Cuando se habla del colombiano Daniel “el Loco” Barrera no solo se hace referencia a uno de los narcotraficantes más exitosos de los últimos 20 años, sino que hablamos de un negocio global de más de US$ 10.000 millones anuales y de una fortuna personal de US$ 834 millones, que de alguna forma fueron legitimados en la economía mundial.

En más de veinte años dedicado al narcotráfico, Barrera se convirtió en uno de los mayores distribuidores de cocaína de la historia, llegando a producir hasta 400 toneladas de cocaína al año. Barrera fue capturado en septiembre del año pasado y fue extraditado el pasado 9 de julio a Estados Unidos, donde enfrenta cargos por narcotráfico, conspiración y lavado de dinero.

Origen de un negocio multimillonario

La historia delictiva de Barrera se remonta a comienzos de la década del 80 en San José de Guaviare (Colombia) donde incursiona en el mundo del narcotráfico de la mano de su hermano Ómar que fue muerto tiempo más tarde, quedándose él al mando de las actividades.

Fue capturado en el año 90, acusado del delito de tráfico de drogas, pero logró escapar y se refugió en la zona de Meta, que en aquella época tenía extensos cultivos de coca y estaba dominada por el frente 43 de las FARC. Precisamente allí comenzó la relación del ‘Loco’ con el grupo terrorista.

El pacto entre el capo y la guerrilla básicamente era que Barrera las financiaba y éstas cuidaban de sus cultivos, o en su defecto le vendían pasta de cocaína, que posteriormente era procesada en sus laboratorios. Las autoridades confiscaron documentos en los que hay decenas de recibos con el nombre de Barrera cancelando sumas que superaban 30.000 millones de pesos mensuales por concepto de droga.

“Barrera tiene casa en Bogotá. Trabaja con US$2.000 millones. Ha sido viejo amigo de las FARC. Compra en el Caguán, Guaviare y Meta. Es el que compra camionetas para nosotros y nos presta plata para los mismos negocios. Nos ha ayudado con inteligencia y a conseguir más de US$5.000 millones. Lo considero leal con nosotros”, se lee en un correo del Mono Jojoy (Jorge Briceño, jefe de los guerrilleros muerto en 2010) del 10 de julio de 1999.

“Barrera organizaba el envío de cocaína procesada fuera de Suramérica, a través de Colombia y Venezuela hacia Europa, Estados Unidos y África”, afirma el pliego acusatorio presentado por la fiscalía estadounidense contra Barrera en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.

“Loco” pero gran lavador

El ‘Loco’ Barrera era la ficha clave para articular el negocio del narcotráfico entre las Farc, la banda criminal Erpac, la ‘Oficina de Envigado’ y ‘los Urabeños’, entre otros. Gran parte del dinero que obtuvo lo invirtió en grandes haciendas en Colombia y Venezuela, en centros comerciales, taxis, empresas de transporte y hasta de ambulancias.

Mediante el uso de testaferros ocultaba sus propiedades en los sectores del comercio de ganado, la venta de piedras preciosas y los bienes raíces. Entre las pertenencias ocupadas por las autoridades con fines de extinción de dominio se encuentran 271 bienes inmuebles, 99 muebles, 31 sociedades y 24 establecimientos comerciales. Todas estas empresas formaban una red de lavado del dinero procedente de sus actividades delictivas.

La estructura financiera

     En los Estados Unidos está acusado de “lavado de activos”, por su presunta relación con 18 operaciones realizadas entre 2002 y 2010 por un total de US$ 180 millones. Según las investigaciones, Barrera creó una estructura financiera para legitimar dinero, que consistía en una red internacional de casas de cambio.

     Varias de las casas de cambio estaban ubicadas en Colombia (Bogotá, Cúcuta, Villavicencio y Cali), Brasil, Perú y Panamá. A través de ellas movieron millones de dólares, y buena parte de ese dinero fue invertido en lujosas propiedades en Colombia, Argentina, Venezuela, Ecuador, entre otros países.

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Documento Relacionado

Pliego acusatorio de la Corte Estadounidense (disponible solo en inglés)