Muy pocos países tratan de evaluar sus riesgos de lavado de dinero y financiación del terrorismo, señaló el lunes el Grupo de Acción Financiera (GAFI) mediante un reporte que invita a las naciones a analizar con más profundidad sus vulnerabilidades frente a los movimientos de dinero para actividades delictivas.
El reporte del organismo detalla los recursos que los gobiernos podrían utilizar para regular y proteger mejor a las instituciones del riesgo delictivo. Si no realizan una evaluación de esas amenazas, los reguladores gubernamentales “no pueden de forma real” determinar si los bancos y otras entidades financieras están impidiendo de manera efectiva el abuso criminal”, señaló el informe.
Además, muchas jurisdicciones que efectúan evaluaciones confunden los resultados al incluir conclusiones sobre varios delitos, en lugar de concentrarse exclusivamente en la financiación del terrorismo y el lavado. Con demasiada frecuencia, utilizan definiciones y términos diferentes a los utilizados por otros países, indicó el GAFI.
El GAFI no aclaró cuáles países no completaron las autoevaluaciones, pero mencionó a dos organizaciones internacionales y a diez países, incluido Estados Unidos, como ejemplos de jurisdicciones que sí las han hecho. Entre las fuentes de información para estas mejores prácticas, la organización sugirió una mayor cooperación entre las agencias y la utilización de encuestas sobre víctimas y aquellos que cometen los delitos.




