Por el Departamento Editorial.
En un inesperado cambio en la diplomacia estadounidense, el presidente Barack Obama anunció el restablecimiento de las relaciones bilaterales con Cuba y cambios en las restricciones económicas impuestas a la isla como parte del embargo vigente desde el año 1961.
El anuncio de la Casa Blanca incluye medidas para alentar el comercio entre ambas naciones, como la autorización de algunas exportaciones estadounidenses a Cuba, el levantamiento de las restricciones a las transacciones financieras y la flexibilización en los límites a las remesas de dinero que pueden enviar los residentes estadounidenses a la isla.
EE.UU. ahora permitirá ciertas exportaciones a Cuba, como materiales de construcción residencial, equipo agrícola y bienes utilizados por pequeños negocios como restaurantes y barberías. La Orden Ejecutiva exige nuevas regulaciones del Departamento del Tesoro y de Comercio, pero no cambia la Ley Helms-Burton de 1966 y otras leyes aprobadas por el Congreso que restringen la mayoría de los viajes y el comercio con Cuba.
A nivel financiero, la orden contempla la autorización para que las tarjetas de crédito emitidas por bancos estadounidenses puedan ser utilizadas en la isla, mientras que las remesas internacionales desde Estados Unidos hacia Cuba serán aumentadas desde US$500 hasta US$ 2.000 cada trimestre. Los individuos que envían efectivo a la isla, ya no deberán obtener una “licencia”.
Restricciones aún vigentes
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus iniciales en inglés) anunció que los cambios anunciados por el Presidente Obama no se implementarán de forma inmediata. En un comunicado oficial, la agencia indicó que tendrá que realizar ajustes en las Regulaciones de Control de Activos Cubanos (Cuban Assets Control Regulations), lo cual exigirá varias semanas.
“Ninguno de los cambios anunciados entrarán en vigencia hasta que las nuevas regulaciones sean emitidas” precisó OFAC en su comunicado, mientras que un vocero de la entidad explicó que“Al igual que con todos los cambios realizados en los programas de sanciones, OFAC tiene que revisar su marco regulatorio y actualizarlo para reflejar los cambios realizados por la Administración vigente, en consulta con el Departamento de Estado”.
Otro factor que puede retrasar las nuevas medidas es la presión política de algunos congresistas, especialmente los de origen cubano-americano y los conservadores del partido republicano, quienes ya han expresado su descontento con la decisión y prometen utilizar los recursos legislativos para frenar la acción.
El experto Samuel Cutler, de la firma especializada en sanciones Ferrari & Associates PC, declaró al The Wall Street Journal que la decisión del gobierno abrirá oportunidades comerciales para algunos sectores, pero no eliminará las preocupaciones de cumplimiento de aquellas empresas que desean mantener relaciones comerciales con la isla. El experto comparó la nueva situación de Cuba con la de Myanmar, ya que muchas empresas están dudosas de establecer relaciones debido a los riesgos que implican.
Lazos con el terrorismo
Otra consecuencia de la Orden Ejecutiva es que el Departamento de Estado deberá revisar la designación de Cuba como un “Estado que Patrocina el Terrorismo”. El gobierno de Estados Unidos tiene un plazo de 6 meses para revisar esta designación, la cual pudiera ser removida como parte del acuerdo logrado entre ambos gobiernos.
Un cambio en la designación exigiría un reajuste en los programas de cumplimiento antilavado y de las sanciones que tienen actualmente funcionando las instituciones financieras de Estados Unidos y de gran parte del mundo.
Durante décadas las autoridades han sancionado a cientos de empresas y ciudadanos estadounidenses por mantener relaciones comerciales no autorizadas con entes individuos cubanos.




