Disminuir los riesgos de las tarjetas prepagas: las herramientas de una compañía

La Evaluación de Amenaza de Lavado de Dinero, publicada en diciembre del 2005 por el gobierno de EE.UU., describía a las tarjetas de valor acumulado, o prepagas, como un gran problema que quiere reconocer.

 

Según indicaba el informe, los programas de tarjetas prepagas que “carecen de procedimientos de identificación del cliente y de sistemas para monitorear las transacciones para verificar la presencia de actividad sospechosa, presentan importantes vulnerabilidades frente al lavado de dinero”. En particular si existen límites amplios o no existen límites sobre el monto de dinero en efectivo que pueden ser cargados en la cuenta de la tarjeta o a los cuales puede accederse a través de cajeros automáticos.

 

El centro de los problemas del gobierno con las tarjetas prepagas es la falta de un marco regulatorio antilavado de dinero (ALD) claro y la supervisión ALD inconsistente realizada por los emisores.

 

Pero, al señalar las muchas deficiencias con las tarjetas, el informe también dejaba trascender importantes soluciones para tres de las mayores preocupaciones del gobierno: anonimato, límites de las transacciones y reporte de actividad sospechosa. 

 

El tren prepago

 

Casi todo el mundo está subiéndose al tren prepago, incluidos los bancos, con ofertas de sistemas abiertos de amplio acceso, y los comerciantes minoristas con tarjetas de sistemas cerrados con los que se puede operar solamente dentro de una cadena o red minorista previamente designada.

 

Western Union comercializa la Tarjeta Prepaga MasterCard Western Union, que es emitida por el BankFirst como una tarjeta de débito de uso general, y como un medio para acceder a una porción mayor de consumidores de transferencias de dinero en EE.UU., aunque no comercializa su tarjeta como un vehículo de remesa.

 

El programa de Tarjeta Prepaga MasterCard del Western Union incluye un proceso de cumplimiento ALD con características que otros emisores de tarjetas prepagas podrían emular.

 

Eliminación del anonimato

 

El programa de tarjeta de débito prepaga puede considerar el tema del anonimato desde el momento de la inscripción en el mismo, que incluye un proceso de varios pasos.

 

Los clientes pueden registrarse para el servicio en la oficina de un agente, vía Internet o por teléfono.  La registración requiere información básica: nombre, domicilio, número telefónico, fecha de nacimiento y número de Seguridad Social.  Para aquellos clientes no estadounidenses, es necesario un pasaporte (número y país de emisión), tarjeta de residencia permanente u otro documento oficial emitido con fotografía y el país de residencia. 

 

Después de registrarse en el programa, el banco emisor (en este caso, el Bank First) verifica la información del cliente y la procesa mensualmente mediante la verificación con la Oficina de Control de Activos Extranjeros (por sus siglas en inglés, OFAC). Una vez que la información es verificada, se envía por correo una tarjeta personalizada, con el nombre en relieve, al domicilio del consumidor. Generalmente no se aceptan las casillas de correo a menos que se incluya un domicilio con calle y número en la ficha del cliente.

 

Las recargas de la tarjeta deben ser realizadas en forma personal llevando la tarjeta a las oficinas del agente en Estados Unidos solamente.  Las verificaciones posteriores de OFAC son reiteradas con cada recarga, y cada 30 días junto a toda la base de datos de los titulares de tarjetas.  También se permiten las recargas mediante un depósito directo realizadas por un único empleador.

 

Para los empleadores, el banco realiza una revisión de diligencia debida, obtiene su número de identificación impositiva y realiza verificaciones de OFAC y de la Oficina de Mejores Negocios. También verifica con el estado que los empleadores operan en el mismo para asegurarse que están registrados.

 

Los agentes que inscriben a los clientes y recargan las tarjetas prepagas deben contar con un programa documentado de cumplimiento con la Ley de Secreto Bancario/ALD.  Western Union revisa todos los programas de cumplimiento ALD de sus agentes – incluyendo el monitoreo y reporte de actividad sospechosa – en forma mensual, de acuerdo con la evaluación del riesgo.

 

En esta parte del programa es importante recordar la interacción del cumplimiento con la comercialización: los proveedores de tarjeta prepaga no deberían promocionar en exceso determinadas características de la tarjeta, como el anonimato.  La mayoría de los consumidores son gente razonable y comprenden la necesidad de lograr un equilibrio entre la privacidad y la transparencia para lograr la seguridad del sistema financiero.  Un extremo de la comercialización basado enteramente en el anonimato está unido a la atracción del elemento equivocado.

 

Límites de las transacciones

 

Los límites de las transacciones promueven el uso adecuado que se busca y brindan varios puntos a tener en cuenta para el monitoreo de la transacción.  Los límites están sujetos a revisión y cambios, pero en el caso de Western Union actualmente incluyen: 

 

  • Plazo de vigencia de la tarjeta de dos años
  • Límite de carga de US$950 cada 24 horas
  • Límite de saldo de US$2.500
  • Límite de carga mensual acumulada de US$9.500
  • Máximo de 10 cargas por mes

 

En este caso, el programa no permite cuentas con tarjetas duales – una cuenta con dos tarjetas para obtener dinero de la misma – las que se están convirtiendo en un medio popular para remitir fondos.  Esa clase de programa requiere medidas mucho más severas para la identificación de identidades y para ejercer el control sobre el usuario a distancia. 

 

Monitoreo y reporte de transacciones

 

En el mundo de los negocios de servicios monetarios (NSM), el monitoreo de las transacciones generalmente es la mejor forma de “conocer al cliente”.  Ello es así porque las relaciones NSM/consumidor se basan más frecuentemente en transacciones que en una cuenta. Con las transacciones de transferencia de dinero, por ejemplo, el conocimiento de los patrones de las transacciones del cliente llena el vacío que crea la ausencia de información más detallada de la cuenta.

 

En el caso de Western Union, la actividad de carga de la tarjeta prepaga está sujeta al monitoreo según ciertos límites y con determinados criterios, incluyendo: la actividad diaria y mensual, la actividad principal por banda, y la frecuencia de compras y recargas. 

El monitoreo facilita el reporte de actividad sospechosa a nivel acumulado de la red, que complementa tal reporte a nivel del agente.

 

Tanto los NSMs primarios como sus agentes son responsables por el monitoreo y el reporte de actividad sospechosa.  Los agentes lo practican a nivel de la transacción a través del contacto directo con el cliente.  Los NSMs primarios tienen una visión completa de red y conducta objetiva, junto con el análisis realizado de acuerdo con la información obtenida del volumen de transacciones totales.

 

Esta visión dual del monitoreo de las transacciones provee un sistema completo para comprender la actividad del consumidor e identificar cualquier actividad sospechosa, que es la columna vertebral del reporte efectivo.

 

Además de monitorear la actividad de carga, Western Union recibe un resumen de actividad mensual del usuario final para facilitar el monitoreo y reporte adicional de las compras hechas por el consumidor con la tarjeta, de acuerdo con ciertas reglas comerciales.  Esto complementa el monitoreo y reporte de actividad sospechosa (IAS) realizado por el banco emisor, el BankFirst, que monitorea a ciertos tipos de comercios (alquiler de autos, aerolíneas, etc.) y la actividad de transacciones extranjeras.
 
Regulación y promesas razonables

 

Aún así, los críticos pueden decir que tales programas ALD, a pesar de su rigor, no dan un control completo sobre el usuario final de una tarjeta prepaga.  Esto puede ser cierto, pero sólo en cierta medida.  Y, podría decirse que lo mismo es cierto con otros mecanismos de pago, incluyendo las tarjetas de crédito, cheques y ciertamente con el dinero en efectivo.

Es verdad que se necesita cierta claridad en la regulación y supervisión.  La regulación adecuada debería reconocer la naturaleza de alta tecnología de las tarjetas prepagas y no debería tratar de conseguir una solución menor que satisfaga las “necesidades” proveedores de bajo costo y tecnología deficiente. 

 

El cumplimiento ALD es, por necesidad, un negocio de alta tecnología, y la regulación debería acompañar la creación de programas basados en la tecnología, que tengan la capacidad de hacer cumplir los límites de las transacciones e identificar y reportar cualquier comportamiento sospechoso. 

 

Los emisores experimentados comprenden estos desafíos y comienzan desde la base de requerir controles de cumplimiento ALD claros y amplios.  Y, cuando el emisor y sus socios tengan una visión compartida de los riesgos y responsabilidades asociados con las tarjetas prepagas, posiblemente los programas ALD atenderán y darán respuesta a los temas de preocupación del gobierno. 

 

Yendo más lejos, el controlar el riesgo asociado con las tarjetas prepagas requerirá identificar las mejores prácticas que pueden resultar en regulaciones efectivas y aplicables. 

 

Por Peter Ziverts, vicepresidente, Sociedades Externas/Cumplimiento ALD Western Union Financial Services Inc., y Jeremy Kuiper, director administrador, Soluciones de Valor Acumulado, BankFirst (Sioux Falls, Dakota del Sur, EE.UU.).