Hace dos años, el presidente del Arab Bank, Abdul Majeed Shoman, se presentó ante unos 250 importantes funcionarios bancarios en el Hotel Waldorf-Astoria en Nueva York para recibir un premio por su trayectoria entregado por la Asociación de Banqueros Árabes de América del Norte.

“La banca ha evolucionado mucho desde que comencé mi carrera bancaria sesenta y siete años atrás”, dijo Shoman al grupo. En ese entonces estaba a comienzos de sus 90 años. “Sin embargo, los temas básicos de una banca eficiente y segura siguen siendo los mismos: políticas prudentes, protección de los depósitos de los clientes, y conocer a sus clientes”.

Actualmente, qué tan bien el Arab Bank conoce a sus clientes “y si ha ayudado a algunos de ellos para financiar terrorismo”, son algunas de las preguntas clave en las tres demandas presentadas recientemente contra el gigante bancario de Medio Oriente.

Tres juicios, cuatro meses

Con sede en Amán, Jordania, el Arab Bank tiene más de 400 oficinas en el mundo, incluyendo a varias en áreas controladas por la Autoridad Palestina. De acuerdo con un balance de junio de 2004 publicado en su sitio en Internet, los activos del Arab Bank totalizaban US$16.000 millones.

Las tres demandas judiciales contra el banco, presentadas entre agosto y diciembre de 2004, contienen acusaciones similares respecto a que el banco ayudó a canalizar “beneficios por muerte” a familiares de atacantes suicidas.

“Los terroristas sabían que si realizaban una operación suicida, su familia recibiría fondos depositados a su nombre en Arab Bank”, sostiene la última demanda presentada el 21 de diciembre pasado.

El expediente judicial, caratulado Litle et. al. v. Arab Bank, presentado el 17 de diciembre en representación de 117 víctimas del terrorismo, reclama el pago de la suma de US$875 millones en daños.

Pero en los casos de Linde et. al. v. Arab Bank presentado el 10 de agosto de 2004 en representación de seis familias de víctimas del terrorismo, y el de Almog et. al. v. Arab Bank, presentado el 21 de diciembre en nombre de alrededor de 700 víctimas del terrorismo y sus familiares, tanto dentro como fuera de Estados Unidos, no se especificaron los montos por los daños reclamados.

Las tres demandas, todas presentadas en Brooklyn, Nueva York, citan a la Ley de Antiterrorismo de 1990 (Título  18, USC Sec. 2331 et seq.) aunque la tercera también menciona a la Ley de Reclamos de Daños y Perjuicio de Extranjeros de 1789 (Título 28, USC Sec. 1350), que otorga a los extranjeros el derecho de demandar judicialmente en los tribunales de EE.UU. por delitos como el terrorismo, sin importar dónde ocurrieran tales hechos.

Antecedentes limpios podría sugerir complicidad

La reputación del Arab Bank por cumplimiento antilavado de dinero y contra el financiamiento del terrorismo es generalmente sólida, como declararía Hassam al-Abed, CAMS, quien trabajó en esa institución como oficial de cumplimiento antilavado durante 11 años.

El legajo del banco sobre cumplimiento regulatorio de las normas estadounidenses también es correcto.  Ni la Reserva Federal, ni la Oficina de Contralor de la Moneda ni la Corporación Federal de Seguros de Depósitos han impuesto nunca sanciones antilavado contra el banco, dijeron los voceros de los entes reguladores.

“El banco era muy estricto en su cumplimiento con todo”, dijo Al-Amed en una entrevista telefónica. La tercera demanda judicial incluso utiliza los propios reclamos del banco de salvaguardas antilavado incuestionables del banco como evidencia de que “conocía a sus clientes”, y de que era cómplice de actividades de financiamiento del terrorismo a través de varias de sus cuentas.

“Como Arab Bank reconoce que se encuentra a la vanguardia de las regulaciones contra el financiamiento del terrorismo y ha creado estándares independientes aún más estrictos, obviamente está al tanto y sostiene que debe cumplir con todas las leyes federales de EE.UU. y los estándares internacionales”, se sostiene en la demanda judicial.  A pesar de esas afirmaciones, Arab Bank mantuvo cuentas de terroristas”.

Fondos apoyaron esfuerzos antiisraelíes

“El acusado Arab Bank solicitó, cobró, transfirió, desembolsó y brindó los recursos financieros que permitieron [a grupos militantes palestinos] participar en una campaña de terror y delitos contra la humanidad en un intento de erradicar la presencia israelí del escenario de Medio Oriente”, de acuerdo con el texto de la tercera demanda judicial.

Los grupos terroristas designados por EE.UU., que se alega estaban involucrados, eran Hamas, la Jihad Islámica Palestina, la Brigada de Mártires de al Aqsa y el Frente Popular para la Liberación de Palestina. La demanda no contiene acusaciones específicas sobre cuánto dinero terrorista se movilizó a través del banco.

De acuerdo con la demanda, el dinero requerido para llevar a cabo actos de terrorismo contra Israel por el Comité Popular de Asistencia a la Mujahidden Palestina y el Comité Saudita de Ayuda a la Intifada Al-Quds fue directamente a cuentas del Arab Bank.

Ese dinero posteriormente fue transferido –a menudo a través de la sucursal en Nueva York– a oficinas del banco en la Ribera Occidental y la Franja de Gaza, donde los familiares de los atacantes suicidas podían cobrarlo, afirma la demanda.

Cierra la sucursal en Estados Unidos

En medio de las demandas de EE.UU., de dos investigaciones de agencias fiscalizadoras de EE.UU. y de noticias periodísticas que han despertado el interés del Congreso de EE.UU., el banco cerrará gradualmente su única sucursal en EE.UU.

El periódico The Jordan Times y Associated Press informaron a principios de febrero que el cierre de la sucursal en Nueva York de Arab Bank fue anunciado por el Banco Central de Jordania, que supervisa las operaciones del banco.

Un comunicado del Banco Central de Jordania señala que “el ambiente para operar en Estados Unidos en la actualidad no es conveniente para la estrategia y visión del banco”.

Banco realizada negocios con Israel

Un abogado de Arab Bank, Kevin Walsh, de la firma Winston & Strawn, declaró a Lavadodinero.com que los antecedentes de cumplimientos de su cliente son “impecables e intachables”. “Creemos que estos reclamos [de financiamiento del terrorismo] están llenos de falsedades, están llenos de errores legales. Y es por esas razones que los vamos a contestar vigorosamente”, dijo Walsh.

Lejos de buscar la destrucción de Israel, continuó, Arab Bank mantiene relaciones de corresponsalía con al menos un banco israelí.

“Si el banco tuviera algún tipo de filosofía antiisraelí, ¿por qué le prestaría servicios bancarios en los territorios ocupados?”, preguntó el ex empleado de la institución, Al Abed. “Su [único] objetivo es obtener más ganancias”.