Al igual que cualquier otra tienda en internet, The Farmer’s Market vendía sus productos a clientes de 35 países y recibía los pagos electrónicos a través de diversos sistemas en línea. El próspero negocio alcanzó a facturar más de un millón de dólares en solo dos años. Todo lucía normal, salvo un gran detalle: era un website que vendía drogas.
Éxtasis, LSD, marihuana de alta calidad, DMT, ketamina y varias otras sustancias psicotrópicas ilegales eran despachadas directamente a los domicilios de los clientes por esta ingeniosa banda internacional que controlaba sus operaciones desde Argentina, Estados Unidos, Brasil y Holanda.
Mediante un sofisticado sistema de datos encriptados los delincuentes lograron ofrecer sus productos, realizar ventas electrónicas y despachar los paquetes por correo a todo el mundo, en lo que se considera el primer gran proveedor de drogas del mundo virtual que ha sido desarticulado por las autoridades.
Un moderno (y complicado) entramado tecnológico
“La tecnología avanza tan rápidamente que a partir de una perspectiva de seguridad, es difícil mantener el ritmo. Tengan en cuenta la evolución que ha tenido la delincuencia cibernética en tan sólo la última década”, señaló a principios de marzo Robert S. Mueller, director del Buró Federal de Investigaciones de EE.UU. (FBI) durante una conferencia sobre seguridad cibernética. Un ejemplo claro de esta evolución es el caso del llamado “Amazon de las Drogas”.
La narcoempresa inició operaciones en 2006 y hasta el 2011 funcionó como un intermediario entre distribuidores anónimos y los clientes (usuarios), a quienes les garantizaban productos de calidad y entrega efectiva.
Las comunicaciones internas y externas se realizaban mediante chats y correos electrónicos. Las órdenes eran emitidas mediante cuestionarios, en los cuales los usuarios indicaban el tipo de droga, la cantidad solicitada y el método de envío. El “Mercado” en línea “manejaba todas las comunicaciones entre los diferentes suplidores de drogas. Por estos servicios, cobraba una comisión basada en el valor de la orden”, señala el sumario de la corte.
La empresa contaba con un servicio de atención al cliente mediante foros, que les permitía atender las consultas o resolver los problemas de los 3.000 clientes registrados.
Según indican los documentos judiciales, hasta el 2009 la banda manejó sus correos electrónicos y los chats a través del usuario [email protected], hospedado por el proveedor canadiense Hushmail, que permite intercambiar mensajes encriptados de alta seguridad. Con el objetivo de incrementar su anonimato, en enero de 2010 la banda comenzó a utilizar la red TOR, que permite la descarga gratuita de un software con el que se puede ocultar las direcciones IP de las computadoras usadas para navegar en internet o enviar correos electrónicos. De esta forma, bajo el nombre “The Farmer’s Market”, las órdenes de compra, mensajes internos y externos eran casi imposibles de rastrear.
La banca electrónica
Como todo negocio electrónico, The Farmer’s Market (El Mercado de los Granjeros) contaba con un sistema de pagos muy amplio para realizar el cobro de las órdenes recibidas. Los narcotraficantes utilizaban distintos métodos, desde el tradicional correo de efectivo hasta sofisticadas estructuras de moneda digital basadas en el mercado del oro.
Para recibir y enviar dinero de los clientes o a miembros de la misma organización, utilizaban servicios de transferencias de Western Union, pagos mediante Paypal, cuentas en Pecunix (moneda digital) y el servicio de I-Golder. En una comunicación de abril de 2007, uno de los detenidos afirmaba que “Pecunix y VIrtualGold eran los métodos más convenientes para aceptar pagos por sustancias controladas debido a que no verificaban la identidad”.
Estructuración Cablegráfica
Los clientes enviaban las órdenes de pago a varios cómplices ubicados en Hungria, quienes transferían el dinero mediante Western Union hacia cuentas bancarias en el Sovereign Management and Legal S.A., de Panamá. El dinero luego era transferido para una cuenta de una tarjeta prepagada controlada por el líder de la organización, Marc Willems.
Este proceso de estructuración de depósitos en una cuenta de un receptor cómplice fue utilizado repetidamente, incluso originándose en varias ciudades de Estados Unidos. En una oportunidad, en mayo de 2009 un cómplice ubicado en Panamá recibió US$ 6.550 a través de diversas transferencias realizadas por individuos desde 11 estados diferentes.
“Por ser montos pequeños, esta metodología es difícil de detectar y requiere de un sistema automatizado adecuadamente configurado para que pueda detectar la concentración de depósitos en una sola cuenta, un receptor repetido u otros indicios de actividad sospechosa”, afirmó un oficial de cumplimiento panameño, quien pidió mantener su nombre en reserva al ser consultado por Lavadodinero.com
Solo entre mayo de 2008 y mayo de 2010, los procesados recibieron 608 transferencias por Western Union, que totalizaron US$ 200.031, exclusivamente por el pago del servicio de correo de las drogas vendidas.
Entre enero de 2007 y diciembre de2009, la red procesó 5.256 órdenes de compras valoradas en US$ 1.041.244. Las investigaciones revelaron que durante los últimos 12 meses de ese período, fueron transferidos US$ 118.575 y 50.000 euros a través de la red Pecunix, que es un operador de moneda digital respaldado por el mercado del oro.
El sistema de pagos Paypal fue utilizado por la red para recibir pagos electrónicos. Uno de los procesados recaudó en su cuenta US$ 261.029 entre abril y agosto de 2011. Parte de ese dinero fue un pago de US$ 2.160 hecho por un agente encubierto de la DEA, quien compró 30 gramos de LSD. Otro de los miembros de la red recibió pagos por US$ 186.000 en su cuenta de Paypal.
Otro de los mecanismos usados fueron las transferencias cablegráficas, mediante las cuales se enviaron miles de dólares desde Estados Unidos a otros países.
“Esto es un ejemplo de lo vulnerables que son los sistemas de pagos electrónicos, a pesar de que las empresas serias del sector han hecho grandes inversiones en sus divisiones de cumplimiento antilavado, antifraude y detección de crímenes”, afirmó el oficial de cumplimiento.
Ahora debemos ser más cuidadosos con las “empresas agrícolas” y la forma como manejan sus operaciones cibernéticas. “Tenemos que verificar si se justifican los pagos y transacciones internacionales de un cliente del sector agropecuario, porque hasta los carteles están ahora en línea y esto representa u gran desafío de monitoreo y detección de actividades sospechosas”, precisó el oficial bancario.
El uso del efectivo
La red ofrecía la opción de pagos en efectivo a través de cómplices, quienes recaudaban el dinero y luego, a cambio de una comisión, realizaban transferencias a los encargados del negocio a través de Western Union y otros proveedores.
El envío de dinero en efectivo por correo también era una metodología utilizada por la banda para colectar los pagos. Uno de los receptores cómplices llegó a enviar 134 sobres con dinero desde su residencia en Iowa (USA) hacia Holanda, totalizando más de US$ 140.000 en dos años.
Operativo internacional
A mediados del mes de abril de 2012, la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA por sus iniciales en inglés), con la colaboración de los organismos de seguridad de Colombia, Holanda y Escocia, desmantelaron el cyber-cartel al detener a ocho de sus principales integrantes y a otros siete individuos involucrados.
El principal líder y creador del negocio era Marc Willem, quien fue detenido por las autoridades en Holanda. Por su parte, las autoridades aeroportuarias de Colombia detuvieron a Michael Evron, un ciudadano estadounidense que tenía residencia permanente en Argentina. El resto de los procesados fueron detenidos por agentes de la DEA en los estados de Florida, New Jersey, Nueva York, Iowa y Michigan. Los investigadores hallaron plantaciones de marihuana y hongos psicotrópicos en las viviendas de miembros de la red criminal.
La fiscalía de EE.UU. presentó cargos por tráfico de drogas, conspiración para delinquir y lavado de dinero. “Esto debería enviar un claro mensaje a las organizaciones que están utilizando la tecnología para realizar actividades criminales: que la DEA y sus socios los rastrearán y los llevarán ante la justicia”, afirmó Briane Grey, agente especial de la agencia estadounidense.
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–Pliego Acusatorio – 29/11/2011
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