Por Matt Squire
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Los reguladores de servicios financieros estadounidenses deben coordinar y consolidar mejor sus esfuerzos para ayudar a las instituciones financieras de EE.UU. a que mantengan su competitividad en el mercado global, dice un grupo de lobby de la industria.
Un estudio publicado el jueves a la mañana en un desayuno realizado en Washington, D.C., organizado por la Mesa Redonda de Servicios Financieros, dice que las instituciones financieras estadounidenses están siendo obstaculizadas por varias leyes antilavado de dinero (ALD) aprobadas luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001, y las regulaciones sobre gobierno corporativo promulgadas desde 2002.
Varias guías publicadas por los reguladores “no siempre han sido consistentes”, según el estudio, lo que ha obligado a las compañías de servicios financieros a elaborar complicadas mejores prácticas que satisfagan a todos los reguladores. Además, una enorme cantidad de regulaciones han resultado en un montón de procesos de cumplimiento controvertidos y en multas que podrían perjudicar la competitividad de los negocios estadounidenses.
“Hasta que esta estructura regulatoria sea armonizada, cualquier paso que de la industria para mejorar las estructuras de cumplimiento puede ser inadecuado”, dijo el estudio, auspiciado por la Mesa Redonda de Servicios Financieros, que representa a algunos de las bancos, compañías de seguros y corredores más grandes de EE.UU.
El estudio recomienda que EE.UU. adopte más estándars regulatorios similares a los aplicados a los bancos en todo el ámbito de las compañías de servicios financieros.
“Cuando un examinador va a una compañía regulada por la SEC no tiene que ir con una orden judicial, en contraposición a cuando un examinador bancario ingresa con la premisa de que todos los libros y registros están a su disposición”, dijo Cornelius Hurley, director del Centro Morin para el Derecho Bancario y Financiero de la Universidad de Boston, coautor del estudio.
Misión estándar
Para disminuir las inconsistencias, el gobierno estadounidense debería crear una misión estándar para los diversos reguladores estatales y federales que permitiría a las instituciones financieras aplicar programas de cumplimiento más eficientes, “en lugar de tener que tomar un “enfoque de chequear casilleros”, indicó el estudio.
EE.UU. también debería adoptar un sistema regulatorio basado en principios similar al adoptado por la Autoridad de Servicios Financieros (por sus siglas en inglés, FSA) del Reino Unido, el que según el estudio brinda a las instituciones financieras mayor flexibilidad para cumplir los objetivos de cumplimiento basándose en el riesgo.
Los reguladores estadounidenses generalmente se basan en el enfoque regulatorio basado en reglas, que es más limitado y se concentra más en regulaciones y estándares escritos.
La FSA actúa como el paraguas regulador del Reino Unido para los bancos, aseguradoras, corredores y otras compañías de servicios financieros. Ese organismo fue criticado en su país por su escasa autoridad de control.
El estudio no recomienda eliminar todas las revisiones asociadas con el sistema basado en reglas, dijo Hurley. “Estamos diciendo que volvamos atrás y volvamos a evaluar los objetivos sobredimensionados de la regulación de todo el complejo de servicios financieros”, dijo.
Algunos de los puntos de preocupación presentados por el grupo lobbysta pueden ya estar siendo considerados por el Secretario del Tesoro de EE.UU., Henry Paulson. En noviembre de 2006, Paulson apoyó el avance hacia un sistema más basado en principios. Y el mes pasado, Paulson anunció iniciativas para reducir el proceso de revisión regulatoria para ciertas instituciones financieras y mejorar la comunicación entre la industria y los reguladores.
Principales preocupaciones
La principal preocupación de Paulson es el efecto de la posible sobrerregulación en la competencia global, dijo Peter Djinis, abogado de servicios financieros de Sarasota, estado de la Florida, y ex funcionario de la Red de Control de Crímenes Financieros (por sus siglas en inglés, FinCEN).
“Existe un riesgo de que la inversión extranjera en los instrumentos financieros estadounidenses y en el mercado de EE.UU. vayan a sufrir los efectos por la percepción de que tengamos sistemas permeables que no pueden guardar secretos y que están sobrerregulados, son más onerosos y con más carga de tareas”, dijo Djinis.
La adopción de un sistema basado en principios tiene “su mérito”, dijo Charlotte Bahin, socia de la firma de abogados Lord Bissell & Brook LLP de Washington, D.C., pero podría ser más difícil la venta para las instituciones más pequeñas que carecen de recursos para aprovechar la flexibilidad. Es más, las agencias regulatorias también podrían ser reticentes para adoptar un sistema que podría perjudicar a sus facultades de control, dijo Bahin.
“En la medida que exista un sistema basado en principios también se debería acompañar con una capacidad de control sólida”, dijo.
El escenario político actual no es el adecuado para que el gobierno adopte las recomendaciones en el futuro cercano, dijo Hurley. “Desde un punto de vista realista, probablemente lo que se esté viendo de manera optimista son las audiencias sobre los temas presentados por el estudio en la última sesión de este Congreso y esperemos que la próxima administración tome alguna medida estratégica”, dijo.
El estudio también recomienda que el Consejo Federal de Revisión de Instituciones Financieras (por sus siglas financieras, FFIEC), una entidad interagencia cuya actividad está dirigida a establecer principios uniformes de revisión entre los reguladores, sea ampliado para incluir a los reguladores de seguros y valores. El FFIEC incluye a representantes de la Reserva Federal, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, la Administración Nacional de Uniones de Crédito, la Oficina de Contralor de la Moneda, la Oficina de Supervisión del Ahorro y el Comité de Enlace Estatal.
Los legisladores y los reguladores deberían realizar un análisis costo-beneficio más exhaustivo de las regulaciones actuales y las propuestas, y ciertas leyes estatales deberían priorizar los estándares nacionales uniformes para permitir operaciones interestatales más sencillas de las instituciones, dijo el estudio.
Además, las prácticas de control deberían ser revisadas a nivel estatal y federal, y deberían realizarse esfuerzos para cubrir el vacío que existe entre la industria y las expectativas regulatorias gubernamentales.
El estudio, publicado en octubre de 2006, encuestó a funcionarios anteriores y actuales y a ejecutivos y oficiales de cumplimiento de las compañías de servicios financieros. John Beccia III, de Boston Private Financial Holdings Inc. fue coautor del mismo.




