Por Matt Squire.

La banca islámica está creciendo y ya son muchas las opiniones encontradas en el mundo de los consultores antilavado de dinero (ALD) y contra el financiamiento del terrorismo (CFT). Un grupo de expertos en inteligencia está haciendo sonar la alarma con relación a esta expansión de instituciones islámicas y su potencial vinculación con causas radicales y de terrorismo, y al mismo tiempo otro grupo relacionado con la industria bancaria considera exagerados esos temores.

La banca islámica, un concepto relativamente nuevo a nivel internacional, cuyas primeras instituciones que cumplían con la Shariah comenzaron a desarrollarse a fines de la década del ’60, se extendió exponencialmente en todo el mundo e incluye a varias instituciones existentes en los EE.UU.

Los bienes que cumplen con la Shariah de los 500 bancos islámicos más importantes crecieron un 27,6 % con relación a los datos disponibles para noviembre de 2007, llegando a los US$639.100 millones, de acuerdo con un artículo publicado en noviembre de 2008 en la revista The Banker, en Gran Bretaña. Y, cada vez más, muchas instituciones importantes de Occidente, como el HSBC y Citigroup, ofrecen hipotecas y productos de inversión que cumplen con la ley Shariah.

Características de una banca diferente

La banca islámica se adhiere a la ley Shariah prohibiendo el cobro de intereses y las inversiones en negocios que realicen actividades con productos o servicios considerados contrarios al Islam. Con las hipotecas, por ejemplo, el banco islámico tiene el título y es dueño de la propiedad y la alquila al cliente. Los alquileres son calculados de acuerdo con los niveles del mercado y consisten en pagos de alquiler y de capital.

La actividad financiera realizada cumpliendo con la ley Shariah también involucra la donación de un determinado porcentaje de los fondos del cliente y del banco como donaciones o contribuciones, como lo requiere el principio islámico del “zakat” o “donaciones para los pobres”.

Como producto financiero, el financiamiento que cumple con la ley Shariah puede ser seguro, indicó el consultor John Cassara. Sin embargo, la gran preocupación es que los bancos que cumplen con la ley Shariah responden ante una autoridad diferente que no es la de los reguladores seculares, dijo Cassara, ex agente especial del Departamento del Tesoro. “Lo que me preocupa es el hecho es que al final todo el financiamiento que cumple con la ley Sharia es la ley Shariah”, indicó Cassara. “No importa lo que diga la constitución de los EE.UU., lo que diga la ley, lo que diga el Grupo de Acción Financiera, lo que digan las políticas escritas del “Conozca a Su Cliente”, eso no le importa a quien sea verdaderamente islámico. La ley Shariah es la autoridad final y eso es preocupante”.

La gran mayoría de los bienes que cumplen con la ley Shariah está concentrada en Irán, lo cual es problemático, dijo Christopher Holton, vicepresidente de la organización sobre seguridad The Center for Security Policy, de Washington D.C.

Irán tenía US$235,300 millones en bienes que cumplían con la ley Shariah en 2008, según informó The Banker, más del doble de lo que había en Arabia Saudita. The Banker calificó al Banco Mellí, de Irán, como el banco islámico más grande, con US$35.500 millones en bienes que cumplen con la ley Shariah. El Banco Melli fue sancionado por el gobierno de los EE.UU. por su participación en la proliferación de armas desde octubre 2007. “Si un banco como este puede ser considerado una entidad idónea por las autoridades de la ley Shariah, exactamente ¿qué clase de estándares están utilizando?”, escribió Holton en su blog, “Shariah Finance Watch”.

Autoridades vigilantes

El Departamento del Tesoro no ha emitido ninguna advertencia o guía específica relacionada con los bancos que cumplen con la ley Shariah. Si bien reconoce que los productos financieros que cumplen con la ley Shariah pueden ser complejos, Stuart Levey, Subsecretario para temas de Terrorismo e Inteligencia Financiera del Departamento del Tesoro manifestó que esas prácticas son monitoreadas por las agencias bancarias federales y que los factores de riesgo con la banca islámica no son únicos o extraordinarios.

“El interés del Departamento del Tesoro en las finanzas islámicas es el mismo interés del Tesoro en todos los proveedores de servicios financieros de todos los países y todas las culturas, por el cual entiende que debería existir una supervisión y una regulación prudente para promover la transparencia financiera, incluidas algunas medidas de protección antilavado de dinero y contra el financiamiento del terrorismo”, indicó Levey en abril de 2008 al responder a preguntas escritas por parte de los legisladores relacionadas con el financiamiento Shariah.

Las declaraciones de Levey y la escasa voluntad de las instituciones más grandes de prestar a los bienes que cumplen con la ley Shariah, indican que los sectores público y privado de Estados Unidos no están tomando en serio los riesgos del financiamiento con la ley Shariah, advirtió Cassara. “Me da miedo el hecho de que un día radicales islámicos ejerzan su influencia en los sistemas financieros internacionales y nacionales”, dijo Cassara, “Eso sería como tener el Caballo de Troya”.

Financiando el terrorismo

Otro tema de preocupación para Cassara y Holton es la posibilidad de que lideres islámicos radicales sobre cumplimiento con la ley Shariah traten de lograr que fondos zakat sean enviados a entidades caritativas que puedan contribuir a organizaciones terroristas. Los bancos islámicos están obligados a crear comités formados por eruditos islámicos para asegurarse que los bancos operen cumpliendo con los principios shariah, incluida la distribución de fondos zakat.

Por ejemplo, recientemente Dow Jones eliminó al erudito islámico Muhammad Taqi de la Junta Asesora del Índice Shariah por sus escritos en los cuales apoyaba el ataque a soldados de los EE.UU. en Irak, dijo Holton. “Él está tomando decisiones donde se realizan estos pagos de zakat, y por lo tanto hay una enorme posibilidad de que se lleve a cabo financiamiento del terrorismo”. Usmani está actualmente en la junta asesora global sobre Sharia del HSBC, señaló Holton.
Usmani no es un individuo especialmente designado sancionado por el gobierno de los EE.UU., indicó Holton. “La diligencia debida estándar no se aplica cuando se trata de personalidades como ésta”, alertó.

Alerta injustificada

Sin embargo, otros especialistas en financiamiento del terrorismo consideran que éste y otros temas están sobredimensionados. Los bancos que operan con financiamientos que cumplen con la ley Shariah deben cuidar que sean transparentes en lo que se refiere a la identidad de las autoridades religiosas de sus juntas, así también como la de quienes realizan donaciones a las organizaciones caritativas; sin embargo, estos temas de interés no son únicos de la banca islámica y se aplican a todas las instituciones financieras, declaró un experto en financiamiento del terrorismo en Washington, D.C., quien pidió no ser identificado.

“El mito de que es una clase de caballo de Troya con el cual los radicales islámicos están tratando de infiltrarse en las estructuras financieras occidentales y globales no tiene fundamento”, según expresó.

Más aún, quienes disienten con Cassara y Holton señalan que el Departamento del Tesoro de los EE.UU. consideró necesario designar solamente a un banco islámico, el Beit Al-Mal Holdings en diciembre de 2001, como “Terrorista Global Especialmente Designado”. Además, la designación del banco no estaba fundamentada en el cumplimiento con la ley Shariah, sino en el control ejercido sobre él por Hamas.

La banca islámica está tan regulada como cualquier otra forma de banca y los riesgos de ser asociado con entidades caritativas radicales islámicas y la participación de determinados individuos designados son los mismos que con cualquier institución regulada, indicó Timberg, economista de Nathan Associates en Washington D.C.

“La preocupación por los fondos de las entidades caritativas [porque vayan al destino incorrecto] ya es controlada por el hecho de que si el grupo es inaceptable y está en la lista de individuos designados del Departamento del Tesoro, no pueden realizar pagos a favor de ellas” dijo Timberg.