Si bien la mayoría de las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional sobre el transporte físico del dinero están relacionadas con las medidas que los gobiernos deben tomar para prevenir que este método sea utilizado para la financiación del terrorismo, instituciones del sector privado pueden aprender de ellas.

La recomendación especial IX del GAFI sobre financiación del terrorismo pide a los países que implementen sistemas que detecten el transporte de divisas o instrumentos financieros entre países. La medida también pide que estos sistemas permitan que las autoridades frenen y congelen efectivo o instrumentos financieros vinculados con el terrorismo o el lavado de dinero.


El GAFI y el gobierno de EE.UU. han señalado que el contrabando de efectivo es un método utilizado comúnmente por los terroristas para mover dinero sucio. Según un informe de la Accountability Office del gobierno de EE.UU. sobre financiación del terrorismo, el FBI encontró que algunos de los terroristas del 11 de septiembre habrían contrabandeado efectivo como método para mover fondos.


En las mejores prácticas emitidas por el organismo internacional en febrero, Lavadodinero.com encontró por lo menos cinco consejos concretos que las instituciones privadas deberían seguir para prevenir que ese dinero sucio ingrese en los sistemas financieros de sus países:


1. Billetes de alta denominación


El GAFI señala que los billetes de alta denominación “pueden ser utilizados por contrabandistas de dinero para reducir substancialmente el tamaño físico de los envíos de efectivo que son transportados entre países, y, por ende, complicar las prácticas de detección”.


Consecuentemente, siempre se debe estar atento a billetes de alta denominación, tales como de US$100 o los euro de 500—que por lo general son los billetes más populares utilizados por la actividad ilícita financiera—como potenciales señales de alerta.


2. Anomalías en el comportamiento


Los empleados que tratan con los clientes deberían prestar especial atención al comportamiento, apariencia y comunicación (verbal y no verbal) de los clientes. El nerviosismo, impaciencia y la intención de evitar el contacto de ojos, por ejemplo, podrían ser considerados señales de alerta. El GAFI sugiere que las instituciones deberían crear un cuestionario para los clientes a los que se les sospecha su efectivo.


3. Carga de la prueba al revés


Al elaborar tal cuestionario, el GAFI sugiere que se considere imponer una “carga invertida de la prueba” sobre los clientes, eso es, las preguntas deben connotar una mentalidad de “culpabilidad hasta que se demuestre la inocencia.


“…si bajo estas circunstancias, una persona no puede demostrar el origen y destino legítimo del efectivo, esos fondos pueden ser frenados o congelados” según el GAFI.


4. Prestar atención a las falsificaciones


Los empleados deben en todo momento mantener un ojo abierto para detectar divisas falsificadas. La validez del dólar estadounidense o del euro puede ser chequeada en el website de la U.S. Secret Service Counterfeit Note Search www.usdollars.usss.gov o en el website del banco central de Europa www.eur.ecb.int/en/section/recog.html


5. Informar a la Unidad de Inteligencia Financiera


Una vez que se toma la decisión de que ha ocurrido una actividad sospechosa, se debe informar a la Unidad de Inteligencia Financiera del país.


Como siempre, una política basada en el riesgo, junto a un juicio certero, deben ser utilizados para presentar tales informes.