Por Colby Adams.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos propuso una nueva medida que designaría a Irán como una “preocupación primaria de lavado de dinero” y le exigiría a los bancos cerrar las cuentas de corresponsalía con instituciones extranjeras que mantengan relaciones con entidades e individuos iraníes.

La propuesta de designación, que fue hecha en base a la sección 311 de la Ley USA PATRIOT, también le exigirá a las instituciones estadounidenses hacer un mayor escrutinio de sus relaciones interbancarias para detectar lazos con individuos y entidades iraníes.

Con esta medida, que estará en período de revisión hasta el 20 de enero de 2012, la Casa Blanca utiliza una de las cinco acciones poderosas disponibles bajo la sección 311. Irán es una de las cuatro naciones que han sido designadas bajo las provisiones de la Ley USA PATRIOT, acompañando a Myanmar, Nauru y Ukrania.

“Esta es la dependencia oficial más poderosa que podemos dar de que cualquier transacción con Irán implica serios riesgos de engaño”, dijo la secretaria de estado norteamericana, Hillary Clinton, durante el anuncio de la medida, cuando estuvo acompañada por el secretario del tesoro, Timothy Geithner, quien advirtió que “las instituciones financieras de todo el mundo deberían pensar seriamente sobre los riesgos de hacer negocios con Irán”.

Geithner indicó que “si usted es una institución financiera y participa en cualquier transacción que involucre al Banco Central de Irán o cualquier otro banco iraní que opere dentro o fuera de Irán, usted está en riesgo de estar apoyando las actividades ilícitas de Irán: su desarrollo de armas nucleares, su apoyo al terrorismo y su esfuerzos para engañar a las instituciones financieras responsables y evadir las sanciones”.

En otra acción independiente realizada mediante la Orden Ejecutiva 13382, el gobierno de Estados Unidos también designó este lunes a 11 entidades e individuos relacionados a la Guardia Revolucionaria Iraní y anunció nuevas medidas contra el sector petroquímico de la nación árabe. Estas medidas incluyen: la ampliación de las sanciones para apuntar la oferta de bienes, servicios, tecnología o de apoyo (por encima de ciertos umbrales monetarios) a Irán para el desarrollo de sus recursos petroleros y el mantenimiento o la expansión de su industria petroquímica.

Al mismo tiempo, también el Reino Unido y Canadá prohibieron todas las relaciones de negocios con bancos iraníes e incluyeron en la “lista negra” al Banco Central de Irán. “Como resultado de este esfuerzo coordinado, Irán está ahora privada de tres de los principales sectores financieros del mundo. Instamos a los líderes de todo el mundo a tomar medidas contundentes para impedir que Irán simplemente cambie la actividad financiera a los bancos dentro de sus naciones”, señaló Geithner.

Trabajo para los bancos

Bajo esta designación propuesta por las autoridades estadounidenses, los bancos domésticos deben aplicar medidas de diligencia debida especiales a sus cuentas corresponsales, para garantizar que las entidades iraníes no tengan acceso directo al sistema financiero estadounidense.

Como mínimo, la medida debe incluir la notificación por escrito a los bancos extranjeros con los que se mantiene relación de corresponsalía sobre la prohibición de permitirle a individuos o empresas iraníes el acceso a las cuentas sostenidas en bancos estadounidenses. En su propuesta el gobierno advierte que los bancos pueden encontrar esas relaciones [con nacionales iraníes] “a través del software de detección de transacciones o a través del procesamiento de las transacciones de Irán bajo licencia de la OFAC” (Oficina de Control de Activos Extranjeros).

El mayor impacto de esta designación caería sobre las empresas europeas que tienen operaciones relacionadas a Irán y sobre las instituciones financieras extranjeras que procesan sus transacciones, advirtió Cari Stinebower, una ex asesora legal de OFAC, quien agregó que “los europeos han presionado fuertemente en contra de este tipo de medidas”.

Esta movida representa un salto de la interpretación cautelosa que venía haciendo el Departamento del Tesoro de ciertos poderes contemplados en Ley Amplia de Desinversión, Responsabilidad y Sanciones Contra Irán (CISADA por sus iniciales en inglés), considera la experta.

Bajo las reglas finalizadas en octubre por la Red de Control de Crímenes Financieros (FinCEN por sus iniciales en inglés), el Departamento puede ordenarle a los bancos estadounidenses certificar que un banco extranjero al que le mantienen cuenta corresponsal ha procesado transacciones relacionadas a Irán.

Actualmente 350 bancos estadounidenses actúan como corresponsales para instituciones extranjeras. Pero las autoridades estiman que sólo unos 18 bancos foráneos serán alcanzados por la medida.

Sin embargo, a diferencia de la ley CISADA, la nueva designación no le exigirá a las instituciones financieras estadounidenses tener garantías específicas de sus contrapartes extranjeras una vez que la notificación sobre las nuevas restricciones haya sido recibida.

Las corresponsalías venezolanas

Esta medida colocaría a la banca venezolana en una situación complicada, ya que el gobierno ha promovido un intenso intercambio comercial con el gobierno y empresas de Irán. Además, en Venezuela opera el designado Banco Internacional de Desarrollo, que pertenece al Export Development Bank of Irán (EDBI), entidad incluida en la lista negra por el Departamento del Tesoro desde octubre de 2008.

En una entrevista concedida a Lavadodinero.com en mayo de este año, el jurista venezolano y experto en prevención de legitimación de capitales, Bayardo Ramírez, indicaba que “con el gran temor que tiene la banca venezolana de ser expropiada va a tener que decidir entre adaptarse a las exigencias de los organismos internacionales en un sistema financiero globalizado o supeditarse a lo que pida el presidente Hugo Chávez. Aquí van a tener un gran problema de orden político si no van a cumplir las exigencia que establecen los estándares internacionales van a tener muchos problemas”.

“Este banco [Banco Internacional de Desarrollo] ha sido un gran dolor de cabeza, porque sabemos que nos coloca a todos en riesgo ante los reguladores estadounidenses. Una vez más tendremos que sentarnos a revisar, evaluar y tener nuestro plan de contingencia para estar listos ante cualquier solicitud que nos haga nuestro banco corresponsal”, precisó un  oficial de cumplimiento bancario venezolano, quien pidió mantener su nombre bajo reserva.