas cometido por dos rabinos en Nueva York en 1997.

El monitoreo de las cuentas de organizaciones caritativas para detectar fraudes financieros e impositivos incluye la aplicación de una serie de criterios distintos de aquellos utilizados para detectar la financiación del terrorismo, expresaron algunos consultores de cumplimiento.

“Con la financiación del terrorismo uno ve una cantidad constante de dinero que ingresa [en la cuenta de la organización caritativa], relató en una entrevista Karl Oroz, ex agente especial del IRS. “Mientras que en un caso de fraude impositivo, donde el único propósito de la organización caritativa es la evasión fiscal, se ve que ingresa poco dinero”.

Monto y frecuencia de las donaciones

Los bancos deberían conocer varias señales de alerta que podrían indicar que una organización caritativa está siendo utilizada para obtener beneficios financieros ilícitos.  Por ejemplo, si se realizan extracciones de dinero por montos elevados desde la cuenta de la organización caritativa hacia individuos, como sus directores o promotores, en lugar de enviarlas hacia otras organizaciones, “eso debería ser una señal de alerta”, dijo Oroz, quien preside la consultora 1st Investigations, LLC en Atlanta.

La mayoría de las organizaciones caritativas reciben grandes cantidades de donaciones por distintos montos, por lo tanto, cualquier organización caritativa que reciba donaciones por montos elevados provenientes de una pequeña cantidad de donantes debería hacer sonar la alarma.

“Ése no es el sello de una organización caritativa legítima”, dijo Greg Baldwin, socio de la firma de abogados Holland & Knight, de Miami. “Una organización caritativa legítima generalmente tiene una base más amplia que ésa. Si solamente hay un puñado de cheques por montos extremadamente elevados, entonces eso indicaría que algo extraño está sucediendo porque las organizaciones caritativas no operan de esa forma”.

Si la organización caritativa está recibiendo una cantidad pequeña de donaciones por sumas elevadas, la institución financiera debe hacer el seguimiento de hacia dónde están yendo esos desembolsos, dijo Baldwin

Deben tomarse medidas adecuadas desde el momento en que el banco acepta abrir cuentas nuevas para organizaciones caritativas, indicaron los consultores.

Como parte de su debida diligencia, las instituciones financieras deberían determinar la naturaleza y propósito de la organización caritativa, expresaron los consultores, y obtener prueba documental de su condición impositiva de acuerdo con la sección 501(c)(3), que en la ley federal (en el caso de Estados Unidos) otorga la condición de exención impositiva a ciertas organizaciones caritativas sin fines de lucro.

Los departamentos de cumplimiento deben identificar a los funcionarios y miembros de la junta directiva de las organizaciones caritativas y verificar sus nombres contra la lista de nacionales designados de la OFAC, y también deberían familiarizarse con la actividad monetaria y los movimientos de donaciones que se esperan en la cuenta a fin de tener una idea adecuada de la actividad apropiada de la cuenta.

Según las disposiciones de la sección 501(c)(3) de la ley impositiva, las organizaciones caritativas pueden solicitar la exención impositiva si pueden demostrar que han sido creadas y están organizadas con el fin de hacer el bien público, incluido el “mejoramiento de la religión”. Las organizaciones caritativas organizadas bajo la sección 501(c)(3) deben presentar una declaración anual de información ante el IRS, pero las iglesias y ciertas organizaciones religiosas están exentas de realizar esa presentación anual. El IRS pone a disposición del público ciertos documentos referidos a la constitución de la organización caritativa, para su consulta, incluidas las declaraciones anuales y las solicitudes de exención.

Vulnerabilidades de la lucha ALD

Pero el caso de Weisz y Zigelman destaca las vulnerabilidades en la vigilancia de las organizaciones caritativas frente a los riesgos antilavado de dinero en los Estados Unidos, afirmó Dennis Lormel, ex agente especial de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y vicepresidente de antilavado de dinero de la compañía de investigaciones Corporate Risk Internacional.

El Reino Unido y otros países, tienen agencias dedicadas a regular a las organizaciones caritativas “pero lo más parecido que tenemos a eso es el IRS y solamente a los fines de recibir reportes”, explicó. “Debería haber un mejor sentido del escrutinio sobre las organizaciones caritativas”.

El Senador de EE.UU, Chuck Grassley, miembro del Comité de Finanzas del Senado y conocido como el vigilante de las organizaciones caritativas en el Capitolio, en noviembre pasado solicitó información financiera sobre seis ministerios religiosos de envergadura mediana, actualmente exentos, debido a las acusaciones sobre conducta financiera indebida.

Las investigaciones de Grassley podrían no marcar un nuevo foco regulatorio sobre el espacio de las entidades sin fines de lucro, dijo el ex funcionario del IRS, “pero esto es simplemente otro de una larga serie de recordatorios de la comunidad de cumplimiento de que las organizaciones caritativas no están exentas de ser investigadas ni de recibir una supervisión adecuada por parte de los reguladores”.