Las corporaciones de EE.UU. pierden unos US$400.000 millones al año a causa del fraude y la malversación cometidos por sus empleados, según el estudio Fraude y Abuso Ocupacional realizado por la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados del 2002, también conocido como el Informe Wells del 2002. 

Las excusas de los empleados para justificar el robo a sus empleadores son tan variadas como los planes que aplican para llevar a cabo los robos.  Sin embargo, sí comparten un rasgo común: la mayor parte del dinero robado eventualmente termina en sus cuentas bancarias.


Los depósitos súbitos fuera del rango normal de la actividad de la cuenta bancaria podrían ser un indicador de una posible actividad ilegal.


Las instituciones financieras que siguen las guías conozca su cliente (CSC) están en una posición única para monitorear y hacer el seguimiento de cualquier cuenta inusual.


Las guías CSC han estado en vigencia desde mediados de los ‘90s.  La Junta de la Reserva Federal de los EE.UU., la Corporación Federal de Seguros de Depósito, la Oficina del Contralor de la Moneda, y la Oficina de Supervisión de Ahorros, todas han publicado guías sobre la preparación de un programa CSC para identificar adecuamente a los clientes y sus fuentes de fondos y para monitorear las cuentas en búsqueda de cualquier actividad inusual. 


Las organizaciones internacionales como el Comité de Basilea, una asociación de supervisores bancarios de las naciones más industrializadas del mundo, también han publicado una guía amplia para los bancos, sobre cómo elaborar procedimientos CSC eficientes.


El objetivo de estas guías CSC es impedir que las instituciones financieras sean utilizadas como conductos para movilizar fondos ilegales.  La idea es que si un banco efectivamente conoce a su ciente, puede reconocer las transacciones que quedan fuera del tipo de actividad del cliente y tomar medidas para determinar la razón de tal discrepancia. 


Si el banco no está satisfecho con la explicación para la discrepancia después de haber analizado los hechos, y no tiene conocimiento de ningún propósito legítimo para la transacción, el banco estaría obligado a presentar un informe de actividad sospechosa.


Este artículo es un apéndice de Una historia aleccionadora: Ex agente del IRS relata un fraude de lavado