Asia es una región muy diversa con dos de las mayores poblaciones del mundo (China e India), con un ritmo rápido de cambio, una enorme variedad de culturas e idiomas. Eso presenta una cantidad de desafíos interesantes y únicos. Además, la falta de infraestructura en algunos mercados convierte al cumplimiento en tiempo y forma en un gran dolor de cabeza, dado que ciertos tipos de transacciones todavía se realizan en papel.
Algunos países están decididos a contar con una legislación fuerte y procesos adecuados para ser aplicados a las instituciones financieras y no financieras. Esos países se encuentran actualmente revisando y mejorando las leyes y requisitos vigentes. Otras jurisdicciones, sin embargo, son más reticentes en aceptar la necesidad de legislación y cumplimiento más severos. Por ejemplo, dos de los tres – hasta ahora eran cinco de seis – países de la lista de Países y Territorios No Cooperadores del Grupo de Acción Financiera (GAFI) están en la región Asia-Pacífico: Myanmar (Burma) yNaurú.
¿Cómo afectan las pautas culturales las prácticas antilavado?
Culturalmente, en Asia las decisiones se toman a menudo a través del consenso del grupo, a diferencia del mundo occidental, donde el proceso tiende a ser más individualista. Esto, combinado con una desconfianza histórica hacia los extranjeros, fomenta que los negocios asiáticos sean realizados solamente con grupos conocidos – miembros de la familia, negocios relacionados, etc.
En Corea, por ejemplo, el chaebol es un conglomerado de compañías agrupado sobre una compañía matriz o un banco de propiedad familiar. En tal situación, las sub-compañías generalmente tienen acciones en cada una de las otras y generalmente son administradas por una familia. En Japón, el establecimiento de una estructura es el keiretsu a determinado plazo. En la mayor parte de Asia se encuentran estructuras similares.
Este tipo de estructuras no solamente genera una falta de transparencia, sino que llevan a las instituciones a tomar decisiones que no estén basada en la familia o las prioridades del grupo, más que en prácticas comerciales idóneas.
Los bancos involucrados o relacionados con esas redes pueden olvidar las mejores prácticas antilavado – como la identificación del cliente, el reporte de actividades sospechosas y transacciones en efectivo o el reporte de transacciones de montos elevados. No es poco común que esas redes o estructuras estén bien conectadas políticamente, lo que dificulta de manera extrema la aplicación regulatoria de sanciones por incumplimiento.
Además, la responsabilidad hacia la familia es tal vez un concepto más fuerte que en Occidente, y muchos países tienen un gran porcentaje de su población trabajando en el exterior y enviando dinero a sus hogares en el país de origen. A menudo estos trabajadores no tienen cuentas bancarias ni pueden pagar los altos aranceles que cobran los bancos, de manera que recurren a canales de envío alternativos, como el hawala, un sistema basado en la confianza y operado generalmente por grupos de familias.
El entender estas diferencias es crucial para el proceso antilavado en Asia. La regulación efectiva puede ser lograda no solamente adaptando los requisitos a las diferentes características del mercado de los países.
¿Cuál es el caso antilavado más importante de la región?
El caso más importante ocurrido recientemente es la suspensión aplicada por la Agencia de Servicios Financieros de Japón a las operaciones de banca privada del Citibank en ese país, por omitir la identificación de clientes y el reporte actividad sospechosa a fines del 2004.
Salvo el caso de Japón, la mayoría de los reguladores en la región Asia-Pacífico no han comenzado a imponer sanciones por incumplimiento de las regulaciones antilavado. Se cree que varios están considerando hacerlo en el futuro, aunque todavía tienen que anunciar sus intenciones de manera formal.
¿Cuál es el futuro antilavado en China?
China está realizando un proceso de transición hacia una economía de mercado, y su sistema de administración financiera todavía está siendo mejorado. Con una población de 1.300 millones de habitantes y alrededor de 55 grupo étnicos (la mayoría con sus idiomas y dialectos propios), China enfrenta desafíos en la implementación de controles en todo el país. El gobierno está entusiasmado con asegurar la estabilidad financiera a medida que China “se abre”. Ha tomado importantes medidas para desarrollar un marco regulatorio, ha firmado varias convenciones internacionales y tratados multilaterales con unidades de inteligencia financiera de todo el mundo. China quiere tener un importante papel en el escenario mundial. Al mismo tiempo, sin embargo, debe mantener el ritmo con el grado de progreso de las reformas y desarrollo internos.
Una gran preocupación para los reguladores es asegurar que el medio regulatorio actual de China pueda soportar un escrutinio global al tiempo que ese país trata de influir para convertirse en miembro del GAFI. Se informó que la calidad y oportunidad de la información presentada no alcanzan el estándard requerido, y los reguladores en China están considerando otorgar la autorización para realizar presentaciones electrónicas.
–Steve Farrer es director de desarrollo de negocios para el departamento antilavado de dinero y fraude del vendedor de software ACI Worldwide (Asia) en Singapur. Previamente trabajó en MasterCard International desarrollando sus funciones de auditoría antilavado.




