En su primer reprimenda del año, la Asociación Nacional de Futuros de EE.UU. (por sus siglas en inglés, NFA) el jueves pasado prohibió de forma permanente a dos firmas de corretaje relacionadas, la reinscripción como miembros de la NFA, y prohibió al presidente de ambas, Robert Flickinger, dirigir cualquier otra compañía miembro de la NFA.

La organización autorregulada de la industria de futuros expulsó a Mercer Capital Inc. (MCI), un corredor de Pórtland, Oregon, por utilizar “técnicas de venta de alta presión” y “declaraciones engañosas” para atraer a inversores y a Mercer Capital Management (MCM) en Boca Ratón, Florida, por no contar con los registros financieros adecuados y omitir la “iniciación de un programa antilavado de dinero adecuado”.


Flickinger, que asumió como presidente de MCI en diciembre de 1999, creó MCM en 2004 después de que la compañía de Oregon había tenido problemas con los reguladores. MCI era miembro de la NFA desde 2000 hasta que Flickinger la cerró en 2004. Las dos firmas operaron en forma conjunta durante un corto período de tiempo.
La NFA anunció su decisión dos meses después de que la Comisión Nacional de Valores (por sus siglas en inglés, SEC) presentara un interdicto judicial contra el presidente de la compañía.


Programa ALD deficiente


Según la demanda de la NFA del 30 de agosto, la asociación descubrió las prácticas deficientes de registro de MCM y su carencia de un programa antilavado de dinero (ALD) durante una auditoria realizada en 2004.


De hecho, la demanda de 15 páginas muestra que la firma incumplió prácticamente casi todas sus obligaciones de la Ley de Secreto Bancario (LSB).  Entre otros temas, su programa de cumplimiento no fue aprobado por escrito por los gerentes superiores y carecía del componente de capacitación de empleados apropiado. No identificaba las señales de alerta para el reporte de actividades sospechosas ni determinaba quién debería presentar esos reportes. No establecía procedimientos para la obtención y conservación de la información identificatoria del cliente. Y tampoco establecía métodos para el monitoreo de cuentas de alto riesgo o para la identificación de clientes que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de  EE.UU. hubiera designado como terroristas o traficantes de drogas.


La NFA prohibió la actuación de otras dos firmas el año pasado, en parte, por sus deficientes programas ALD. Las compañías de futuros de EE.UU., que fueron obligadas a implementar programas antilavado de dinero en 2002, posteriormente fueron obligadas a identificar clientes y reportar actividad sospechosa en 2003.


En una respuesta del 31 de octubre a la demanda de la NFA, Flickinger indicó que la firma estaba “usando un programa ALD inicial” que él había creado al momento de la auditoria de la NFA, pero que había adoptado un programa nuevo una vez que “se hizo evidente” que el primero era deficiente.


MCM, indicó, “completó una revisión amplia de su programa ALD y corrigió todas las deficiencias” encontradas por NFA.  Aunque Flickinger reconoció que MCM no entregó registros durante la auditoria, mencionó que la compañía entregó la información a la NFA con posterioridad.


Engañando a clientes


La demanda también detalla los intentos de MCI de “engañar, defraudar o embaucar” a sus clientes.  Flickinger, según la NFA, “engañó” a un cliente diciéndole que tendría suficiente dinero como para “comprar un barco” y que el “mal tiempo….haría aumentar el precio del maíz”.  Otro representante de MCI le informó a una clienta que podría “duplicar su dinero en cuatro meses”.  Y el empleado Benjamín Kerpe, que sólo tenía un año de experiencia, le dijo a otro cliente que tenía 15 años de experiencia y que podría convertir una inversión de US$5.000 en US$50.000 en seis meses.


Flickinger negó “todas las acusaciones” en su presentación en octubre, agregando que se había presentado solamente “una demanda formal de un cliente” contra él en nueve años “por la omisión de la ejecución de una venta”.


Él indicó que la compañía “tomó medidas para asegurar que todos los posibles clientes comprendían la naturaleza de y los riesgos asociados con las opciones de venta de valores”, y que sus clientes confirmaron todas las operaciones hechas por la compañía.


MCM informó en sus presentaciones a la SEC que generaba ventas de los honorarios por transacciones percibidas por la ejecución y compensación de órdenes de los clientes y las comisiones sobre las cuentas de los clientes. La compañía reportó pérdidas por US$24.000 en 2004 y obtuvo ganancias de más de US$152.000 en 2005.


La demanda de la NFA indica que MCI perdió US$269.000 en fondos pertenecientes a los clientes en 2003 y US$534.000 en 2004 porque no administró adecuadamente las cuentas de sus clientes.  La asociación también alegó que MCI, a comienzos de 2003, realizó “ofertas engañosas” a los clientes y permitió que individuos no registrados actuaran en su nombre. La compañía pagó una multa de US$10.000 para conciliar el reclamo de la NFA.


La asociación posteriormente obligó a la compañía en octubre de 2005 a establecer “procedimientos de supervisión mejorados” y a grabar las conversaciones con los clientes porque tenía demasiados integrantes de su equipo de ventas que provenían de firmas “proscriptas o sancionadas”.  La NFA denegó la petición de MCM para no adoptar este requisito y obligó a la compañía a grabar todas sus llamadas a partir de febrero de 2006.


Pasado problemático


Aún así, la NFA no es el único regulador que sancionó a Flickinger y sus compañías.
La SEC presentó un pedido de interdicción en noviembre indicando que Flickinger y sus compañías vendieron fraudulentamente intereses en dos compañías de petróleo y gas, Tri-State Energy I y II, cuyos materiales promocionales indicaban que estaban relacionados con algunas de las principales compañías de energía, incluyendo a Five Status Energy, BSA Resources y Kerr-McGee. Esas compañías no estaban conectadas y los ejecutivos de energía enviaron cartas pidiendo a Flickinger que cesara de mencionar a sus compañías.


La SEC congeló los activos y negocios de Flickinger para impedir mayores “pérdidas, daño y perjuicio a los inversores”, le prohibió a la compañía que cotizara en ninguna de las bolsas, ni siquiera como una “acción mínima”, y le prohibió a Flickinger que actuara como funcionario o director de ninguna compañía que cotizara en bolsa.


Antes de eso, la Comisión de Valores de Pennsylvania emitió una orden de cesar y desistir en octubre de 2004 obligando a MCI a cesar sus operaciones de venta porque ofrecía títulos no registrados a inversores no calificados a través de pedidos para hacer ventas fraudulentas. En agosto de 2005, la comisión le ordenó a la compañía que pagara una “valuación” no divulgada y los honorarios legales para conciliar el caso.