Gran Bretaña recientemente pagó US$5 millones a Nigeria, meses después de que el país africano amenazara con una demanda judicial—que hubiera exigido cinco años de interés sobre el capital.

La Secretaría de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña (Foreign Office) pagó los fondos a la Comisión de Delitos Financieros y Económicos de Nigeria, que había amenazado—y luego aparentemente se había echado atrás—con la demanda legal.

Nigeria dijo que el dinero, que fue confiscado de un comerciante nigeriano que viajaba a través del aeropuerto londinense de Heathtrow en 1998, es una pequeña parte de los miles de millones robados por el ex dictador Sani Abacha.

Al final, los funcionarios británicos ni aceptaron ni negaron este reclamo, que habían cuestionado en el pasado. En cambio, la Secretaría de Asuntos Exteriores dijo que el pago de US$5 millones fue hecho para respaldar programas anticorrupción.

Este pago se produce al mismo tiempo que un tratado anticorrupción –primero en su tipo—de las Naciones Unidas está a punto de ser ratificado. El pacto facilitaría la recuperación, por parte de los países, de fondos robados.

Sin embargo, los fondos que Gran Bretaña devolvió a Nigeria no hubieran sido afectados, debido a que el tratado no es retroactivo, y sólo va a afectar a futuros fondos producto de la corrupción. El pacto, firmado por 95 países a mediados de diciembre, entrará en vigencia una vez que sea ratificado el 30 de diciembre.

Abacha, que gobernó Nigeria entre 1993 y 1998, robó un estimado de US$4.000 millones de su país. A pesar de que murió en 1998, US$60 millones de su fortuna sucia encontró el camino hacia cuentas del banco suizo UBS en 2002.

Una investigación de los reguladores suizos encontró que la fortuna sucia de Abacha pudo fácilmente ingresar a algunas de las más importantes instituciones financieras del mundo.