Por Ralph Wyss, Zurich (Suiza)
En todos los casos de lavado de dinero que ocurren en Suiza, las autoridades suizas aseguran que el secreto bancario de Suiza no protege a los criminales. Sin embargo, aquellas personas que no están en este país europeo creen que se abusa del secreto bancario en Suiza con el propósito de lavar dinero. ¿Qué es verdad?
Los bancos suizos en su conjunto son los mayores fideicomisarios de fondos privados del mundo. Por lo tanto no es imposible que en ciertas ocasiones, ciertos casos de lavado de dinero e inclusive financiación del terrorismo ocurran en Suiza. Incluso si asumimos, en dólares estadounidenses, que sólo US$1 de cada US$1.000 depositados en cuentas suizas tuvieron un origen delictivo, esto sumaría un total de US$2.500 millones, dado que los bancos suizos administran unos US$2,5 billones en total. Para las autoridades o bancos suizos declarar que no existe dinero sucio en Suiza es estadísticamente imposible.
Pero los criminales, lavadores y terroristas no se pueden esconder detrás del secreto bancario en Suiza. El secreto bancario suizo no se aplica para los fiscales dentro de Suiza. Tan pronto como un fiscal suizo solicita información de una cuenta en un banco suizo, él o ella obtendrán el permiso sin problemas. Y tan pronto exista suficiente sospecha de que los activos en cuestión se originaron en actividades delictivas, las autoridades suizas responderán con rapidez para solicitar a las agencias policíacas, de investigación y de cumplimiento extranjeras que procedan a congelar activos o proveer copias de documentos relacionados con las cuentas.
Sin embargo, la ayuda no siempre llega con prontitud cuando es Suiza la que necesita la cooperación de otros países. No es poco común que los fiscales suizos tengan que esperar un año o más por asistencia legal internacional por parte de otros países (incluyendo Estados Unidos).
En los casos donde otros países tienen que esperar información por parte de Suiza, por lo general sucede que estos países no han estudiado adecuadamente las reglas de procedimiento suizas. Quien opere profesionalmente no afrontará ninguna dificultad para localizar y bloquear activos de origen delictivo en Suiza.
El único sector donde las leyes de secreto bancario causa problemas para las autoridades extranjeras es el que incluye ofensas relacionadas con cuestiones impositivas. Suiza no presta asistencia legal internacional a una autoridad extranjera en conexión a la evasión impositiva. Tan pronto como exista una cuestión de fraude impositivo, Suiza presta asistencia legal impositiva.
La diferencia entre evasión fiscal y fraude impositivo no siempre es entendida en otros países, y por lo tanto es entendible que las autoridades extranjeras se quejen de que Suiza es un paraíso para quienes cometen ofensas impositivas. Por otro lado, los suizos algunas veces, con razón, están bajo la impresión de que las quejas presentadas por autoridades extranjeras contra el secreto bancario suizo por lo general no intentan luchar contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, sino que buscan recolectar impuestos.
La diferencia entre evasión fiscal y fraude fiscal es una de las cuestiones más importantes en relación con el secreto bancario suizo, pero no es difícil entender la diferencia. En la legislación suiza, la evasión fiscal es definida como la omisión, intencional o no, de declarar propiedad, ganancias, activos o ingresos sujetos a impuestos. En contraste, la definición de fraude fiscal es: Preparar documentos falsificados con el propósito de evadir impuestos. ¿Qué significa esto en relación al secreto bancario?
Consideremos por ejemplo a un empresario de cualquier país que acepta un trabajo de consultoría en otro país. Su salario va a una cuenta bancaria en Suiza y no declara su empleo ni la existencia de su cuenta bancaria a las autoridades de su país. En este caso, Suiza no prestará asistencia legal internacional. Si asumimos que el mismo empresario tiene un acuerdo con una firma suiza y que la firma suiza le envía facturas fabricadas y transfiere sus pagos a una cuenta suiza, la factura ficticia representa un documento falsificado. Esto significa fraude fiscal y Suiza prestará asistencia legal internacional en este caso.
No es difícil de entender el sistema. Pero, ¿por qué Suiza practica este sistema, que es bastante extraño en comparación con otros en el mundo? Una respuesta es que Suiza tiene un interés económico para proteger fondos que fueron legítimamente ganados, y no dejarlos en manos de autoridades del sector impositivo de otros países, y de esta manera preservar el estatus de Suiza como uno de los centros financieros más importantes del mundo.
Otra respuesta es que la privacidad de los ciudadanos y la tradición de la auto declaración de impuestos están profundamente arraigadas en la vida política y cultural de Suiza. En Suiza, alguien que se olvida de declarar sus activos –intencionalmente o no—no es considerado un criminal, a pesar de que corre el riesgo de una alta multa si es atrapado. En Suiza, la evasión impositiva es considerada un poco como conducir a alta velocidad en la ruta –un hábito malo, y riesgoso, a lo mejor, pero uno que emprenden millones de ciudadanos respetables del mundo.
Dr. Ralph Wyss es un abogado independiente en Zurich (www.wyss-legal.ch) y director interino de TvT Compliance Ltd., Zurich (www.tvtcompliance.com).




