Por Carla Valero
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(Nota del Editor: este es el primero de dos artículos sobre el nuevo liderazgo del GAFIC. Vea el perfil y los esfuerzos de Guatemala, que ocupa la presidencia).
Como si de un lanzamiento espacial se tratara, la cuenta atrás ha empezado para Costa Rica ya que el próximo 27 de enero asumirá la vicepresidencia del Grupo de Acción Financiera del Caribe (GAFIC). A pesar de que Costa Rica ya ocupó la presidencia en 1994, los principales organismos gubernamentales están preparándose para este nuevo rol.
Así, el país centroamericano asumirá la Vicepresidencia del GAFIC por un año bajo el mando del viceministro de la Presidencia, José Torres, ya que todo lo relacionado con el organismo internacional es competencia del Ministerio de la Presidencia a través del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD).
Anteriormente, Guatemala era el país encargado de la vicepresidencia y la persona asignada al cargo era el Superintendente de Instituciones, actual Presidente del grupo, William Zapata. Según lo descrito por los estatutos, el país Vicepresidente que es elegido por dos terceras partes de los miembros del GAFIC, pasa a ser automáticamente presidente al año siguiente durante la reunión del Consejo. Las tareas del vicepresidente son asignadas por el presidente actuante.
A pesar de que aún queda un año para asumir la presidencia del organismo, Costa Rica ha empezado a desarrollar algunas ideas incipientes que les gustaría llevar a cabo. Según Mauricio Boraschi, Director General del ICD: “el próximo año nos gustaría abordar el manejo de las reuniones en los plenarios y hacer mas efectivos los mecanismos de evaluación, que sean mas rápidos, y que haya un mayor acercamiento entre GAFIC y GAFISUD”.
Entre las acciones que ha tomado Costa Rica para estar a la altura del cargo se encuentran ultimar la renovación del Plan Nacional Antidrogas, en el cual se incluye un apartado sobre la lucha contra el lavado de dinero y el refuerzo que se está haciendo a su estructura jurídica ya existente. Entre las novedades se incluyen dos plazas más en el sector administrativo para agilizar trámites. Jurídicamente hay un proyecto de ley propuesto sobre la reforma de la ley 8204 de Psicotrópicos, donde se incluyen temas relacionados con el lavado.
Por último, se está reformando el control de las actividades económicas no reguladas, es decir, se están realizando mayores controles en las operaciones de remesas y contadores públicos por parte de la Superintendencia. Dicho plan se pondrá en marcha el próximo mes de marzo.
Además, se están acoplando nuevos organismos en la lucha contra el lavado de dinero como la Dirección del Notariado y la Cámara de Bienes y Raíces, organismos que incluyen el sector de los casinos y el inmobiliario. La actividad de estos dos sectores está siendo analizada exhaustivamente porque en Costa Rica aún no se encuentran propiamente reguladas. El objetivo del análisis del gobierno es crear en un futuro cercano una nueva legislación que se centre en estos sectores que hasta el momento gozan de una amplia libertad de acción.
José Quesada, director de la oficina en Costa Rica de la Corporación Euro Americana de Seguridad Internacional considera que asumir la vicepresidencia del GAFIC supone un gran compromiso.
“El asumir este cargo, pone de relevancia que aquellos países como el nuestro que desgraciadamente cuentan con un alto nivel de delitos conexos al lavado de activos demandan un mayor compromiso por parte de las autoridades a la hora de cumplir un papel tan importante como el que se nos ha asignado”.
La palabra compromiso también está muy presente en la mente de Boraschi quien dijo que: “asumir la vicepresidencia supone un orgullo para todos y refleja el compromiso que Costa Rica tiene en la lucha contra el blanqueo de capitales. Además representa una buena oportunidad para crear una cultura anti lavado en el país”.
La vicepresidencia trae dinero
Otra de las razones por las que Costa Rica tiene que desempeñar un papel impecable durante su año de vicepresidencia es porque el país se encuentra a las puertas de establecer lazos estratégicos comerciales muy importantes con dos grandes potencias que darían un impulso a la economía del país. Y la exposición internacional que este rol le va a brindar al país, puede ayudar a la recepción de inversiones extranjeras.
“A las puertas de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU. y la probabilidad de uno con la Unión Europea, asumir la vicepresidencia dará a Costa Rica nuevas oportunidades de realizar inversiones en turismo, en bienes y raíces y la creación de nuevas empresas nacionales y multinacionales, para las que el país debe estar preparado”, dijo Quesada.
Por otro lado, este hecho que en principio puede ser positivo para el desarrollo económico de Costa Rica, es un arma de doble filo según Quesada: “para poder controlar los flujos de capitales de inversión extranjera que constantemente se estarán ingresando en el país, podríamos decir que hoy en día faltan mecanismos, controles, y estructuras que permitan hacer frente a estas exigencias”
Por su parte, Roldan dijo que asumir el cargo traerá otra ventaja: “tener la Vicepresidencia, nos va a ayudar a establecer múltiples canales de colaboración con los países vecinos. Cuando Panamá obtuvo la presidencia, por ejemplo, le permitió crear mejores programas anti lavado, a la vez que la Superintendencia de Bancos asumió su papel como defensa del Centro Financiero, buscando mejoras en las inversiones extranjeras, las cuales han ido creciendo de forma paulatina”.
Radiografía del lavado de dinero en Costa Rica
A pesar de que el gobierno costarricense empezó a idear mecanismos contra los delitos financieros en 1988, no fue hasta pasados 10 años que la lucha contra el crimen financiero organizado se puso en marcha gracias al marco legislativo que le asignó los recursos necesarios.
Las leyes principales creadas para combatir el lavado de dinero son la ley 7093 del 22 de abril de 1998, que tipificó por vez primera el delito de lavado de dinero; y la Ley 7786 del 30 de abril de 1998, que representó un avance significativo en las regulaciones anti lavado, estableciendo un capítulo relativo a las instituciones y actividades financieras reguladas. En mayo de 1998 se creó la Unidad de Análisis Financiero del Instituto contra las Drogas.
A pesar de los esfuerzos, Roldan asegura que el sistema financiero del país “funciona para los lavadores internacionales como lugar de almacenamiento temporal o ‘puente’ para los capitales ilícitos En el caso de las drogas, nuestra localización geográfica nos hace vulnerables”.
Un país que tenía buena imagen
Según un estudio del 2005 sobre corrupción en Latinoamérica elaborado por la red de Transparency International en Latinoamérica y el Caribe (TILAC). Costa Rica ocupa el tercer mejor lugar en América Latina en cuanto a corrupción, por debajo de Chile y Uruguay. Pero también se encuentra dentro de la lista de países cuya puntuación más declinó entre el año 2004 y el 2005.
Para Roldan, la situación del país en cuanto al nivel de corrupción no es tan grave. “Costa Rica es percibida como un país que no posee los problemas de corrupción tan elevados de otros países de Latinoamérica”.
Y es que si hasta hace poco, Costa Rica estaba considerado uno de los países de Latinoamérica con una impecable reputación de honestidad y transparencia financiera, las cosas han cambiado después de que se hicieran públicos algunos escándalos en los que por lo menos tres de sus ex presidentes fueron acusados de cometer serios actos de corrupción.
Rafael Angel Calderón, Miguel Ángel Rodríguez y José Maria Figueres, todos ellos presidentes entre finales de los 90 y principios del 2000 estuvieron envueltos en escándalos de corrupción por apropiarse de fondos indebidos y aceptar sobornos.




