América Central cumple dos funciones de apoyo a organizaciones delictivas: es el camino preferido de las drogas viajando a Estados Unidos, y el lugar de reposo preferido de los dólares volviendo a América del Sur, aseguró Michael Braun, jefe de operaciones para la Oficina Antidrogas de EE.UU. (DEA por sus siglas en inglés)

Braun recientemente testificó ante el Subcomité de Relaciones para el Hemisferio Occidental de de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y señaló que siete países latinoamericanos—Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Belice, Guatemala y El Salvador—no sólo funcionan como lugares de tránsito para que las drogas ingresen a Estados Unidos, sino que se han convertido en convenientes lugares para guardar el dinero obtenido de la venta de la droga.


“La mayoría del efectivo que transita o se encuentra depositado en las instituciones financieras de América Central sale por la frontera sudoeste de Estados Unidos en grandes cantidades en efectivo”, señaló en su testimonio.


Panamá es el país más vulnerable al lavado de dinero y a las transacciones financieras ilegales debido a que es un centro financiero internacional con una sofisticada industria bancaria, señaló Braun.


Panamá también es un importante centro aéreo, y su aeropuerto se está utilizando cada vez más por corredores de divisas. Estos corredores de divisas—compuestos principalmente de ciudadanos mexicanos, haitianos y colombianos—por lo general arriban al aeropuerto y abiertamente declaran ante las autoridades el efectivo que transportan, cumpliendo de esta manera con las leyes panameñas.


Debido a que el dinero ha sido declarado, se les permite pasar por aduanas y salir del aeropuerto, señala Braun. La mayoría del dinero de la droga que llevan a Panamá termina en el puerto libre llamado Zona Libre de Colón.


Mercado Negro de Cambio de Peso


Según el testimonio de Braun, más de US$17 millones en dólares estadounidenses fueron declarados –y se les permitió ingresar—a Panamá a través del aeropuerto entre mayo y diciembre de 2004. Braun no aclaró si todos estos fondos eran producto de actividades ilegales.


La presencia de la Zona Libre de Colón conjuntamente con las instalaciones de contenedores de carga a ambos lados del canal, han hecho que el país centroamericano sea más atractivo para aquellos delincuentes que intentan repatriar el dinero producto de la venta de droga en Estados Unidos.


Una vez que el dinero sucio ingresa a la zona, generalmente va a parar a las manos de los corredores de pesos, quienes por lo general han previamente acordado la compra del dinero sucio, a veces mucho antes de que la droga haya sido enviada a Estados Unidos.
Por lo general, los corredores forman parte del esquema de lavado conocido como Mercado Negro de Cambio de Peso, una complicada cadena de negociados que involucra a comerciantes legítimos y corredores de pesos y permite el lavado de dinero de la droga.


La DEA está ahora tratando de identificar e interceptar el dinero de la droga antes de que llegue al corredor de dinero, reconociendo que las operaciones se vuelven mucho más difíciles una vez que el dinero alcanza la etapa de los corredores.


Braun dijo que Panamá y la DEA están trabajando en conjunto para crear caminos y desarrollar métodos para identificar las organizaciones y sistemas de lavado de dinero que operan detrás de los movimientos del dinero de la droga.


Panamá no es el único país atractivo para los narcotraficantes, quienes también llevan el dinero de la droga a otros países centroamericanos. Según el testimonio de Braun, en El Salvador, por ejemplo, se ha experimentado un incremento en los esquemas de lavado de dinero que utilizan servicios de envío de remesas desde Estados Unidos—una industria estimada en US$2.700 millones.


El hecho de que El Salvador utilice ahora el dólar como su divisa ha convertido al país en un territorio más atractivo para las operaciones de lavado de dinero. Guatemala también continúa siendo un lugar donde se almacenan cantidades de dólares en efectivo.


Y podría ser difícil para las agencias de ley locales poner un freno a estas actividades.


Según el testimonio de Braun, la mayoría de los países centroamericanos, “experimentan una falta de recursos y experiencia para combatir agresivamente los delitos financieros”.


Con pocas excepciones, como por ejemplo Costa Rica y Panamá, que tienen más recursos, la DEA estima que los países centroamericanos son vulnerables al narcotráfico debido a sus problemas económicos. A la Policía y a otras agencias les faltan fondos y reciben entrenamiento inadecuado. Por lo tanto, algunos oficiales son susceptibles a recibir los enormes sobornos que ofrecen los narcotraficantes.