Para las empresas en Latinoamérica el lavado de dinero, y el fraude se han convertido en áreas de alto riesgo y temas de gran preocupación.
Según una encuesta realizada entre unas 300 empresas latinoamericanas por la consultora Ernst & Young y el Instituto de Auditores Internos de Argentina (IAIA), estos temas también continuarán siendo desafíos críticos que van a tener que enfrentar las corporaciones en los próximos años.
La consultora y el instituto presentaron los resultados de la encuesta en el XI Congreso Latinoamericano de Auditoría Interna que se realizó recientemente en Buenos Aires. Según el sondeo, los temores de los empresarios se concentran en la protección de los activos financieros, la alteración de la información contable, fraude, y lavado de dinero.
Mayor preocupación por lavado
Para Pablo Fudim, miembro de la comisión directiva de IAIA y encargado de temas relacionados al fraude y la corrupción para el instituto, en los procesos de auditoría interna la preocupación por el lavado de dinero ha avanzado significativamente en los últimos tiempos y esta preocupación se ve reflejada en las futuras prioridades de los empresarios.
“Las organizaciones criminales fluyen, buscan los lugares donde existen las fisuras de control interno, y muchas veces las empresas pueden fallar en el control del comercio”, y es allí donde puede infiltrarse dinero sucio a la organización para ser lavado, dijo Fudim. “Se ve un avance en el lavado a través de transacciones de comercio internacional, zonal y real, hay áreas que lo están sufriendo cotidianamente como por ejemplo los países de la Comunidad Andina o del Cono Sur con algunos productos commodities”.
Riesgo reputacional
Este mayor énfasis y preocupación ante la amenaza del lavado de dinero se debe principalmente a la necesidad de evitar un daño a la imagen y trayectoria de una compañía, un daño reputacional que a veces puede ser mortal. “Hoy por hoy el riesgo de los riesgos es el tema reputacional, si una compañía sufre alguna de estas maniobras de lavado por parte de una organización criminal, su valor marca se desvanece, y hasta puede desparecer la compañía. Esa es la percepción de riesgo actual con el tema del lavado de dinero entre los empresarios”, dijo Fudim. “El daño reputación es la principal y fundamental preocupación”.
El temor a los fraudes parece ser mezcla entre percepción y falencia. De la encuesta se desprende que un 59 por ciento de las firmas consultadas no cuenta aún con programas de detección de fraude. Entre quienes lo tienen, un 29 por ciento sólo parte de presupuestos correctivos y no preventivos, es decir, sólo se trata del procedimiento que se pone en marcha cuando la anomalía ya fue comprobada.
Auditorias insuficientes
El 31 por ciento de los encuestados respondió que el área de auditoría interna reporta a la comisión o junta directiva, mientras que el resto se dividió casi equitativamente entre el reporte a un comité de auditoría, la oficina del director ejecutivo y un responsable regional/global de auditoría interna.
Un dato alarmante que muestra la encuesta es que un 50 por ciento de las empresas no contaba con un comité de auditoría interna. Pero dentro de los que sí cuentan con un comité, la importancia que le asignan se refleja en que casi en un 50 por ciento el máximo responsable de auditoría interna ocupa el cargo de gerente dentro de la corporación.
Fudim señala que la problemática de lavado de dinero es un tema que el IAIA resalta continuamente, “lo ponemos en discusión en los foros continuamente, lo que pasa es que al auditor interno le están pidiendo en su día a día miles de actividades que a veces no tienen ni el tiempo, ni los recursos, ni el personal para realizarlas”.
El 63 por ciento de las compañías que participaron del sondeo son de origen argentino, mientras que el resto proviene de otros países de Latinoamérica. La mayoria son grandes empresas con más de 1000 empleados.




