Por Colby Adams.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) inició un programa para ayudar a 16 países de la región africana del Sub-Sahara a combatir la legitimación de capitales mediante el comercio de diamantes y oro, para lo cual destinará US$31 millones durante los próximos 5 años.
El FMI anunció que proveerá asistencia técnica a las naciones, como una contribución a este mercado africano que produce anualmente US$19.000 millones en oro y US$6.000 millones en diamantes, mientras que hay un monto desconocido de dinero desfalcado y legitimado, según informó el organismo.
Hasta ahora, la comunidad internacional ha vigilado la industria de los metales preciosos de África enfocándose principalmente en prevenir la venta ilícita de diamantes provenientes de las zonas de de guerra que son usados para financiar los conflictos armados, según explicó Brad Brooks-Rubin, consejero especial del Departamento de Estado estadounidense en el tema de los diamantes y su relación con la guerra. Los “diamantes del conflicto” ahora mayormente se destinan a Costa de Marfil, afirmó el experto.
El Proceso de Certificación Kimberley (KPCS por sus siglas en inglés), mediante el cual los gobiernos emiten certificados asegurando la legitimidad de los diamantes, ha disminuido la producción y el movimiento de los diamantes en África, afirmó el experto. La máxima autoridad que regula este proceso es la Autoridad del Porceso Kinberley de Estados Unidos (USKPA por sus siglas en inglés)
La exportación de diamantes en Estados Unidos es regulada por la Ley de Comercio Limpio de Diamantes, una ley aprobada en 2003.
Otra preocupación: el lavado
“Hay una preocupación natural acerca del uso de los diamantes y el oro para lavar dinero internacionalmente, así como por la carencia de seguridad en la región”, advirtió Cecilia Gardner, consejera general de la USKPA.
Estos temores se deben a que “no hay ninguna práctica antilavado relacionada a la industria de la minería en África”, explicó Gardner, quien también es presidente del Comité de Vigilancia de Joyeros, un grupo con sede en Nueva York (E.E.U.U.).
Por su parte, Anders Krakenes, vocero de prensa de la Iniciativa para La Transparencia en la Industria de la Extracción (EITI por sus siglas en inglés), señaló que •frecuentemente las leyes de privacidad relacionadas a la industria de la minería le dificultan a las instituciones financieras y a otras empresas conocer todas las partes involucradas en las transacciones de metales preciosos”.
De los 32 países que se han unido a un plan de la EITI para implementar reglas que aseguren la transparencia de la industria minera, 19 están ubicados en África. Los lineamientos de EITI están diseñados para prevenir los pagos ilegales, forzando a las empresas y gobiernos a mostrar cuánto están recibiendo por los contratos de minería.
Las ganancias ilegales procedentes de la industria de los recursos naturales son eventualmente legitimadas y colocadas en el sistema financiero global, dijo Krakenes, agregando que las empresas financieras internacionales deberían asegurarse de que los países y las compañías son cumplidores de las recomendaciones EITI antes de otorgar ayuda o financiar proyectos.
Los oficiales de cumplimiento bancarios deben implementar medidas razonables para asegurar que sus clientes que compran diamantes y oro en la región, lo hagan a través de los canales formales del sistema financiero, y deben ser muy cuidadosos de aquellos clientes que hacen esas operaciones solo con dinero en efectivo, advirtió Brooks-Rubin.
Aunque el comercio de diamantes y oro es vigilado por los agentes de aduanas y los organismos de seguridad, los registros bancarios sobre operaciones de intercambio de piedras preciosas han sido solicitado por las autoridades en algunas investigaciones, señaló Brooks-Rubin.




