Los “positivos falsos” –cuando no coincide el nombre que estamos investigando con ninguno en las listas de sanciones como por ejemplo la de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (por sus siglas en inglés, OFAC) —son molestos pero inevitables cuando las instituciones financieras investigan a sus clientes.

En Estados Unidos no existe una regulación clara que estipule cómo deberían las instituciones financieras mantener registros de “positivos falsos” en sus archivos.  No obstante, los profesionales de cumplimiento aconsejan conservar los “positivos falsos” en los registros del banco durante un período extenso, con una nota breve indicando la razón por la que se determinó que era falso. El período de tiempo depende de la modalidad de la institución bancaria, pero muchos expertos recomiendan que sea hasta cinco años.


“Es definitivamente una “mejor práctica” para preservar cualquier investigación y documentos que respaldan políticas y acciones relacionadas con los “positivos faltos”.  Durante la examinación del Banco de la Reserva Federal en marzo, se buscó efectivamente este tipo de documentos”, dijo Patricia Wise, vicepresidenta de cumplimiento de BBVA Bancomer.


“Tenemos muchos “positivos falsos”, debido a la cantidad de nombres hispanos similares en Latinoamérica”, comentó Sandra Laracuente, CAMS, funcionaria de cumplimiento del Western Bank en Puerto Rico. “Una vez que tenemos la lista con los “positivos falsos”, revisamos cuidadosamente cada cuenta.  Si confirmamos que una cuenta da negativo y no coincide, la incluimos en una lista de descarte.  Esto nos permite tener los datos de cuáles cuentas son falsas y cuáles no lo son”.